El colágeno es una proteína presente en el cuerpo humano que forma parte estructural del tejido conjuntivo. Esta estructura envuelve y protege músculos y órganos vitales, y es esencial para la salud de huesos, ligamentos, tendones, cartílagos y piel, vasos sanguíneos, córnea, encías y cuero cabelludo.
El cuerpo tiene capacidad de fabricar su propio colágeno, pero con el paso del tiempo, la producción de esta proteína se reduce: a los treinta años generamos la mitad que en la adolescencia. En el caso de las mujeres, esta pérdida se incrementa después de la menopausia, ya que el colágeno está íntimamente ligado a los estrógenos.
Además, el estrés oxidativo, resultado de un exceso de radicales libres derivados del propio metabolismo del cuerpo, del estrés, la contaminación, exceso de sol, falta de sueño, medicamentos, estimulantes, sumado a una alimentación pobre en vitaminas, minerales y colágeno natural, conforman los factores que favorecen la degradación de colágeno, y aceleran el envejecimiento, la inflamación y la pérdida de flexibilidad de los tejidos y articulaciones de los que forma parte.
Para ralentizar la degradación del colágeno debemos, por un lado, disminuir el estrés oxidativo y por otro aportar nutrientes que favorezcan la síntesis de esta importante proteína estructural. Por eso es recomendable seguir una dieta con alimentos que eviten la degradación de colágeno, entre los que incluimos cereales integrales, ricos en vitaminas del grupo B, verduras de hoja verde y proteína de buena calidad, tanto animal como combinación de vegetal con cereal.
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Al mismo tiempo se debe evitar, sobre todo, el consumo de azúcar refinado y alimentos que aumenten la glucemia, ya que está relacionado con la glicación, proceso en el que las moléculas de azúcar en exceso se adhieren a las fibras de colágeno, que pierde fuerza y flexibilidad. Además de estos consejos, otra buena medida es tomar un complemento alimenticio rico en colágeno, para garantizar unos niveles óptimos.
Es importante destacar que no todo el colágeno que comemos es utilizado por el organismo con la misma eficacia y rapidez. El colágeno es una molécula grande y compleja, difícil de absorber por el aparato digestivo. Si lo ingerimos crudo, prácticamente no se aprovecha e incluso puede provocar digestiones largas y pesadas, con flatulencia y malestar.
Estos problemas se solucionan con la industria de los suplementos alimenticios, ya que muchos presentan un colágeno en forma hidrolizada, es decir, péptidos de colágeno, formas más pequeñas y predigeridas, que facilitan su absorción y posterior utilización en el organismo.
Tipos de suplementos de colágeno
Existen muchas formas de suplementos de colágeno en el mercado:
- Colágeno oral: en píldoras, cápsulas, polvos o en forma líquida, de origen porcino, bovino o marino, promete ayudar con la artritis, el exceso de peso, la construcción de músculos y el rejuvenecimiento de la piel. Estos suplementos actúan en la capa más profunda de la piel, la dermis, y mejoran su hidratación y estructura. En caso de alergia a ciertos alimentos puede dar complicaciones.
- Cremas de colágeno: aseguran desdibujar las arrugas y rejuvenecer los rostros envejecidos, pero la molécula de colágeno es tan grande que no se absorbe por la piel y solo actúa en la capa más superficial, la epidermis, por lo que es necesario combinarlas con suplementos nutricionales para obtener buenos resultados.
- Inyecciones de colágeno: hacen que la piel luzca mejor, y suavizan las arrugas del rostro, pero sólo es un efecto paliativo que dura un plazo limitado de 8 a 12 semanas y suele tener efectos secundarios en personas sensibles o con desórdenes autoinmunes. Además el colágeno puede migrar y deformar el rostro.
Cabe destacar que la proteína del colágeno es únicamente de origen animal, por lo que no es apta para vegetarianos.
El colágeno hidrolizado representa una opción segura para prevenir futuros problemas degenerativos relacionados con la edad y es un complemento adecuado en el tratamiento de enfermedades osteoarticulares.
Suplemento de colágeno hidrolizado
Los suplementos de colágeno hidrolizado se obtienen mediante tratamiento enzimático, lo que hace que el producto sea más biodisponible, es decir, fácil de digerir, absorber y utilizar por el organismo.
Estudios clínicos han comprobado sus efectos en enfermedades degenerativas. Por ejemplo, se han analizado los efectos del colágeno hidrolizado en fibromialgia crónica y dolor articular, y se han obtenido resultados positivos que se traducen en una reducción de síntomas y dolor, después de un consumo diario de una cucharada sopera durante 90 días. (más información en el siguiente aquí)
Otros estudios han demostrado que tomando 10 g de colágeno hidrolizado diariamente se reduce la profundidad de las arrugas dérmicas. Los beneficios se notan a partir de los quince días y si se deja de tomar el efecto desaparece. Si se toma por un largo plazo de tiempo, siempre bajo supervisión de un especialista, se aconseja realizar periodos de descanso de al menos un mes cada tres meses de tratamiento.
La complementación con colágeno se recomienda como preventivo de problemas osteoarticulares, como tratamiento de nutricosmética, para mejorar la hidratación, elasticidad y firmeza de la piel y, así, mejorar el aspecto del rostro y atenuar los signos de envejecimiento, y también en caso de flacidez dérmica.
S. XXI, “la década de los huesos y articulaciones”
La Organización Mundial de la Salud (OMS), designó los primeros diez años del siglo XXI como “la década de los huesos y las articulaciones”, con el fin de estudiar y reducir el impacto en la salud que generan las enfermedades musculoesqueléticas.
Según datos de la OMS, la artritis y la enfermedad reumatoide afecta a más de un 30% de la población mundial. Un alto porcentaje de este deterioro se agrava después de la menopausia.
Aunque estas enfermedades están, tradicionalmente, más relacionadas a una falta de calcio que de colágeno, el último favorece un tejido conectivo sano y “joven”, ya que colma las carencias en aminoácidos.
Estudios científicos avalan los suplementos de colágeno como un reconocido preventivo de enfermedades degenerativas y una sustancia eficaz a la hora de aliviar dolores asociados a diferentes patologías osteoarticulares, como la artritis, artrosis, fibromialgia, gota.
El colágeno es una opción segura
No existe una sustancia capaz de curar las inflamaciones musculoesqueléticas, pero es posible atenuar los dolores, preservar las articulaciones y evitar el progreso de la enfermedad.
Muchas veces se prescriben medicamentos a base de corticoides, antiinflamatorios no esteroidales o antirreumáticos, los cuales, aunque se suministran en dosis bajas, se ha demostrado que a largo plazo pueden provocar efectos secundarios graves a nivel renal, hepático o gastrointestinal, daños en el sistema reproductivo o, incluso, insuficiencia cardiaca.
Como hemos puntualizado antes, el colágeno hidrolizado, al ser una sustancia natural, representa una opción segura como preventivo de futuros problemas degenerativos relacionados con la edad y es un complemento adecuado en el tratamiento de enfermedades osteoarticulares.
Es importante recordar la posibilidad de una reacción alérgica, sobre todo cuando se suministra por vía intravenosa, por lo que sería conveniente consultar previamente con un profesional.
Prevenir el envejecimiento de manera natural por dentro y por fuera
Tenemos en nuestras manos el poder de ralentizar la degradación del colágeno de manera natural, tanto mediante la alimentación y un estilo de vida saludable como a través de complementos de colágeno en forma de cápsulas, cremas e inyecciones.
Pero, ¿qué otros medios no invasivos existen para retrasar el envejecimiento de nuestro organismo? El nutricionista Marc Vergés nos lo explica detalladamente en el programa “Antiaging celular”, con el objetivo final de mostrarnos cómo vivir más y mejor.
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