Una de las formas que utilizan muchos virus y bacterias para que el sistema inmunitario no los reconozca es desarrollar una capa protectora de ácidos grasos y fosfolípidos (el mismo tipo de grasas que tenemos de forma natural en el organismo y que constituyen las membranas de las células). Así, estos patógenos oportunistas viajan tranquilamente esperando el momento de infectar las células más vulnerables.
Ácido láurico, antiviral y antimicrobiano natural
Siempre tenemos presente tomar suplementos que estimulen las defensas, pero ¿por qué no nos planteamos la posibilidad de atacar directamente el patógeno para transformar su naturaleza y permitir que el sistema inmunitario se defienda de forma natural?
Pues bien, se ha visto que el glicerol monolaurato (GML) o monolaurina es un derivado del ácido láurico presente de forma natural en el coco y en la leche humana, con actividad antiviral y antimicrobiana ya demostrada desde 1966. Es decir, cuando ingerimos ácido láurico producimos monolaurina de manera endógena, que es la forma más activa a la hora de eliminar virus y bacterias. La monolaurina deshace los lípidos y fosfolípidos que rodean la estructura del agente patógeno y, por tanto, lo desintegra; a nivel antimicrobiano, interfiere en la replicación celular y evita que las células patógenas e invasivas se multipliquen.
Comparativamente, el ácido láurico tiene más actividad antivírica y antibacteriana que otros triglicéridos de cadena media (presentes en el aceite de coco), como el ácido caprílico (con propiedades antiinflamatorias) o el ácido mirístico.
También se ha encontrado evidencia científica a la hora de inactivar o eliminar hongos, levaduras o parásitos como la Candida albicans o la Giardia lamblia.
La FDA estadounidense considera una sustancia segura (GRAS) y no tóxica a la monolaurina, que es efectiva ante una gran variedad de microorganismos y que todo parece indicar que no crea resistencias víricas ni bacterianas.
Resistencias a antibióticos y antivirales
La resistencia a antibióticos se ha convertido en un problema global de salud pública que no para de crecer. No solo las bacterias desarrollan resistencia a los antibióticos, sino que muchos antivirales también, como por ejemplo el virus Herpes simplex de tipo 1 como resultado del uso abusivo del aciclovir.
Por este motivo se recomienda ir al médico antes de automedicarse con cualquier clase de antibiótico o antiviral oral, ya que, una vez creada una resistencia, se complica encontrar un tratamiento efectivo.
Alimentos con ácido láurico
Como se ha comentado, el aceite de coco, la crema de coco y los productos a base de coco son fuentes excelentes de ácido láurico y otros ácidos grasos de cadena media. Aunque es un ácido graso saturado, como tiene una longitud de molécula media es más digestivo y único; por eso tiene esa similitud con las grasas de la leche materna.
Es cierto que el ácido láurico del aceite de coco se absorbe rápidamente y es transportado a la mitocondria para que forme ATP, con lo cual es menos probable que se almacene en el organismo como grasa. Al contrario, se ha visto que puede ser de gran ayuda para acelerar el metabolismo basal (activa la termogénesis) y transformarse directamente en energía.
Hay que remarcar que el aceite de coco es un ácido graso saludable que no tiene efectos negativos en los niveles de colesterol y otras grasas en sangre; es más, ayuda a aumentar los niveles de colesterol bueno (HDL) y a reducir los niveles del malo (LDL).
Complemento con ácido láurico
La monolaurina, pues, es una elección excelente para combatir infecciones o para prevenirlas.
El distribuidor Solaray nos presenta Monolaurin, un complemento alimenticio con un contenido medio por cápsula de 500 mg de monolaurina (Gliceril monolaurate [GML]) con una posología de una cápsula dos veces al día con las comidas o con un vaso de agua. Es seguro en niños de 3 a 10 años con una dosis inferior a 500 mg al día.
En ningún caso, sin embargo, los complementos alimenticios deben tomarse como sustitutos de una dieta variada y equilibrada.