Cómo cuidar el eje intenstino-cerebro

  1. Que toda enfermedad comienza en el intestino, como decía Hipócrates. Y es que en el intestino tenemos quinientos millones de terminaciones nerviosas, el 95% de la serotonina, más del 70% de las células inmunitarias y, en general, el cuerpo está “hecho” de bacterias y no solo de células. De hecho, el organismo tiene diez veces más bacterias que células.
  2. Que la dieta debe ser mucho más variada. Si tenemos cien billones de bacterias, ¿cómo las alimentaremos si comemos siempre los mismos platos e ingredientes? El déficit de varias familias bacterianas favorece que se implanten patógenos; esto provoca disfunciones y patologías, a veces crónicas.
  3. Que no solo tenemos que tomar probióticos cuando tomamos antibióticos. Los probióticos son una solución de salud que refuerzan la microbiota y aumentan las defensas. Hay muchos factores que, a diario, pueden desequilibrar la microbiota –alimentación desequilibrada, estrés, medicamentos…– y causar trastornos funcionales como el síndrome del intestino irritable y patologías crónicas como obesidad, diabetes, asma, enfermedad de Crohn o artritis, entre otras.
  4. Que la alteración del tránsito intestinal (estreñimiento, diarrea, alternancia) nos habla de disbiosis intestinal, la cual puede desencadenar el síndrome de intestino irritable (dolor abdominal fuerte y recurrente) u otras patologías como una colitis ulcerosa o una gastritis.
  5. Que la falta de magnesio puede generar ansiedad, irritabilidad, cansancio, miedo, dolor de cabeza, depresión, pérdida de memoria, distensión abdominal, trastornos del sueño, vértigos o taquicardia, entre otros, ya que participa en muchas rutas metabólicas del organismo.
  6. Que el magnesio está casi todo dentro de las células, y que el estrés hace que salga y que lo perdamos a través de la orina.
  7. Si aumentamos el magnesio (tomando suplementos) mejoraremos la gestión del estrés, la ansiedad, el cansancio y el insomnio y la microbiota nos lo agradecerá. Pensemos que el estrés afecta al intestino y que los desequilibrios intestinales afectan al sistema nervioso. La microbiota sintetiza neurotransmisores igual que los neurotransmisores del primer cerebro y cumplen funciones tan importantes como este.