Barracuda es el nombre que el empresario Guido Weinberg (Wokimarket y Barraca) ha elegido para el chiringuito que acaba de inaugurar en la playa de Castelldefels (Ribera de Sant Pere, 17). También es el nombre de un pescado carnívoro. No es el típico bar de playa, pero está muy cerca de ella: la tiene en frente, a muy pocos metros.
La decoración es sencilla, pero a la vez trendy. Dentro del local predomina la madera, y unos bancos de paredes con muchas almohadas dan el toque confortable. En la terraza, rodeada de arena, pero con tierra de madera, las mesas y las sillas conviven con hamacas y con guirnaldas de lucecitas, como las de verbena, que siempre ponen de muy buen humor.
Hablo con el director gastronómico, el cocinero al que Guido ha confiado la nueva aventura y también las anteriores, Xavier Pellicer. “Hemos creado la carta que todos querríamos cuando estamos en la playa, un buen pescado y un buen arroz, y todo ecológico y con productos de temporada”. Mientras me lo cuenta, unos vecinos de Castelldefels me preguntan si había visto antes como estaba el restaurante. “Han hecho un trabajo maravilloso para recuperarlo; si encima, sirven buena comida, es muy buena noticia”, dicen. Xavier vuelve a explicar el porqué de la carta. Hay sonsos, pescado azul, que presentan en unos cucuruchos muy divertidos, anchoas, gazpacho de sandía, mejillones al vapor con limón y jengibre, calamares fritos con cerveza negra y mayonesa de lima, cigalas con tomate y albahaca, almejas con salsa verde. Son los entrantes que en el Barracuda presentan como “antes del arroz”. El plato estrella es la paella de arroz de verduras ecológicas, ensaladas y sonsos fritos, una versión más playera de la paella que ya sirven en el Barraca.
Tampoco faltan las patatas bravas, claro, pero prometo que no son goma de chicle con poco sabor sino patatas de verdad, tiernas por dentro y crujientes por fuera. Las ensaladas no faltan. Hay de tres tipos, todas ecológicas, y tanto de hoja verde como de tomate. Los que conocéis el Woki Organic sabéis que las ensaladas son siempre platos seguros, porque miman tanto el producto como en el resto de platos. De segundo, los arroces: de verduras ecológicas; con navajas; negro con sepia y almejas; marinero, y con pollo, calamar y rape. También hay fideos fritos con ajo y aceite. Y si no os apetece el arroz, todavía hay la opción de preguntar por el pescado del día u optar por la carne, 100% ecológica. “Ésta es la cocina que me gusta hacer», continúa Pellicer: “Pasé muchos altos en la alta cocina, la elitista, cocinando para poca gente y ésta es la cocina de verdad, la que dignificamos y la que nos hace estar a la altura de todo el mundo”.
La carta de vinos merece un punto aparte. Pienso en los lugares junto al mar que me han ofrecido vinos ecológicos y me sobran dedos de las manos. Aquí hay de denominaciones de origen catalanas (¡os los recomiendo!) cómo de fuera. Aún más, en la carta de vinos (blancos, rosados, tintos, cavas y champanes) también hay propuestas de biodinámicos, un paso más en la viticultura ecológica, que tanto Guido como Xavier conocen muy bien.
Termino la comida con unos mojitos: el cóctel de moda del verano, dicen. Lo sirven en la terraza. Algunos se lo toman sentados en las hamacas, junto a la terraza para tocar la arena con los pies, me cuentan. Miro el mar, las olas, el vaivén y pienso que la ecología y la comida saludable han llegado donde tenían que llegar, a los espacios por donde más turismo pasa y a unos precios que no vacían bolsillos. Por fin.