Ha conducido el curso virtual de más éxito de la historia de Soycomocomo. Después de tres ediciones ayudando a miles de personas a cambiar de hábitos y a perder peso, las peticiones continuadas de los exalumnos han convencido a Pilar Rodrigáñez para lanzar la cuarta edición del “Pierde peso y gana salud”, esta vez, en clave de verano. Un programa sensato y fácil de seguir para adelgazar que utiliza alimentos de temporada, que se realiza en comunidad y que ha conseguido grandes resultados.
Esta vez, además, el estreno del curso coincide con el lanzamiento del libro de Pilar que, bajo el mismo título, complementa el curso y quiere convertirse en la biblia para perder peso definitivamente y de forma sana.
Después de tres ediciones y de un éxito rotundo de los cursos en línea, llega el libro Pierde peso y gana salud, tu primer libro. ¡Muchas felicidades! ¿Qué diferencia hay entre el curso y el libro? ¿Vale la pena tener los dos?
¡Estoy muy feliz! De hecho, el libro es un poco el hijo del curso. Resulta que una de las alumnas del curso es editora de Random y vino a proponernos hacer el libro del curso porque le había encantado.
La idea es que el libro contiene los temas del curso, pero tratados más en profundidad y con menús para todo el año. Fue una experiencia muy bonita y fue clave poder hacerlo con la tranquilidad de que es un método que funciona bien, porque al momento de sentarme a escribir ya habíamos tenido muy buen feedback de los alumnos en dos ediciones. Lo más difícil de todo fue conseguir tiempo, porque mi hija Juno era recién nacida.
Respecto al curso, la realidad es que son formatos muy diferentes. El curso tiene como gran plus el foro, donde durante dos semanas compartimos dudas y experiencias con los alumnos. Es allí donde puedo hacer algún cambio del menú o donde les puedo explicar cositas sobre alimentación saludable. Allí nos damos ánimos entre todos e, incluso, compartimos algunas recetas que no están en el curso. Pasan cosas y es muy guay.
Después de tantas ediciones, de escribir el libro y de las visitas específicas en consulta, eres toda una referencia en perder peso de forma sana. ¿Cómo puede ser que el sobrepeso sea un problema tan extendido y masivo? ¿Es eso síntoma de una sociedad enferma?
Sí, en parte sí. Creo que, como sociedad, hemos perdido un poco el norte en la forma de alimentarnos y de vivir en general. En la era de la falta de tiempo nos hemos acostumbrado a vivir sin actividad física, a dormir mal y a comer lo que la industria nos prepara. Todo eso nos engorda y, sobre todo, nos desvitaliza. En el libro y en el curso hay una invitación a volver a la cocina y a comer alimentos reales, a elegir los procesados y a componer el menú de una manera equilibrada. Es una propuesta simple (apta para la vida familiar), pero que es muy rica y da muy buen resultado: la gente pierde peso y, lo más importante, se encuentra mejor.
Pones en duda el modelo de la alimentación convencional y plantas cara a la industria alimentaria. ¡Es un libro muy valiente!
Soy una persona muy reivindicativa y, definitivamente, esta es una de las batallas que más me tocan la fibra. Es imposible seguir una alimentación saludable sin criticar el modelo convencional, minado de intereses. Por suerte, cada vez somos más los que cuestionamos los viejos paradigmas y no tenemos miedo de escupir a la industria en la cara. Ella nos enferma y enferma a nuestros niños con un descaro y una falta de ética que no puede dejarnos indiferentes.
El método ha conseguido cambiar la vida a miles de personas con distintas condiciones que ni siquiera has visto o de quienes no sabes nada, y todos los que han seguido la pauta al pie de la letra han adelgazado.
Ese ha sido un gran desafío, porque la dieta debería ser personalizada, pero los hábitos y el tipo de alimentación que nos permite conseguir una mejor composición corporal son los mismos para todos. Todos necesitamos dar prioridad a algunos alimentos y descartar otros para poder adelgazar o sentir menos ansiedad, o tomar un tipo de desayuno para saciarnos más. Ese ha sido uno de mis mayores esfuerzos en este curso: enumerar o detectar las claves o pautas que deben estar en todas las dietas. Luego, por supuesto, se puede afinar en cada caso.
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Ponme un ejemplo.
Por ejemplo, con las digestiones hay que tener cuidado. Hay quien digiere las piedras y, en cambio, quien no puede tomarse una ensalada por la noche. A estas personas es importante adaptarles la pauta y hacérsela más digestiva. O, por ejemplo, si la persona tiene horarios complicados, hay que pensar muy bien dónde colocar cada comida para tener buenos resultados.
¿Cómo explicarías el método de forma breve a alguien que no lo conozca?
¡Socorro! A ver si soy capaz de ser breve; no olvides que soy argentina. Básicamente propongo un tipo de alimentación para el cual estamos adaptados genéticamente. Esto significa dejar de lado los ultraprocesados. Doy mucha prioridad a los alimentos ricos en grasas –por varios motivos que explico en el curso– y minimizo la presencia de carbohidratos, sobre todo los que provienen de harinas. Derribamos mitos; es decir, incorporamos alimentos que siempre se creyó que engordaban y, al revés, nos quitamos de encima muchos que están pensados para adelgazar. Y, por supuesto, las verduras son las reinas; siempre. El método busca también que haya disfrute mientras se hace el esfuerzo; esto es primordial. Propongo un montón de ideas simples para dejar atrás la típica dieta triste de pollo a la plancha y lechuga.
¿Qué ventajas tiene comer sano cuando queremos adelgazar?
Principalmente que construyes un hábito que podrás sostener para siempre. No estás a dieta: ya vimos que este concepto está predestinado al fracaso, porque significa que lo pasarás mal y que probablemente tendrás resultados rápidos pero fugaces; sin hablar de la altísima probabilidad de caer en un efecto rebote a la mínima que vuelvas a los hábitos de antes. Comer sano es para siempre, no hay vuelta atrás. No hace falta ser un talibán; de hecho, yo no lo soy para nada. Las excepciones forman parte de la alimentación sana, pero deben vivirse como lo que son: excepciones. Es decir, sabiendo que no son parte del día a día y disfrutándolas.
¿Crees que el método puede convertirse en el definitivo para dejar de hacer dieta y aprender a comer?
Sí, absolutamente. Creo que esto es una de las cosas que más me gusta del método. No es exactamente igual cuando quieres perder peso que cuando quieres mantenerte, pero a grandes rasgos el tipo de alimentación no cambia. Lo que es brutal es que quien lo hace entiende por dónde pasa el cambio y así es mucho más fácil de integrar. Es un método que te permite desarrollar un criterio: no hace falta que yo te diga qué sí y qué no cada vez que quieras comer algo; después de hacer el curso, tú mismo sabes cómo alimentarte.
Muchos de los seguidores del curso tienen un ligero sobrepeso y quieren bajar un par o tres de quilos, pero también hay quien tiene problemas de peso mayores. ¿La pauta también sirve en caso de obesidad?
Sí, claro que sí. Ahora que ya han pasado más de dos años de la primera edición, empiezan a aparecer los testimonios de los primeros alumnos que, en algunos casos, han perdido más de diez o quince kilos. Los tiempos son diferentes, por supuesto, pero es una alimentación totalmente válida para casos de obesidad.
Si sentimos dolor de cabeza y estreñimiento cuando empezamos con la pauta, ¿significa que vamos por buen camino y que no debemos asustarnos?
Sí. Al principio puede haber un poco de estreñimiento por el cambio de alimentación, pero luego revierte; de hecho, casi siempre mejora. Y el dolor de cabeza, sí, es bastante desagradable, pero es producto de bajar el consumo de azúcar. A veces me dicen “pero si yo no tomo azúcar de normal”, pero con estos dolores de cabeza te das cuenta de que sí; lo que pasa es que no lo sabemos, porque está por todos lados. Son dos o tres días más o menos; luego pasa. El organismo tiene que acostumbrarse.
En breve estrenamos la cuarta edición del curso virtual en Soycomocomo. ¿Qué novedades encontraremos respecto a las ediciones anteriores?
Básicamente los menús y algunas recetas. El contenido teórico es similar. A partir de la tercera edición añadimos un capítulo que nos habían pedido en las ediciones anteriores: cómo seguir tanto si queremos continuar perdiendo peso como si queremos mantenernos; pero nada más. Lo que también hemos mejorado es el foro, que es una herramienta central del curso: ahora está mucho mejor estructurado por temas, así que es más fácil encontrar las respuestas.
Para que nadie se sienta timado, hemos marcado un precio mini especial para los exalumnos, que solo tendrán como novedad la pauta de alimentación. La verdad es que ha tenido muchísimo éxito: hay muchos “repetidores”, y eso es algo que me da una profunda satisfacción.
Una de las claves del éxito de curso ha sido, desde la primera edición, la calidez del foro, donde los participantes pueden formularte preguntas directamente a ti o compartir dudas entre ellos. ¿Sentirse acompañado es clave para adelgazar?
Sí. Esta ha sido una de las sorpresas del curso: la fuerza que tiene el contacto y la comunidad, sobre todo cuando esperas resultados y cuando tienes que hacer esfuerzos. Es emocionante ver cómo se van dando fuerzas entre todos, cómo se responden y se empiezan a relacionar personas que jamás se han visto antes, pero comparten la ilusión de encontrarse mejor. Yo también soy muy activa e intento ir respondiendo y animando permanentemente. Al final terminan pasándose recetas y compartiendo ideas. Y a mí me encanta; ¡es tan estimulante! Aunque también te digo que en mi casa no causa tanta gracia, porque paso muchos ratos frente al ordenador. Es difícil de manejar a nivel familiar, pero vale la pena porque marca una enorme diferencia con cualquier otro curso en línea que pueda hacerse. Te ayuda a no tirar la toalla cuando la cosa se puede poner un poco cuesta arriba o a enderezarte si te has desviado. Además, los alumnos son muy agradecidos, y eso me salva la vida.
¿En qué casos no recomiendas seguir el curso o las pautas del libro?
Es una pauta que está pensada para personas sanas y que se adapta muy fácilmente a la vida familiar, pero es verdad que hay momentos vitales (embarazo, lactancia) o si eres deportista, en los que las necesidades de carbohidratos, por ejemplo, son diferentes. En esos casos conviene adaptar la pauta con un especialista.
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