Pasos para un uso moderado de la sal
–La sal debe enriquecer y no dominar el sabor de los alimentos.
-La mayoría de las recetas y alimentos empaquetados contienen muchísima sal.
-Evitar la sal de mesa.
-Aprender a combinar bien el miso y la salsa de soja con los alimentos.
-Utilizar sal integral en cantidades moderadas.
-Consumir alimentos que equilibran la sal y el sodio como alimentos ricos en potasio: verduras de hoja verde, leguminosas, granos, frutas y hierbas.
-Se consume mucha más sal durante las estaciones más frías.
-Aprovechar la primavera para hacer un ayuno de sal durante 7 días para depurar el exceso de sal que pueda haber.
Ni la sal ni el azúcar. Ninguno de los dos son aconsejables en la dieta infantil, ni tampoco en la adulta. Pero ¿por qué? “Porque roban el calcio, tan importante para el desarrollo de los niños”, afirma Lucía Redondo Cuevas, diplomada en Dietética, naturópata y profesora del IES de formación profesional sanitaria Roger de Llúria.
Cuando un niño toma un alimento salado, acaba eliminando el exceso de sodio por la orina, pero lo hace acompañado de una cantidad importante de calcio. El azúcar también lo hace, pero no elimina el calcio de una forma tan inmediata como la sal, sino que actúa a largo plazo. “Provoca que los huesos se acaben debilitando”. Como el calcio es tan importante, Lucía Redondo recuerda alimentos ricos y que no deben faltar: las crucíferas (como el brócoli), las semillas de sésamo, las algas, las legumbres, los frutos secos. “La leche de vaca, los quesos y los yogures están injustamente mitificados”. Se ha llegado a asegurar que de la leche de vaca se puede absorber más rápidamente el calcio, sin embargo, “si aportamos cifras concretas, el calcio de la leche se absorbe un 30%, mientras que del brócoli, un 60%” (Position of the American Dietetic Association: Vegetarian Diets. J Am Diet Assoc. 2009; 109:1266-1282). Es más, los países más consumidores de lácticos, como EE UU, son los países con más osteoporosis (estudio publicado en 2005, dirigido por el Dr. T. Colin Campbell 2005)
Por otro lado, otras advertencias básicas sobre la sal es que la presión sanguínea –concretamente la que sale del corazón– puede ser más elevada en niños que siguen una alimentación rica en sodio –según el estudio publicado en Journal of Hypertension el 2002– que en los que no. Y si la presión sanguínea es elevada de forma continuada puede derivar en problemas cardíacos. De todas formas, el médico Joan Vidal-Jové matiza que si un niño llegase a tener problemas cardíacos, la sal sería la causa principal, pero seguro que habría otros, como el colesterol.
Finalmente, el argumento básico: la infancia es el mejor momento para educar el paladar y, por lo tanto, para acostumbrarse a poca sal y poco azúcar. Esta educación se puede convertir en un hábito de adulto.