Durante los últimos meses, hemos vivido numerosos cambios. Cambios, sobre todo, en el ritmo de vida, en la forma de llevar a cabo cosas tan habituales como trabajar o hacer deporte y también en la manera en la que nos comunicamos y relacionamos. De alguna forma, hemos vivido un cambio de realidad y de normalidad, lo que nos ha afectado en muchos aspectos, aunque hay uno que tiene especial relevancia, dado que está totalmente vinculado con nuestra salud y con la forma en la que afrontamos el día a día: la calidad del sueño.

La pandemia ha empeorado de la calidad del sueño

PiLeJe, laboratorio francés especializado en microbiota, micronutrición y fitoterapia, ha llevado a cabo un estudio de la mano de Canal Sondeo en el que pone en relieve que el 45% de los encuestados afirma que la pandemia ha afectado a la calidad de su sueño. Aunque lo realmente importante y preocupante es que el 88% de estas personas afirman que han dormido peor estos últimos meses que justo antes de la pandemia. El doctor Javier Albares, neurofisiólogo y especialista en sueño, explica que la situación de incerteza en aspectos tan importantes como la salud, el trabajo y la situación económica, han aumentado los niveles de ansiedad de la población en general y, como consecuencia, algunos trastornos del sueño, como el insomnio”.

Tristeza, ansiedad y estrés, las principales causas de la peor calidad del sueño

Existen muchas causas que pueden determinar un deterioro de la calidad del sueño, como el estado emocional. La situación provocada por la pandemia precisamente ha alterado el estado anímico de muchas personas, algo que la encuesta llevada a cabo por PiLeJe pone de relieve. Más de la mitad de los encuestados (53%) se han sentido tristes durante los últimos meses, el 43% también se han sentido ansiosos y el 41% han sufrido estrés.

Además, al tener menos actividades físicas, trabajar en casa y tener menos vida social, los horarios de sueño también han variado de forma destacable. Según la encuesta, el 56% han visto afectados sus horarios habituales: el 22% afirma que tiene horarios cambiantes, el 12% dice que ahora se va a dormir más pronto que antes y el 22% que lo hace más tarde que de costumbre. Según el doctor Albares, menos actividad física, menos exposición a la luz natural y más horas de exposición a la luz de aparatos digitales sobre todo en las horas previas al sueño, así como horarios irregulares de las comidas, han desajustados los relojes internos de mucha gente, y eso ha provocado no solo trastornos del ritmo circadiano del sueño, sino un mayor riesgo de desarrollar otros trastornos digestivos y metabólicos”.

Esta situación provoca que casi uno de cada dos encuestados (46%) se sienta más cansado que antes, aunque la actividad física haya disminuido.

Si queréis conocer alimentos que os puedan ayudar a dormir mejor, en breve haremos un webinar con el psiconeuroinmunólogo, dietista y farmacéutico Marcello Soi, que explicará cuáles son los nutrientes clave para mejorar el insomnio. También nos hablará de los peligros de no dormir bien y el papel de las bacterias de la microbiota intestinal en el control del descanso. Si os interesa, os podéis apuntar en el enlace.