Actualmente, dentro del mundo de la alimentación saludable, encontramos una gran variedad de productos innovadores que prometen grandes beneficios para la salud. Sin embargo, ¡no siempre hay que ir a buscar ingredientes para cuidar el organismo! Si redescubrimos la cocina de nuestros antepasados, ​​también encontraremos recetas ancestrales que esconden grandes propiedades. Un buen ejemplo es el caldo de huesos, un caldo que se prepara con agua, huesos grandes de animales, verduras y condimentos, y que tradicionalmente ya se utilizaba cuando había alteraciones intestinales.

Se trata de una receta que, con los años, parecía que se había olvidado, pero que recientemente se ha redescubierto y revalorizado gracias a sus propiedades nutricionales.

El caldo de huesos como fuente de colágeno

El caldo de huesos aporta muchas proteínas de elevada biodisponibilidad y de alto valor biológico, ya que proporciona todos los aminoácidos esenciales que el cuerpo necesita en cantidades adecuadas.

Concretamente, el caldo es rico en glicina, prolina y lisina, tres aminoácidos que ayudan a sintetizar el colágeno. La lisina es un aminoácido esencial que interviene en la producción de enzimas, hormonas y anticuerpos que pueden inhibir algunas infecciones por virus (como el herpes), y entre sus múltiples propiedades está la de promover la formación de colágeno e impedir su deterioro.

La glicina y la prolina no son esenciales, ya que tenemos la capacidad de sintetizarlas de manera endógena, sin embargo, consumir alimentos ricos en estos aminoácidos es beneficioso como aporte adicional ya que el cuerpo no las produce en tanta cantidad como para cubrir la síntesis de colágeno diaria. Además, hay que tener en cuenta que, con la edad, la síntesis endógena de colágeno va disminuyendo y, por tanto, es beneficioso asegurar la ingesta de estos tres aminoácidos para mantener la producción.

En este caso, el caldo de huesos es un recurso natural ideal porque es fácil de preparar y tomar.

Además, también es fuente de minerales y vitaminas B6 y B12.

Beneficios del colágeno

Cuando tomamos caldo de huesos y proveemos glicina, prolina y lisina al cuerpo, el cuerpo puede utilizarlas para sintetizar colágeno, una proteína con un gran abanico de funciones importantes:

  • Articulaciones. El colágeno ayuda a disminuir el dolor articular y puede mejorar los síntomas de la artritis. Además, el caldo de huesos también contiene glucosamina y condroitina, unas sustancias que también ayudan a mitigar el dolor.
  • Piel. Con la edad, la pérdida de colágeno aumenta y esto se refleja en la aparición de las líneas de expresión faciales. Es por ello que asegurar los aminoácidos necesarios para sintetizarlo podría reducir los signos de envejecimiento.

Además, gracias a la glicina, el colágeno también ayuda a descansar, ayudando a mejorar la calidad del sueño y reduciendo la fatiga.

¿Cómo preparar caldo de huesos?

Preparar el caldo de huesos en casa es muy sencillo, ya que no es complicado de hacer ni lleva ingredientes extraños: tan solo los huesos grandes (que pueden ser solo de ternera, cerdo y/o pollo), agua, verduras y condimentos. Aquí podéis ver la receta.

El único problema que puede haber, y por el cual muchas personas no lo preparan, es que requiere un proceso lento de cocción. Para prepararlo primero hay asar los huesos en el horno durante 45 minutos y, después, hay que cocinar todo durante 24-30 h en una olla de cocción lenta o unas 6 h en una olla normal. La olla de cocción lenta es más práctica porque permite no tener que estar pendiente; si no, es complicado dejar el fuego encendido tanto rato.

¡La buena noticia es que Suravitasan ha comercializado un formato de proteína de caldo de huesos en polvo! Se trata de un producto de alta calidad obtenido a partir de los huesos de animales bovinos alimentados de pastos de Nueva Zelanda y cocinado de manera tradicional a fuego lento. Además, dispone del certificado ISO 17025, que asegura que está libre de antibióticos y hormonas.

El caldo de huesos en polvo lo podemos utilizar para aumentar el valor proteico de sopas, estofados o salsas de manera fácil y sencilla, así como también mezclar con agua caliente y tomar como caldo. Si lo queremos añadir a otras preparaciones, el único consejo es mezclar a la vez que se va vertiendo poco a poco, para evitar que se formen grumos.

¡Nunca había sido tan fácil beneficiarnos de las grandes propiedades del caldo de huesos!

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