El estrés es un proceso fisiológico y necesario para responder a situaciones amenazadores o desafiantes. Si es crónico, se vuelve patológico, es un problema para la salud, llegando a comprometer las relaciones con los demás. Los síntomas son alteración del sueño, de temperatura, del hambre, aumento de niveles de cortisol, alteraciones de las glándulas tiroideas que afectan al humor, a la energía, al sentimiento de alerta, y cursan con irritabilidad y aumento de la presión sanguínea.