A pesar de las reticencias que genera en una parte importante de la población, numerosos estudios científicos avalan los beneficios del ayuno en sus múltiples formas. Pero, ¿por qué genera tanto miedo?
El reconocido doctor Andrew Weil, fundador y director del Centro de Medicina Integrativa de Arizona, nos cuenta en el artículo “Intermittent Fasting: A Healthy Choice” cómo se nos ha educado bajo el dogma nutricional de que hacer cinco o seis pequeñas comidas durante el día es la forma más saludable de alimentarse y de que es perjudicial saltarse alguna. Seguramente por eso nos da tanto miedo interrumpir de forma voluntaria la ingesta de alimentos.
Se recomienda el ayuno como método para restaurar el equilibrio físico, mental y emocional, desacelerar el ritmo vital, dejar descansar el sistema digestivo, depurarse de los tóxicos acumulados, mantener el sistema inmunitario saludable, llenarse de vitalidad y aumentar la paz mental y bienestar
Sin embargo, esto no siempre ha sido así. Por motivos medicinales, culturales, religiosos o, simplemente por falta de alimento, los seres humanos han practicado el ayuno de forma voluntaria o involuntaria desde hace miles de años. De hecho, nunca antes en la historia de la humanidad el acceso a la comida fue tan fácil, tan abundante y tan regular como ahora, especialmente a partir de la revolución industrial alimentaria, que permitió llenar las estanterías de los supermercados con todo tipo de comida, a toda hora, en cualquier lugar y, en muchas ocasiones, a bajos precios. Pero también es cierto que nunca antes en la historia de la humanidad el porcentaje de población con sobrepeso y obesidad fue tan alto, ni tan altos fueron los índices de diabetes, problemas cardiovasculares o algunos tipos de cáncer (todas ellas, patologías relacionadas con los hábitos alimenticios y de vida).
Damos por sentado que el organismo demanda alimentos cada cuatro horas porque tradicionalmente se nos ha dicho que es así, a menudo sin tener en cuenta la capacidad digestiva o las necesidades reales de alimentación de cada persona, que dependen, entre otros factores, de la edad, sexo, ritmo de vida, actividad física o mental, etc. Y a pesar de que tengamos cuidado y nos alimentemos de forma consciente y saludable, el organismo va acumulando tóxicos a través de lo que comemos, lo que respiramos, los productos cosméticos que nos aplicamos, o nuestro entorno.
Por todo ello, desde distintas disciplinas del ámbito de la salud, se recomienda el ayuno como método para restaurar el equilibrio físico, mental y emocional, desacelerar el ritmo vital, dejar descansar al sistema digestivo, depurarse de los tóxicos acumulados, mantener el sistema inmunitario saludable, llenarse de vitalidad y aumentar la paz mental y bienestar.
¿Por qué ayuno terapéutico y no intermitente?
Si el ayuno intermitente es, en la mayoría de casos, compatible con la vida diaria y se realiza de forma individual desde casa, el terapéutico está guiado por un equipo de nutricionistas y profesionales de la salud que nos acompañan en un proceso de depuración y desintoxicación intenso de varios días (dependiendo de las necesidades de cada persona) ininterrumpidos de duración.
Durante este periodo, paramos nuestro ritmo de vida habitual, nos alejamos de cualquier estímulo estresante, no ingerimos sólidos, y basamos nuestra alimentación exclusivamente en zumos naturales de frutas y hortalizas ecológicas, caldos de verduras enriquecidos con algas, e infusiones depurativas, además de mucha agua; es decir, líquidos sin cafeínas o estimulantes que sobrecarguen o irriten hígado, intestino o demás órganos digestivos.
Para que sea realmente efectiva, además de estar bajo control médico, esta dieta debe realizarse dentro del marco de un “retiro”, entendiendo que no se puede realizar manteniendo la actividad diaria habitual (la ingesta calórica sería insuficiente), sino que debe realizarse con unas condiciones específicas, toda actividad debe ser relajante y el entorno en el que se realiza debe ser tranquilo y estar absolutamente alejado de cualquier estímulo estresante. En definitiva, se trata de dedicarnos un tiempo a nosotros mismos dando unas vacaciones a cuerpo y mente en las que las únicas actividades que deberíamos permitirnos son todas las que nos aporten tranquilidad y bienestar, como la meditación, el yoga, las terapias corporales como la hidroterapia de colon o el senderismo suave.
¿Es un buen método para perder peso?
Es importante destacar que, a pesar de que se tiende a perder peso de forma rápida, el objetivo del ayuno terapéutico es el de desintoxicar el organismo, no el de bajar de peso de forma milagrosa. Así, la pérdida de peso es una consecuencia del ayuno terapéutico que experimentarán las personas con sobrepeso. Sin embargo, según Edgar Barrionuevo, health coach, cofundador y director de Ayuno y Salud, las pérdidas de peso durante el ayuno corresponden a “una eliminación de toxinas y de los tejidos corporales donde éstas residen. Como las toxinas se acumulan principalmente en nuestras reservas de grasa, las personas que tienen un exceso experimentan un fuerte descenso del peso”.
¿Está indicado para todo el mundo?
No. El ayuno no está indicado para menores de dieciocho años, diabéticos, mujeres embarazadas o lactantes o personas con problemas gastrointestinales graves.
Sin embargo, algunos estudios apuntan a la idoneidad del ayuno en casos de cáncer u otras patologías y/o situaciones, en los que siempre se recomienda hacer una dieta lo más limpia y alejada de tóxicos como sea posible, como sobrepeso, obesidad, colesterol y triglicéridos, sedentarismo y malos hábitos, retención de líquidos, hipertensión arterial, enfermedades reumáticas, enfermedades degenerativas, regeneración de la piel, intolerancias alimentarias, patologías del sistema digestivo, cansancio crónico, fibromialgia, en caso de dejar de fumar o cambio de hábitos alimentarios.
¿Dónde puedo realizar un ayuno terapéutico?
Como ya se ha apuntado, pasarnos días sin ingerir alimentos sólidos no es algo que podamos tomarnos a la ligera y practicarlo de forma autónoma, ya que, si no lo realizamos en las condiciones adecuadas, puede provocar deshidratación, generar estrés o aumentar la somnolencia, entre otros efectos.
En el caso de querer realizar un ayuno terapéutico, conviene ponernos en manos de profesionales cualificados que realicen una evaluación médica previa y que garanticen un control y un acompañamiento antes, durante y después del ayuno, como el que ofrecen el equipo de Edgar Barrionuevo y David Moreno en Ayuno y Salud, en la población barcelonesa de Castelldefels.