Una de las claves para tener éxito en la alimentación saludable es saber hacer desayunos, comidas, snacks… que sean sumamente tentadores y deliciosos en sabor. Si además son rápidos de hacer, fáciles de digerir, con un alto valor nutricional y no contienen azúcar… ¡Bingo! Tenemos un plato inteligente con el que deleitarnos, mantenernos motivados en nuestra misión a la vez que aportamos máxima nutrición a nuestras células.
Esto es exactamente lo que conseguimos con este batido de chía y fresas, que es ideal para toda la familia.
Con este excelente snack, que, por cierto, se tarda unos 3 minutos en tener listo, estaréis ofreciendo un verdadero coctel nutricional y antioxidante a vuestras células, que además os encantará tomar y que, si compartís, conquistaréis a cualquiera.
Las semillas de chía son conocidas por ser una magnífica fuente de proteínas (contienen todos los aminoácidos esenciales), ácidos grasos omega-3 (la mayor fuente de origen vegetal), sustancias antioxidantes (3 veces más que los arándanos) y antiinflamatorias, fibra, hierro (3 veces más que las espinacas), calcio (5 veces más que la leche) y magnesio, entre otros. Propiedades que se hacen especialmente asimilables si hemos “activado” previamente la semilla, tal y como describo en la receta, y si las trituramos, ya que sus nutrientes son más fáciles de absorber.
Si queréis saber más acerca de la activación de semillas, click aquí.
Más “inteligencia” en este snack:
Las frutas seleccionadas, además de ser conocidas por su poder antioxidante, son todas de bajo índice glucémico; esto es bueno principalmente por dos motivos: para no alterar los niveles de azúcar en sangre y, por lo tanto, no estresar a nuestro organismo, y también porque las grasas como la chía combinan mejor (se digieren mejor) con frutas semiácidas que con las dulces.
Otra gran idea es enriquecer el batido con algunos superalimentos; en este caso, unas bayas de goji o concentrado de granada aportan un extra de dulzor a la vez que incrementan las propiedades antioxidantes.
Notas:
- Si optáis por el agua de coco, tendréis un batido más dulce sin necesidad de añadir azúcar y igualmente con bajo índice glucémico, además de alcalinizante.
- Otra buena idea es hacerlo con leche de almendra, para aportar un extra de calcio además de un extra de alcalinidad.
- Si no tenéis hecha una leche vegetal casera o no queréis abrir un coco fresco, podéis usar una leche de avena y bayas de Amandín, que, con su selección de frutas antioxidantes, es el complemento ideal de este batido.
- Para endulzarlo un poco más, se puede optar por azúcares naturales y de bajo índice glucémico, como el azúcar o sirope de coco, o sirope de yacón.
- Si el batido es para niños o una persona deportista, se puede añadir dátil o plátano para un extra de energía de magnífica calidad.
La receta
- Cantidad: 1 persona
- Tiempo: 5 min
- Utensilios: batidora
- Conservación: 24 horas en nevera
Ingredientes:
- 2 C de semillas de chía (remojadas 4 h con ½ T de agua)
- 100 ml de agua de coco, leche de almendra casera o leche de avena y bayas de Amandín
- 6 fresones
- 1 c de mezcla de bayas (opcional)
- 1 c de semillas de goji
- 1 c de granada en polvo (Salud Viva)
- ½ granada
- frambuesas
- hojas de menta
Preparación:
- Poner a remojo las semillas de chía al menos durante 4 horas en 4 veces su volumen; es decir, por 2 cucharadas de semillas chía, 8 de agua. Se pueden dejar más horas, hasta 24, siempre que se mantengan refrigeradas.
- Poner la chía, el agua de coco o leche de almendra o avena, los fresones y los superalimentos en la batidora; batir hasta obtener un batido cremoso.
- Decorar con granada, frambuesas y hojas de menta para redondear el batido y obtener un resultado irresistible.