El sabor del cardo es delicado y ligeramente amargo. Su mayor atractivo es su textura pulposa una vez cocido; por esto he elegido una salsa con crema vegetal de avena que lo impregna y le proporciona gran jugosidad. El toque de nuez moscada nos dará un sabor a la vez dulce y picante, con efecto relajante y pura inspiración para conquistar al amor.

La planta del cardo es originaria de la cuenca mediterránea y ya era muy conocida y apreciada por griegos y romanos por sus propiedades culinarias. En el cardo podemos encontrar gran contenido en agua, pocas calorías y un interesante aporte de azufre y potasio. Contiene, al igual que la alcachofa, un jugo amargo llamado cynarina, un principio activo que estimula el funcionamiento de la vesícula biliar, y evita así la formación de cálculos biliares además de producir un efecto diurético y depurativo que ayuda a descongestionar el hígado. Pero lo que mas se aprecia del cardo es que se trata de un excelente alimento para aquellas personas que no toleran bien las féculas, como los diabéticos, ya que contiene inulina, un tipo de fibra soluble que ayuda a regular el paso de los azúcares en sangre. Una curiosidad más; al igual que la alcachofa, la flor del cardo contiene el fermento lab o quimosina, capaz de cuajar la leche.

En general, para aprovechar las virtudes del cardo se puede cocinar de múltiples maneras o consumirlo incluso crudo. Es una verdura muy agradecida; su sabor nunca es dominante y en cambio aporta una textura exquisita a cualquier plato. Según la leyenda, Enrique VIII era un gran apasionado del cardo, hasta tal punto que lo degustaba a todas horas, con una pasión desproporcionada. Posiblemente, el cardo no es excesivamente compatible con los tiempos modernos, ya que requiere un poco de dedicación para limpiarlo y cocerlo, pero merece la pena porque es una verdura deliciosa y con muchos beneficios. Hay que limpiarlo retirando con un cuchillo las zonas externas más duras de las pencas, como si se pelaran, y desechar las hojas pequeñitas, que se cortarán en trozos. Un consejo: para que no se pongan negras mejor sumergirlas, según se van limpiando, en agua fría con limón.

El conocimiento de la nuez moscada es antiguo, ya que los romanos la utilizaban como especia y planta medicinal y también como incienso. Es el fruto del árbol Myristica fragans de hoja perenne y procedente de las Islas Morucas, en Indonesia. La medicina ayurvédica también recomienda su uso en caso de mal aliento, dolor de cabeza y fiebre; a su vez los médicos árabes la consideraron un buen estomacal (aún hoy se utiliza como carminativo) y un interesante afrodisíaco. Me gustaría destacar, entre sus numerosas propiedades terapéuticas, que su consumo aumenta la acetilcolina cerebral y podría ser un complemento interesante en personas con Alzheimer y para favorecer las funciones cognitivas como el aprendizaje y la memoria. El efecto sobre los neurotransmisores hace que se haya recomendado como un sedante en general en casos de ansiedad o estrés; o sea, para dormir plácidamente o combatir el insomnio, prepararos una infusión relajante y añadid un pellizco de nuez moscada.

No he podido resistirme a hacer una salsa con crema vegetal. No las utilizo normalmente, pero son un buen sustituto de las natas de origen animal, sin lactosa ni colesterol y aportan una cremosidad y sabor muy delicados. Cocinar para nuestros seres queridos es una magnífica forma de demostrar nuestro amor hacia ellos y hacia nosotros mismos; así que, para aseguraros el triunfo en una ocasión especial, le he dado el toque final espolvoreando con abundante levadura nutricional y gratinando suavemente. No olvidéis que la levadura nutricional es una fuente excelente de fibras, proteínas completas y, sobre todo, una de las más ricas fuentes en el complejo de vitaminas del grupo B, además es un producto altamente nutritivo y delicioso, puro y limpio, sin residuos de procesos industriales y con un sabor que recuerda al parmesano, pero más suave. ¡La mezcla ha quedado deliciosamente amorosa!

La receta

Ingredientes:

  • 1 cardo (alternativa: conserva de calidad con denominación de origen)
  • 1 diente de ajo picado
  • Aceite de sésamo bio

Salsa cremosa y gratinado

  • 200 ml de crema vegetal de avena
  • 1 c.p. de nuez moscada rallada o en polvo
  • Levadura nutricional

Preparación

  1. Pelar y lavar las pencas del cardo y cortar en trozos de unos 5 cm. Hervir cubriéndolas de agua con un pellizco de sal marina, durante unos 45 m o hasta que estén tiernas (dependerá del tipo de agua). Reservar.
  2. Dorar el diente de ajo bien picado en un poco de aceite de sésamo y añadir la crema vegetal. Calentar la salsa con la cucharadita de nuez moscada hasta que se espese un poco y verter por encima del cardo en una fuente para horno. Espolvorear generosamente con la levadura nutricional y gratinar hasta conseguir un bonito color dorado.

Que lo disfrutéis,

¡Mucha salud!

Cristina Arroyo
Cristina Arroyo

Creadora de Poderosamenta
Dietista y naturópata
Alimentación ConCiencia & Salut

    @poderosamenta
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