Plato principal | Montse Vallory, Jordina Casademunt
El alga cochayuyo es depurativa, rica en nutrientes y de un sabor agradable. Os la presentamos servida en plato de cuchara...
Se trata de un plato de cuchara que admite cualquier ingrediente natural que se tenga en la despensa o en la nevera: otras hortalizas, setas, pescado y marisco, fideos de espelta, etc. La cantidad de salsa de tomate puede variar al gusto. También se puede reducir la cantidad de tomate y añadir pimienta roja dulce. Ojo con los garbanzos cocidos; no quieren fuego fuerte porque podrían ponerse duros.
El alga cochayuyo es muy diferente del resto de algas en su aspecto, volumen y textura, más carnosa, elástica y firme. No es de Galicia ni de Japón, sino de América del Sur. En quechua (lengua ancestral del norte de Chile y Perú) significa ‘hierba acuática’ y ha servido de alimento a las comunidades indígenas durante siglos. De hecho, se asemeja más a una seta que a un alga y no tiene un sabor de mar tan pronunciado como las otras. El tiempo de remojo es relativo, depende de varios factores: la época de recolección, etc. Un criterio fácil: los trozos más claros tienen una fibra menos dura que los trozos más oscuros y necesitan menos remojo. Combina muy bien con sopas, estofados, paellas.
El alga cochayuyo es depurativa, rica en nutrientes y de un sabor agradable. Combinada con garbanzos y verduras resulta un plato de proteína completa, reforzante y nutritivo, adecuado para todas las edades.
El alga cochayuyo nutre y limpia el organismo al mismo tiempo, es curativa y preventiva, rica en yodo y fibra, y una buena fuente de vitaminas, minerales y oligoelementos. Por las propiedades terapéuticas que tiene se puede considerar una superalga.
Por su riqueza en yodo resulta conveniente en dietas de control de peso cuando es preciso acelerar el metabolismo y ayuda a prevenir el bocio y el hipotiroidismo. Gracias a su riqueza en fibra, ayuda a regular el colesterol y el estreñimiento. Tonifica el organismo y aleja el agotamiento. Se utiliza también en casos de acidez de estómago y gastritis, en trastornos hepáticos y alcoholismo, para fortalecer pelo, piel y uñas.
En el libro Tratamientos naturales al alcance de todos, Olga Cuevas y Lucía Redondo proponen una sopa de cochayuyo como remedio culinario para fluidificar mucosidades, gracias a la cistina que contiene, que se transforma en L-cisteína, aminoácido de alto poder fluidificante del moco.
Tradicionalmente se ha utilizado en los países de origen para regular la hipertensión, tal como cuenta el médico Pedro Ródenas en el libro Descubrir el cochayuyo.
Por razones burocráticas, en España no se permite comercializar el alga cochayuyo desde el 2010 como alimento, sino como fertilizante para jardinería doméstica. En la web de Brotasol están las razones.