Los cerezos en flor anuncian el inicio de la primavera y los japoneses ven en ellos una de las mayores manifestaciones de la belleza en estado puro. De todas formas, tan solo es un anticipo de otro de los acontecimientos igualmente esperado, que es degustar su maravilloso fruto: la cereza, de pulpa rojo brillante, jugosa, fascinadora y repleta de sustancias que embellecen nuestra salud.
Tengo que reconocer que no soy una superfan del tofu en general, pero de vez en cuando puede ser muy inspirador para que recetas veganas queden bastante resultonas. En concreto, el tofu japonés o sedoso tiene una textura muy agradable que se deshace en la boca, pero os aviso que es bastante delicado de manipular; así que yo creo que es ideal para aprovechar la oportunidad y practicar mindfulness o conciencia plena mientras se cocina. Además puede resultar delicioso en tartas de queso veganas, lassis, bebidas con frutas o incluso tiramisú! Para darle un poco más de sabor, lo he macerado un ratito antes con un aliño estilo oriental de sabor y aroma muy intensos; en especial por el aceite de sésamo tostado, que solo olerlo, ¡me pierde!
Entre otros muchos beneficios, las cerezas ayudan a combatir el estreñimiento, a regular los niveles de azúcar en sangre, a fortalecer el sistema inmunológico y a reducir la acumulación de gases intestinales, lo que alivia malestares digestivos. Destaca también que las cerezas son uno de los pocos alimentos que contienen melatonina, que ayuda a regular el ritmo cardíaco y los ciclos del sueño. Su riqueza en pigmentos a los que deben su color rojizo, llamados antocianinas, tienen propiedades antioxidantes capaces de reducir la inflamación, y en general de prevenir la aparición de patologías degenerativas, por lo que podríamos considerarlas una fruta antienvejecimiento.
En nuestro país también podemos asistir al bello espectáculo que ofrecen los cerezos: la floración del Valle del Jerte en Extremadura se encuentra entre los mayores espectáculos que nos regala la naturaleza cada año. La picota es la cereza autóctona y exclusiva de este valle y entre las variedades están la Pico Limón, Pico Negro, Pico Colorado y Ambrunés. Además de consumirlas tal cual, resultan ideales para incluir en ensaladas, sopas, salsas, postres, helados o incluso como guarnición de platos de carne. Extrarefrescante, aromática, jugosa y saciante; con esta crema de belleza podremos celebrar el final de la primavera protegidos con una buena dosis de antioxidantes para recibir renovados y bellos el solsticio del verano.
La receta
- 500 g de cerezas
- 200 g de tomates cherry
- 1 trozo de apio
- Un diente de ajo pequeño
- 1 c.p. de jengibre en polvo
- 1 c.p. de tamari
- 2 c.p. de aceite de oliva
- Agua mineral
- 400 g de tofu sedoso (estilo japonés)
Ingredientes para el aliño oriental:
- Aceite de oliva
- 2 c.s. de aceite de sésamo tostado
- 1 c.s. de mirin (vinagre de arroz integral)
- 1 c.s. de salsa de soja
- 1 c.s. de concentrado de manzana
Para decorar:
- Daikon rallado (o nabo blanco)
- Hojas verdes aromáticas (shiso, menta, albahaca y cebollino)
- Ralladura de naranja
Preparación del tofu
- Escurrir el tofu y envolver en papel de cocina; dejar en un colador durante unos 30 minutos para eliminar el exceso de agua.
- Cortar el tofu en unos ocho trozos y volver a secar con papel de cocina. Regar por encima con el aliño oriental mientras se prepara la crema de cerezas para que se vaya macerando.
Preparación de la crema de cerezas
- Cortar las cerezas por la mitad y eliminar los piñones. Trocear los tomates cherry y mezclar con el apio cortado, las cerezas y el resto de ingredientes. Triturar hasta obtener un puré fino que se puede modificar con un poco de agua mineral si apetece más líquido; lo ideal es que quede con la textura de un gazpacho.
Presentación
Rellenar cada plato con la crema de cerezas y poner en el centro 2 o 3 trozos de tofu. Regar con el aliño y decorar con las hojas verdes picadas, un poco de nabo rallado y ralladura de naranja.
Que lo disfrutéis,
¡Mucha salud!