A veces empezamos la semana con energía, buenos propósitos y con las comidas más o menos organizadas con un criterio saludable, pero otras veces la empezamos en medio del caos y, casi siempre, hacia final de la semana todo empieza a tambalearse.

Por suerte, ya hay marcas ecológicas que invierten en platos preparados sanos, reconfortantes, y que son una opción muy interesante para los días en los que no tenemos el tiempo ni las ganas de cocinar (siempre que no abusemos de ellos ni se conviertan en un hábito). Tenemos muchas opciones, pero merece la pena acercarse a un supermercado con oferta ecológica y leer un rato las etiquetas de los productos para asegurarnos bien que los que elegimos sean de calidad y elaborados con alimentos tan reales como sea posible.

Identificar un fast good leyendo la etiqueta

  • Ingredientes: Son la parte más importante del producto, por eso tenemos que leer bien su proporción respecto al agua que contiene y fijarnos que los alimentos que incluya el elaborado sean ecológicos, frescos, de temporada e integrales.
  • Azúcares: Busquemos productos sin azúcares añadidos (sin maltosa, dextrosa, jarabe de maíz, maltodextrina…), ni endulzantes artificiales. Es importante priorizar productos con dulzura natural.
  • Valor energético (Kcal): Sin duda las Kcal nos dan información sobre la aportación energético del producto, pero contarlas tiene muchas limitaciones. Es importante enfocarse más en los nutrientes y menos en las calorías. En vez de preguntarnos si un producto engorda, ¡preguntémonos si alimenta!
  • Aditivos químicos: Es importante elegir productos sin aditivos en la composición: colorantes, conservantes, potenciadores del sabor… Y priorizar los más naturales como el agar-agar para espesar y las especias y hierbas naturales que aportan sabor y aroma de forma natural.
  • Grasas: La etiqueta indica la aportación total de grasas. Atentos a la ausencia de grasas trans, que son perjudiciales para la salud. En realidad, más que la cantidad en grasas nos interesa el origen y calidad; así que es bueno elegir, siempre que sea posible, productos elaborados con aceite de oliva virgen extra.
  • Fibra: No es lo mismo la fibra presente en los alimentos de forma natural que la añadida artificialmente para poder promocionar el producto como “alto en fibra”. Si hay palabras como oligofructosa, inulina o polidextrosa en los ingredientes, es fibra añadida. Es recomendable elegir alimentos enteros e integrales con su propia fibra.
  • Sal: El uso excesivo de sal es un recurso muy habitual de los fabricantes para estimular el paladar y hacer el producto más apetitoso. Hay que fijarse si las sales son refinadas y priorizar los productos con sal marina o del Himalaya y en los que la sal sea el último (o de los últimos) ingredientes.

Somos conscientes de que, muchas veces, resulta complicado recordar toda esta información. Así que os lo queremos poner fácil y recomendaros algunos productos elaborados con ingredientes ecológicos, integrales, de temporada, frescos y sin aditivos químicos, ni grasas trans, ni sal refinada, ni azúcares añadidos. ¡Un buen fondo de despensa saludable listo para emergencias y días complicados!

Los patés veganos cremosos que nos propone Biocop, por ejemplo, son muy interesantes porque no llevan levadura, soja, lactosa ni conservantes, y tienen un contenido interesante en proteínas gracias a las pipas de girasol. Pueden ser una opción excelente para comer con tostadas o palitos, para el desayuno, merienda o para hacer un aperitivo improvisado con amigos. Hay tres sabores: tres pimientas, de champiñones y de remolacha.

Como plato principal también nos ofrece cremas de verduras ligeras y muy nutritivas sin lactosa ni conservantes, con gran cantidad de verduras, con grasas saludables del aceite de oliva virgen extra y sal marina. Una opción fabulosa para no renunciar a la ración de vegetales en cada comida. Están en tres sabores diferentes para poder variar: boniato y zanahoria, calabacín y menta, zanahoria y lenteja roja.

Y, finalmente, un imprescindible: el caldo. Biocop ofrece dos caldos reconfortantes: uno de verduras vegano y otro de pollo tradicional, elaborados con productos frescos, cocinados durante tres horas y finalmente colados (no filtrados) para maximizar la concentración de nutrientes. Son una opción fantástica para comer solos, con un poco de pasta o quinua y para utilizar en otras elaboraciones como cremas, arroces, fideuás o estofados.

Aseguraros de tener una despensa bien cargada con productos fast good de verdad para rescatar en los días que necesitéis un descanso de la cocina y tiempo para vosotros; ¡seguro que os resolverán más de una comida!