Para conocer la respuesta a la pregunta que encabeza este artículo, piso la playa de Sant Pol de Mar, las de Barcelona y las de Castelldefels. Busco platos de verduras, pescado azul, pasta sin gluten, paellas ecológicas. ¿Imposible? El mundo está cambiando, porque lo encuentro.
Ha dejado de ser una odisea comer platos saludables a pie de playa, con los pies tocando la arena. En Sant Pol de Mar, en los Banys Tarridas, encuentro a Ramon Tarridas, que tiene un menú entero con opciones sin gluten, que no consta solo de platos de pasta, sino también de pescado pequeño frito y rebozado con harina sin gluten. «Sé que es muy importante comer sin gluten; lo veo cada día en familias con niños, y por eso tengo claro que estas opciones tienen que estar, deben formar parte de la carta». Lo mejor de todo es que ya no son solo los celíacos los que piden platos sin gluten. Mientras tanto, las olas (salvajes, déjenme decirlo) están muy cerca del bar de la playa.
En la playa del Bogatell, en Barcelona, el cocinero Joan Escribà estrenó el año pasado un chiringuito que había enfrente de su restaurante del paseo. «Trabajar, a pie de la playa, con una cocina pequeña, en la que no podemos cocer sino calentar porque la normativa no lo permite, es como estar en estado de guerra», bromea. La exageración significa que las condiciones no son fáciles porque ciertamente la cocina es pequeñísima, y que los camareros entren y salgan es muy complicado. Ahora bien, con una buena organización, todo es posible. «Me he atrevido a plantar incluso un huerto ecológico, porque quiero que haya buena comunicación entre lo que ponemos en la mesa y los alimentos que usamos», continúa explicando Joan.
En la mesa, anchoas, sardinas y sobre todo los arroces, cocinados de mil y una maneras son algunas de las opciones saludables. Antes de empezar a comer, también existe la posibilidad de tomar fruta, como aperitivo y, si no, de postre, que siempre aparece como propuesta en la carta. Además, la manera de hacerla más atractiva es exponiéndola en unos cestitos de mimbre en la barra, desde donde la fruta de temporada desprende sus encantos.
En Castelldefels, el restaurante Barracuda existe desde el año pasado para demostrar con fervor que la comida saludable y ecológica va ligada a la playa y al verano. Desde la carta de vinos (con mil y un vinos ecológicos) las propuestas son impecables. Como si estuviéramos en casa y hubiéramos pensado que hoy es mejor comer verduras y arroz integral. Pues no hace falta estar en casa. Podemos contemplar el mar mientras comemos arroz integral, que dará cuerpo a la paella de verduras, por ejemplo.
Finalmente, pregunto a la médico homeópata María Pérez qué es más recomendable comer en verano. Aconseja las proteínas de origen vegetal (como las legumbres), porque no calientan el cuerpo ni lo desequilibran, como sí hacen las de origen animal. Cuando, «las comemos, podemos tener más calor porque el cuerpo tiene que hacer esfuerzos metabólicos para buscar la frescura».
También señala que es importante no olvidarse de la hidratación, beber agua a temperatura ambiente, fuera de las comidas −y no durante− porque no se diluyan los jugos gástricos y para que se absorban bien los nutrientes de lo que se ingiere. También hay que incrementar el consumo de verduras de temporada, que van cargadas de antioxidantes, necesarios para afrontar los rayos solares y, por tanto, para paliar los radicales libres, que sin estos antioxidantes harían envejecer con rapidez las células del organismo.
Y todo ello se puede hacer fuera de casa. ¿Dónde? En un chiringuito. A pie de playa.
Platos saludables
Algunos de los platos saludables que se pueden comer en los chiringuitos de playa.
- Anchoas
- Sardinas
- Boquerones
- Jamón ibérico
- Carpaccio de bacalao
- Tomate
- Bonito
- Aceitunas