El sol ya calienta más, los árboles empiezan a florecer y todo se empieza a ver más verde, así que hoy os traigo una cena en la que todos los ingredientes son verdes: desde la base hasta la salsa de acompañamiento.
No obstante, quiero recordar que, en una alimentación saludable, energética y nutritiva, es muy importante que durante el día comemos variedad de colores, ya que cada uno tiene propiedades diferentes, y no sólo alimentarias, sino que visualmente y anímicamente también aportan sensaciones diversas. Sin embargo, hoy me hacía mucha ilusión hacer un plato monocromático del color que más me gusta a la hora de comer: el verde.
Como veréis, el plato parece un Buddha Bowl, y es que a mí me encanta combinar todos los ingredientes y hacer un plato único. Creo que es una buena forma de no comer más de la cuenta y de no perder tiempo cocinando y/o pensando en platos diferentes, y menos cuando es para una cena y lo que se desea es descansar después de un largo día.
Esta receta tiene un ingrediente especial que aún no había presentado: el bimi. Esta verdura es una crucífera originaria de Japón que surgió de la combinación espontánea entre un brócoli y la col china. Se considera un superalimento, ya que tiene muchísimas propiedades nutritivas, como, por ejemplo:
- Tiene más fibra, proteínas y minerales que el brócoli.
- Es muy rico en calcio, magnesio, hierro, manganeso, cobre y zinc.
- Ayuda a prevenir enfermedades cardiovasculares.
- Tiene propiedades antiinflamatorias, antioxidantes y anticancerígenas.
El bimi tiene un sabor suave y dulce y su rama se parece mucho a un espárrago verde. Es como un minibrócoli. Se puede cocinar de formas muy diferentes: directamente en la sartén con unas gotas de aceite, al vapor, hervido tres minutos y enfriado con agua fría para que no pierda las propiedades, o incluso se puede comer crudo.
Para acompañar el plato lo hacemos con la mejor salsa pesto de todas, que, además, no crea malas digestiones, porque, como no lleva ni ajo ni queso, no repite. El fruto seco que lleva es uno que, a mí personalmente, me encanta: las nueces de Brasil. Las como desde hace mucho tiempo porque Xevi Verdaguer me dijo que, con dos o tres al día, obtendría la cantidad recomendada de selenio. Además, es el fruto seco más rico en magnesio. Ahora bien, no podemos tomar más de la cuenta porque dicen que nos podríamos intoxicar.
Tras conocer las propiedades de estos dos alimentos tan nutritivos, es hora de cocinar el plato. Como sé que repetiréis o lo compartiréis con la pareja, familia y/o amigos, os dejo la receta con cantidades para dos personas.
La receta
Ingredientes para 2 personas:
- Espinacas frescas
- 1 calabacín ecológico grande o 2 pequeños
- 200 g de bimi
- 12 vainas de guisantes (si se usan guisantes de bote, hay que mirar bien la etiqueta y asegurarse de que no lleven ningún azúcar y/o algún ingrediente extraño)
- 1 aguacate
- 1 c.s. de aceite de oliva virgen extra de primera presión en frío
- Sal marina sin refinar
Para la salsa:
- 150 g de nueces de Brasil
- 1 puñado de rúcula
- 20 g de albahaca
- Zumo de una lima
- 1 c.s. de levadura nutricional
- 1 c.s. de aceite de oliva virgen extra de primera presión en frío
- Sal marina sin refinar
Preparación:
- Es mejor empezar preparando la salsa pesto, ya que, si reposa un rato, la intensidad del sabor aumenta y queda mucho mejor. En un procesador de alimentos triturar todos los ingredientes hasta obtener el espesor deseado. Se puede añadir un poco de agua si queda demasiado espeso. Reservar.
- Espiralizar el calabacín con la ayuda del Spiralli y hacer una montañita de espaguetis sobre una base de espinacas.
- Cocinar el bimi en una sartén a fuego medio-bajo con un poco de aceite y sal. Al cabo de 5 minutos, retirar y poner al lado de los espaguetis de calabacín.
- Cortar el aguacate en láminas muy finas y hacer como un abanico al otro lado del plato.
- Abrir las vainas de los guisantes, desgranar y colocar los guisantes alrededor del plato. Se comen tal cual, pero se pueden cocinar al vapor o hervidos.
- Una vez el plato esté montado, añadir un buen chorro de aceite y la salsa pesto por encima.
- ¡A disfrutarlo!
Os aseguro que no querréis que el plato se termine…