Me gustan las mesas en las que se ponen varios platos y se comparte, ya sea con amigos, familia, pareja, hijos… Quizás los desayunos de cada día precisamente no suelen ser los más indicados para montar una gran mesa, porque vamos con el tiempo justo, pero puede haber excepciones. Tal vez un día de fiesta o del fin de semana, un puente… En todo caso, el desayuno que propongo puede ser para muchos, para pocos, para uno, para el día a día o para días con más tiempo; lo que cambia es la presentación.
La base es una granola hecha con quinoa entera. Está pensada para aprovechar cuando nos sobre, o directamente para cocer un poco más y reservar una parte para esta receta.
Es muy sencilla, nutritiva y deliciosa, sin gluten y apenas endulzada con un poco de fruta seca. Yo he utilizado los siguientes ingredientes, pero podéis hacer las variaciones queráis. Sugiero prepararla durante el fin de semana y conservarla en un frasco de cristal.
La quinoa
La quinoa es un grano que, a pesar de no ser un cereal, se consume como tal, por eso le llamamos pseudocereal. ¿Sabíais que es de la familia de la espinaca y la remolacha? Es de los granos más ricos en proteína. Es importante lavarla bien para eliminar las saponinas, que pueden llegar a hacer un poco de espuma durante el lavado. En este caso he usado quinoa que ya tenía preparada, pero si la queréis hacer desde cero, prestad atención al tiempo de cocción y a la cantidad de agua. Es prácticamente el mismo volumen de agua que de grano, y si se cuece a fuego bajo a partir del hervor, a los 12 minutos aproximadamente el grano ya estará abierto y entero, que es como debe quedar.
En esta receta, la quinoa queda con una textura crujiente, y con mucho sabor por los ingredientes que la acompañan.
La zanahoria
¿Qué os parece? No es habitual encontrar zanahoria en una granola, pero le queda muy bien y es un aporte de carotenos. Si tenéis deshidratador, cortadla finita y deshidratadla hasta que esté crujiente; si no, la secaremos al horno.
Los dátiles
Solo unos pocos y picados para dar un punto dulce pero discreto. También se pueden utilizar higos u orejones en lugar de dátiles.
Frutos secos y semillas
Se pueden poner las variedades que queramos; la elección es al gusto y según nuestras intolerancias.
Otras frutas deshidratadas
También es opcional añadirlas, pero, por ejemplo, si tenéis frutas secas como manzana, mango, frambuesas, uvas pasas o plátano se pueden incorporar a la granola.
Coco tostado
¡Las escamas de coco tostado quedan deliciosas! Se pueden usar las ya tostadas o tostarlas a fuego bajo en una sartén con mucho cuidado porque se queman rápidamente.
Especias
La canela es de mis favoritas, pero podéis utilizar jengibre, mezcla de especias, o ninguna.
Lo importante es cómo servir esta granola; cómo acompañarla. Lo habitual es mezclarla con leche o yogur y ponerlo en un vaso, pero si queréis una propuesta original, servidla como en la foto: en una fuente, con yogur (de coco, por ejemplo, queda delicioso), pulpa de caquis maduros, manzana en compota, dados de aguacate, bayas… varias cucharas y que cada cual se sirva a su gusto.
La receta
- 3-4 tazas de quinoa cocida
- 1 y ½ tazas de mezcla de frutos secos y semillas
- 1 zanahoria grande
- ½ taza de escamas de coco tostado de Los Frutos del Sol de Amandín
- ¼ de taza de dátiles picados
- ½ taza de frutas deshidratadas (opcional)
- Canela molida, a gusto
Elaboración
- Lavar bien la zanahoria y cortar a rodajas muy finas.
- Calentar el horno a 160 ºC.
- Mezclar en un bol las zanahorias, la quinoa, la canela y los dátiles. Extender en la bandeja del horno y hornear durante unos 25 minutos, girando cada tanto toda la mezcla.
- Añadir los frutos secos troceados groseramente y seguir la cocción hasta que quede una textura crujiente, sin restos de humedad.
- Retirar del horno y dejar enfriar por completo. Añadir la fruta deshidratada y el coco tostado. Mezclar muy bien y guardar en un frasco de cristal.