Según la medicina tradicional china, la zanahoria es de naturaleza térmica neutra y sabor dulce; beneficia a los pulmones; fortalece el bazo-páncreas; mejora las funciones hepáticas y estimula la eliminación de tóxicos; es diurética; disuelve piedras y tumores y yo diría que también temores.
Que una humilde zanahoria tenga tanto poder hace que su presencia no pueda faltar en ninguna salsa, crema, caldo o potaje que se precie. En esta receta, la vais a encontrar como protagonista principal; asada con especias, un crujiente de avellanas y acompañada de un delicioso pesto curativo hecho con su pareja de vida, de la que muchas veces nos empeñamos en separarla.
Hojas de zanahoria para el pesto
Cortar los extremos de las zanahorias y descartar las hojas nos priva de un ingrediente vital, sabroso y muy terapéutico. Hacer enjuagues por ejemplo con una decocción de las hojas (un puñado por cada dos vasos de agua) es un remedio tradicional para curar las aftas bucales gracias a su efecto antiséptico.
Además, son ricas en minerales como el potasio, calcio y hierro y contienen seis veces más vitamina C que la raíz. Así que, por favor, ¡no tiréis las hojas! Eso sí, separadlas antes de guardarlas, si no absorberán la humedad de las zanahorias y harán que se estropeen antes. La próxima reservadlas para preparar este delicioso y curativo pesto.
¿Sabíais que las zanahorias no siempre fueron naranjas? ¿Y que la zanahoria morada o safarnària es una raíz que en Mallorca se usaba antiguamente y que cayó en el olvido y ahora se vuelve a recuperar? Podemos quedarnos mirando una zanahoria en el supermercado y preguntarnos por qué son tan perfectas o por qué no tienen hojas e imaginar cómo deben ser cuando crecen naturalmente.
Tal vez sea el inicio de un huerto urbano el que nos haga cambiar totalmente nuestra manera de consumir. Que una zanahoria, un nabo, o una cebolla no tengan hojas debería hacernos pensar que quizás nos estamos perdiendo cosas importantes por el camino y olvidando el verdadero lugar de las cosas en la naturaleza.
La receta: Zanahorias asadas y pesto
Ingredientes:
- 1 manojo de zanahorias
- 100 g de avellanas
- Aliño:
- 3 c.s. de AOVE
- 1 c.p. de miel
- 1 c.s. de vinagre de manzana
- ½ c.p. de hinojo en polvo
- ½ c.p. de comino en polvo
- ½ c.p. de canela en polvo
- Sal marina
Ingredientes pesto:
- Las hojas de un manojo de zanahorias (reservar alguna para decorar)
- 1 diente de ajo
- 50 g de anacardos (remojados unas 2 h)
- 1 c.s. de gomasio
- 1 c.s. de semillas de cáñamo
- 2 c.s. de levadura nutricional
- 1/2 vaso de AOVE
- Una pizca de sal marina
Preparación:
- Separar las hojas de las zanahorias conservando 1 trozo del tallo. Pelar con un pelador y poner en una fuente de horno. Pintar con el aliño de aceite y especias y hornear a unos 180-200 ºC unos 15 minutos (según el grosor de las zanahorias y de lo crujiente que se deseen).
- Picar las avellanas no demasiado finas y añadir por encima de las zanahorias. Gratinar unos 5 minutos más o hasta que se tuesten ligeramente (vigilando que no se quemen).
- Para hacer el pesto, triturar gruesamente todos los ingredientes hasta obtener una pasta espesa. Corregir de textura con el aceite o con las semillas y probar de sal, de ajo o del sabor que más apetezca. Decorar con hojas desmenuzadas de zanahorias.
Que lo disfrutéis,
¡Mucha salud!