El alcohol está considerado un picante caliente, como el romero, el ajo, la cebolla, el clavo, la raíz seca de jengibre, la guindilla, la pimienta negra, los pimientos picantes, la pimienta de Cayena, el hinojo, el anís, el eneldo, los granos de mostaza y la nuez moscada. “Un consumo excesivo de picante caliente provoca dolor de cabeza, y además puede agravar las inflamaciones, las rojeces, los eccemas, los picores”, cuenta el doctor Jorge Pérez-Calvo, que añade que “los primeros efectos del abuso del picante caliente los notará el hígado y el pulmón. Ahora bien, es cierto que hay personas que confiesan que necesitan tomar alcohol o comer con especias. “Si es así, es porque siguen una alimentación rica en carne y sal”, asegura el doctor. Además, el alcohol, ya se sabe, “en un primer momento, relaja y desinhibe, pero cuando desaparece el primer efecto, su fogosidad calienta el hígado, quema su sustancia y lo deja contraído y tenso”. Solo las “personas con una buena constitución” deberían comer picantes como la pimienta y la pimienta roja, y, a pesar de ello, también “con moderación”, concluye el médico. Para más información: Nutrición energética y salud. Bases para una alimentación con sentido. De BolsilloEl alcohol es un picante
Para empezar, el doctor Pérez-Calvo comenta que la primavera es la mejor época para consumirlo, porque es “cuando el organismo necesita más fuego”. Por eso, si tomamos, nos sentiremos más vitales y, además, eliminaremos las toxinas acumuladas durante el invierno.
Ahora bien, no todos los picantes son recomendables. Hay de cuatro tipos: el caliente [ver desglosado], el tibio, el fresco y el neutro. La lista de picantes tibios está formada por el jengibre, el comino, el cardamomo, el tabasco y la canela (dulce y amarga); la de picantes frescos, por la menta, la mejorana, la flor de saúco, el rábano japonés (wasabi) y el rabanito; la de los neutros, por el taro, el nabo y el colinabo, la albahaca, la cúrcuma y el azafrán.
Los picantes fríos mejoran la digestión en general, y también la de las grasas en particular. “Son adecuados para las personas con constitución muy delgada, que justamente no deben tomar nunca picantes calientes”. Más. El picante frío abre los poros y ayuda a destapar el nariz.
Veamos algunos ejemplos de las virtudes de los picantes suaves (el tibio, el fresco y el neutro): “el azafrán actúa preferentemente sobre el corazón, porque armoniza la energía, y, en consecuencia, fomenta, entre otros, sentimientos de compasión”.
Otros picantes, especialmente los de raíz, mueven los intestinos perezosos; es decir, son ideales para tratar estreñimientos, por ejemplo. En cambio, los calientes pueden provocar morenas y también sequedad en los intestinos, lo que acabaría agravando el estreñimiento.
Por todo ello, “es mejor elegir los picantes fríos, tibios o neutros”.