Hubo un tiempo en el que comía bastante pan, galletas, bollería… Vaya, comía mucha harina refinada de trigo. Los resultados –que quizás muchos de vosotros ya conozcáis por propia experiencia– fueron hinchazón abdominal, pesadez digestiva, estreñimiento, disbiosis intestinal, candidiasis, alteraciones en el peso, en el humor y hasta en el sueño. ¿Lo podría atribuir todo al consumo de estas harinas? Teniendo en cuenta que una cosa lleva a la otra, podría decir que sí. Cuando no tienes el conocimiento, no sabes exactamente qué pasa en tu cuerpo, piensas solamente que el pan y/o las galletas te están engordando y te pones a hacer dieta –en ocasiones de forma autodidacta– y, cuando la dejas, recaes. Es mucho más complejo que esto. Lo primero es comprender qué estás comiendo cuando tomas harina refinada de trigo:
- un ingrediente no integral que, al convertirse en harina, aumenta su índice glucémico; es decir aumenta los niveles de azúcar en sangre. Antes, los panes se hacían con harina que quedaba molida gruesa, y no les quitaban la fibra. La mayoría del pan de hoy en día está elaborado con harina molida fina y sin fibra;
- un producto que tiene componentes opiáceos; con lo cual, es adictivo. Esta es la razón por la que queremos comer más;
- un producto que contiene gluten, una proteína que ha sido ampliamente estudiada y que ocasiona lesiones en la pared intestinal y que hace permeable su mucosa;
- un producto carente de nutrientes, desvitalizado, que poco puede aportar;
- un producto que carece de la fermentación adecuada, con lo cual es difícil de digerir.
Sí que es verdad que hay una corriente creciente de panes artesanales, con buenas harinas, integrales, ecológicas, trabajadas con levadura madre, de sabor más rústico y con la acidez que deberían tener. Sin embargo, quienes no pueden tomar trigo o –si lo hacemos extensivo a otras harinas– quienes no pueden tomar gluten tampoco pueden optar por este tipo de panes.
Para estos casos, o para quien esté haciendo una dieta evolutiva o paleo, hay alternativas de “panes” hechos sin harinas, más ricos en materia grasa. Y si pensáis que vais a engordar con el pan –que es una especie de pastel salado– que os propongo, tengo que decir que, si elimináis otros ingredientes de la dieta –como azúcar, cereales, frutas con alto índice glucémico o dulces– no tenéis de qué preocuparos, porque más bien lo lógico será que bajéis de peso. Pero tomad estos comentarios como lo que son; para cada caso particular lo que vale es la consulta profesional con alguien especializado.
Entonces, vamos a por la receta. Necesitaremos los ingredientes siguientes:
- Harina de coco y harina de linaza. Lo ideal es comprar las semillas de lino o linaza y molerlas al momento para que no se oxiden
- Huevos orgánicos. Si no tomáis, podéis reemplazarlos por semillas de chía o añadir más linaza molida (en la receta están las cantidades)
- Aceite de oliva virgen extra o aceite de coco
- Sal marina, semillas, especias
Con este “pan”, haremos un riquísimo sándwich para el desayuno, que, para variar, podéis servir con un caldo de verduras y no con una infusión.
La receta
Para un pan pequeño
- ½ taza de harina de coco de Los Frutos del Sol, Amandín.
- 1/3 taza de harina de linaza dorada
- 1 sobre de levadura en polvo (no se trata de la levadura de panadero, sino de la levadura-impulsor)
- ½ c.p. de cúrcuma en polvo (opcional)
- 3 c.s. de semillas variadas
- 1 c.p. de sal marina
- 5 huevos ecológicos*
- ¼ taza de aceite de oliva virgen extra o de aceite de coco
- 1/3 taza de leche vegetal de Amandín
- ½ c.p. de vinagre de manzana
- 2 c.s. de arándanos (opcional) o de olivas negras picadas
Para el sándwich
- Hojas de lechuga, hojas de achicoria, zanahoria rallada, germinados, calabacín a la plancha, salsa pesto
*para reemplazar: 1 huevo = 1 c.s. de semillas de lino molidas mezcladas con 3 c.s. de agua
- Calentar el horno a 180 ºC.
- En un bol, mezclar todos los ingredientes secos.
- Mezclar en un vaso la leche vegetal con el vinagre; reservar.
- En otro bol, batir ligeramente los huevos, añadir el aceite y la leche vegetal.
- Añadir lo líquido a lo seco y mezclar. Añadir los arándanos, si es el caso, y mezclar.
- Verter la mezcla en un molde rectangular y hornear durante 30 -35 minutos, introduciendo un palillo para comprobar si está crudo por dentro (en tal caso, saldrá masa cruda al retirar el palillo).
- Una vez cocido, dejar enfriar completamente en el molde antes de cortar.
- Para el bocadillo, cortar 3 rebanadas del pan, tostar, untar con salsa pesto y hacer capas con los ingredientes sugeridos u otros.