Me encanta la fruta estacional, esa que llega con los días contados, nos llena de gozo y se va… hasta el año que viene. Pasa como con ciertas cosas en la vida que, aunque queramos retenerlas, no podemos porque tienen ese espíritu fugaz, que solo podemos disfrutar cuando ellas quieren, o cuando su ciclo les permite.
Es el caso de melones, sandías, naranjas, granadas, algunas variedades de pera… y, como no, ¡de higos! Probablemente queden ya pocos en el mercado y por ello los he utilizado (además de que me encantan y los apuro hasta el final). Si no encontráis, utilizad otra fruta; la única condición es que sea tierna, jugosa.
El desayuno que propongo es realmente fácil, rico, nutritivo y saciante: higos frescos con migas de coco; digamos que es la versión exprés de un crumble. Sin cocer la fruta y sin encender el horno; ¿qué os parece? Las migas requieren un poquito de tiempo previo, pero se pueden preparar cualquier día y mantenerlas en un frasco de cristal con tapa hermética. Luego se pueden utilizar como si fueran una granola: con un yogur, sobre una macedonia, en un bol, como un snack… El secreto es el punto de limón –que liga la mar de bien con el coco–, pero en este caso, en lugar de utilizar el fruto, he puesto aceite esencial de limón. ¿Por qué? Bueno, siempre tengo un frasquito a mano, porque también lo uso a nivel terapéutico: en época de problemas con el sistema respiratorio, o para problemas digestivos, para el estrés… Y en la cocina lo utilizo mucho también: ¡unas poquitas gotas en un batido hacen maravillas! Dos apuntes sobre los aceites esenciales: compradlos ecológicos y diluid unas poquitas gotas en un medio graso (como aceite) o en algún endulzante natural (como miel o un sirope). Empezad siempre por dosis muy bajas (como 1-2 gotas en una cucharada) y id probando. No olvidéis que es un producto muy concentrado. Sin embargo, para esta receta no es imprescindible; también se puede utilizar ralladura de limón.
En cuanto a la fruta, recomiendo comerla tal cual, fresca y en su punto, pero si tenéis problemas digestivos, cocedla unos minutos al vapor o con un dedo de agua, tapada y a fuego bajo hasta que esté tierna. Sea como sea, quedará un desayuno delicioso. ¡Feliz fin de verano e inicio de otoño!
La receta
- 1 taza de harina de coco
- 1-2 cucharadas de azúcar de coco
- 6 cucharadas de aceite de coco
- 3-4 gotas de aceite esencial de limón (opcional)
- Unos cuantos coquitos o nueces de Brasil
- Higos frescos
Elaboración
- Diluir el aceite esencial en 1 cucharada de aceite de coco y reservar.
- En un bol, mezclar la harina de coco con el azúcar y las nueces de Brasil cortadas en trozos grandes. Al mezclar, ir echando el aceite de coco (sin el limón).
- Mezclar con las manos (se formarán bolitas de distinto tamaño).
- Poner en una sartén y remover para tostarlas ligeramente.
- Una vez listas, retirar del fuego y añadir el aceite con limón reservado. Saltear un poco para que se mezclen y dejar enfriar.
- Para servir, pelar los higos, cortar a rodajas y colocar en un plato.
- Esparcir las migas por encima y servir. Como complemento, añadir también un poco de yogur de coco y unos frutos rojos liofilizados.