La dieta actual: pobre en omega-3
En la actualidad, la alimentación de los países occidentales tiene déficits nutricionales de ácidos grasos esenciales omega-3, lo que compromete la salud de muchas personas y es un factor de riesgo importante para posibles trastornos cardiovasculares y procesos inflamatorios. En el caso de los niños pequeños, se ha relacionado este déficit con problemas de falta de atención e hiperactividad.
En el mercado de la complementación hay diferentes presentaciones de fuentes ricas en DHA: desde el aceite de pescado azul, como el atún, o peces pequeños como los boquerones, hasta fuentes de DHA vegetal, como las algas. Los productos con mayor porcentaje de DHA por perla son Algatrium y Oligen (provenientes del pescado) y DHA Gold Heimp (proveniente de las algas). Nature ‘s Plus, Equilibrium, Solgar, Eophy, Nutergia y Vitae son otras marcas de confianza que ofrecen complementos ricos en omega-3 con mezcla de EPA y DHA.
Últimamente se habla mucho de los omega-3. Incluso se añaden a los alimentos convencionales para convertirlos en funcionales, como se les llama ahora. De hecho, se encuentran en la naturaleza en forma de fuentes naturales, como las nueces, las semillas de lino, los pescados azules (sardinas, boquerones, atún, salmón), las algas y el cáñamo, principalmente. ¿Y qué tienen los omega-3 que todo el mundo los quiere en su dieta?
Provienen de una familia muy numerosa
De hecho, los ácidos grasos esenciales omega-3 son originarios de una familia muy numerosa dentro del grupo de ácidos grasos poliinsaturados. En la serie omega-3, destacan el ácido docosahexaenoico (DHA) y el ácido icosapentaenoico (EPA). Ambos son necesarios para el desarrollo óptimo del cerebro y para la síntesis de prostaglandinas “buenas”, y forman parte estructural de las membranas celulares.
El DHA: un omega-3 destacable
El DHA es un ácido graso estructural que forma parte de los triglicéridos y los fosfolípidos presentes en las membranas celulares. Destaca por su importancia bioquímica y nutricional, ya que fluidifica las membranas celulares de los tejidos nerviosos.
Algunos de los efectos beneficiosos del DHA
Es esencial para regular el sistema nervioso e importantísimo para el desarrollo visual del feto y en la infancia. Durante la gestación y la lactancia tiene un papel fundamental en la neurogénesis, es decir, en la formación de neuronas. Las necesidades se incrementan especialmente en el tercer trimestre del embarazo, cuando se produce un desarrollo evidente del sistema nervioso y un aumento considerable del número de células cerebrales. Nuestros ojos también se benefician del DHA, de hecho, la retina, además del cerebro, es el tejido del cuerpo donde encontramos mayor concentración de este ácido graso esencial. Se han asociado niveles óptimos de DHA durante la infancia con una mejor habilidad cognitiva y con una capacidad más alta para responder a la luz y, en consecuencia, con una capacidad intelectual superior. También se ha visto que una complementación rica en DHA es beneficiosa para los niños con trastornos de déficit de atención e hiperactividad.
El DHA también tiene efectos antiinflamatorios y puede ser útil para tratar trastornos autoinmunes e inflamatorios, ya que reduce la producción de prostaglandinas inflamatorias. Esto es especialmente importante para los trastornos de la respuesta inmune, como la artritis reumatoide y la enfermedad intestinal inflamatoria. Por otra parte, diferentes estudios han demostrado que existe una relación entre el aumento de la depresión y el descenso de la ingesta de ácidos grasos de la serie omega-3. También se ha comprobado que un déficit de DHA contribuye a la aparición de la depresión postparto.