Plato principal | Montse Vallory, Jordina Casademunt
Vitaminas, minerales, sabores intensos... un plato perfecto para refrescarnos y probar ingredientes tan saludables con el calabacín y el cuscús de espelta.
Para que el cuscús quede bien, conviene removerlo enseguida y pasarlo a una bandeja.
El calabacín contiene mucha agua y continúa cociendo una vez fuera del fuego. Hay que sacarlo de la olla de vapor cuando aún esté un poco crudo, al dente, para poderlo vaciar sin que se rompa y aguante bien el relleno.
El curry es una especia picante que enfría interiormente el cuerpo y dispersa la energía. Después de comer se produce un reacción de calor corporal que no es nada más que un envío de calor interno hacia fuera.
Los que no necesitan enfriarse por dentro pueden sustituir el curry por la cúrcuma, que tiene un efecto más moderado en la temperatura corporal, pero un gran poder antiinflamatorio, especialmente cuando se combina con pimienta negra recién molida.
La espelta es una variedad de trigo muy antigua y, aunque aún es poco conocida y ha estado a punto de desaparecer, tiene muchas más propiedades nutricionales que el trigo convencional. Como no ha sufrido tantas variaciones ni manipulaciones como el trigo común, la asimilación de sus nutrientes es mejor y provoca menos alergias.
Por lo tanto, la salud de las personas que no son celíacas pero que tienen cierta intolerancia al trigo se verá beneficiada si toman espelta en lugar de trigo. Ahora bien, como contiene gluten, los celíacos no pueden tomar. Este plato nos ofrece la posibilidad de descubrir la espelta en forma de cuscús, pero también hay en forma de pan, de galletas o de pasta.
El calabacín contiene cantidades significativas de vitamina C, flavonoides, ácido fólico y minerales como el potasio, el hierro o el cinc. Es fácil de digerir y tiene propiedades diuréticas.
En cuanto a las especies, la cúrcuma presenta un principio activo, la curcumina, que le confiere propiedades antioxidantes y antiinflamatorias. También se le han atribuido propiedades anticancerígenas. Por lo que respecta a la pimienta negra, su sabor ligeramente picante estimula de forma natural la secreción gástrica y facilita la digestión.