Hace cerca de dos mil años, una nueva bebida aterrizaba en China. Allá por el año 220 a.C., un médico atendía al emperador Inkyo y lo sanaba con kombucha, un té fermentado. A raíz de este hito, la kombucha empezó a ser reconocida mundialmente por sus propiedades desintoxicantes y energizantes y pasó a denominarse el ”elixir de la vida y la eterna juventud”.

Durante muchos años, este té se fabricó de forma casera en prácticamente todo el mundo. De China se extendió a Rusia, Alemania, Francia y a las colonias del norte de África. También llegó a España. La gente “criaba” el hongo en casa hasta obtener esta bebida dulce y avinagrada. También era corriente compartir la ”madre”, la que hace posible que, de la infusión de té y azúcar de la que inicialmente parte, acabe fermentado. A partir de aquí se convierte en una fuente natural de probióticos que, además de ayudar en las digestiones, refuerza el sistema inmunitario y ayuda al cuerpo a desintoxicarse.

De hecho, la kombucha nunca se ha dejado de elaborar de forma casera. En algunos países ha experimentado un resurgir importante los últimos años. En Estados Unidos, en Nueva Zelanda, en Australia y en algunos países de Europa, la kombuchamanía es auténtica realidad. Médicos y terapeutas apuestan por recomendarla a sus pacientes. Las celebrities también han conseguido ponerla de moda pregonando a los cuatro vientos los beneficios de su consumo, ya que también es un potente antiaging detox. La última cara conocida en hacer pública su pasión por la kombucha ha sido la reina Letizia, que es una gran fan de la alimentación saludable.

Cómo escoger una buena kombucha

Poco a poco van apareciendo marcas para llegar al creciente mercado. Pero, ¿qué debemos tener en cuenta a la hora de escoger una kombucha y no meter la pata? Quizás lo más importante es comprobar que el proceso de elaboración haya sido sometido a estrictos controles ya que, para conservar propiedades, debe ser una bebida raw, sin pasteurizar. Solo así sus probióticos se mantendrán activos. Asimismo, es muy importante buscar una kombucha con una cantidad de azúcar realmente ajustada. Este sustituto saludable a los refrescos debe contener el mínimo de azúcar posible.

La marca Kombutxa, nacida en 2015 y con un importante trabajo de I+D+i detrás de su desarrollo y elaboración, únicamente contiene 1,8 gramos por cada 100 mililitros. Es el azúcar residual que las bacterias y levaduras saludables que permiten la fermentación no “se comen”. ”Queríamos conseguir una bebida extremadamente saludable para que los consumidores experimenten mejoría en sus dolencias, si las tienen, o para que mejoren su energía, digestiones y sistema inmunitario”, cuenta Jordi Dalmau, fundador de esta empresa, que aspira a convertirse en un referente en el mundo de los fermentados con unos productos innovadores que nunca habían llegado ya elaborados al mercado. Su kombucha se fabrica con ingredientes de primera calidad y de procedencia ecológica y con agua pura de los Pirineos. Actualmente elaboran kombucha en tres variedades: Ginger (con jengibre y manzana), Hibiscus (con hibisco y granada) y Flowers (con saúco y uva), que se pueden encontrar en su tienda en línea y en establecimientos saludables de toda España.

Otro factor muy importante a tener en cuenta es el material del envase de la kombucha. El cristal es el más adecuado sin duda alguna. Solo este evita que se transmitan materias peligrosas al contenido, rico en ácidos orgánicos que poco casan con los envases de plástico.

La kombucha no es solo una bebida de moda. Es una bebida psicobiótica –si se tiene en cuenta que influye directamente en el sistema digestivo, base de la buena salud mental– que pisa fuerte y ha llegado para quedarse.

Beneficios de la kombucha según Xevi Verdaguer

Según el psiconeuroinmunólogo Xevi Verdaguer, gran defensor de la kombucha, esta bebida milenaria es muy útil para mejorar la composición de la microbiota intestinal, ya que aporta miles de bacterias sanas. Los fermentados y, en concreto, la kombucha son muy beneficiosos en caso de depresión, para mejorar la sensibilidad a la insulina, en caso de tener la bilirrubina elevada (síndrome de Gilbert) y también para el trastorno disfórico de síndrome premenstrual. En cambio, no lo aconseja en caso de exceso de estrógenos.

La kombucha, además, reporta múltiples beneficios:

  • Facilita la digestión y equilibra la microbiota intestinal.
  • Incrementa la energía.
  • Fortalece el sistema inmunitario.
  • Activa la función del hígado (efecto depurativo).
  • Disminuye el colesterol y reduce la presión arterial.
  • Alivia la artritis, reuma, y síntomas de gota.
  • Mejora las alergias.
  • Reduce los trastornos menstruales y los sofocos de la menopausia.
  • Reduce el estrés y los trastornos nerviosos y el insomnio.
  • Tiene un efecto antienvejecimiento.