¡Feliz año, familia Soycomocomo! Seguro que habéis recibido muchos mensajes de buenos deseos; yo me uno a ellos y añado: ¡Que tengáis buenas experiencias y muchos momentos felices!
Deseo también y espero, a nivel global, que nuestro medio ambiente no vaya a peor, y que nuestro medio interno esté fuerte y sano para afrontar lo que pueda venir. Cuidemos cuerpo y tierra, porque todos somos uno; lo que es fuera es dentro y viceversa. Si queréis cambiar algo, empezad por cambiar algo de vosotros y enfocaros en cómo queréis estar y dónde queréis llegar.
Cada cual tiene sus objetivos; el nuestro, desde este portal, es ayudaros a mejorar la alimentación, a esclarecer dudas, a que tengáis información sobre el mundo de los alimentos, que a veces parece ser infinito. Y lo primero que quiero decir es: ¡Gracias por estar ahí, por leernos y por seguirnos!
Enero siempre me recuerda a paisaje de postal de invierno, bien nevado… y eso ya me inspiró a proponer el desayuno de este mes: tapioca con vainilla y pera.
Seguro que conocéis un tubérculo alargado llamado yuca, con una piel dura, de color marrón y pulpa blanca muy rica en almidón. Lo que se prepara con este almidón se llama tapioca; puede ser harina, sémola o unas pequeñas perlitas que son las que utilizaré para mi desayuno. Suele ser un ingrediente habitual en algunos postres de Indonesia y Tailandia, donde lo sirven con mango y/o plátano.
Se puede encontrar tapioca en perlas en comercios donde venden alimentos de América o asiáticos.
¿Beneficios? A nivel digestivo son perfectas sobre todo para estómagos delicados, para cuando hay acidez, o incluso úlceras; miman la mucosa gástrica. Por otro lado, son muy saciantes y dan un nivel de energía sostenible para toda la mañana.
Pero hay algo más. Podemos convertirla en un prebiótico, es decir en alimento para las bacterias intestinales, si una vez cocinada la tapioca la llevamos a enfriar a la nevera 24 horas (su almidón se convierte en resistente a la digestión, con lo cual no asimilamos sus azúcares, sino que pasa a ser comida de la flora intestinal). Es algo que ya hemos comentado más veces, pero como la demanda de platos prebióticos sigue subiendo, aquí tenéis otra opción.
En cuanto a sabor, son totalmente neutras, por lo que hay que saborizarlas al gusto, con fruta, con especias, incluso con hierbas frescas como hierbabuena o menta.
Para complementar, he utilizado una fruta de temporada: la pera, que puede ser cruda o cocida en compota (esta opción la recomiendo si el estómago no está muy fino), un poco de coco, vainilla y unas pocas semillas.
¡Espero que os guste!
La receta
- 2-3 cucharadas de perlitas de tapioca
- 2 vasos de agua
- ½ vaso de bebida vegetal
- ½ vaina de vainilla
- 1 pera
- Medio limón
- 1 cucharada de coco rallado
- 1 cucharada de semillas (sésamo negro, cáñamo, amapola)
Edulcorante: no le he puesto, ya que el dulzor de la bebida vegetal y la fruta pueden ser suficientes; pero si lo deseáis algo más dulce, podéis añadir un poco de algún endulzante natural como azúcar de coco, sirope de dátiles o unos trocitos de dátiles.
Elaboración
- Poner las perlitas de tapioca en un cazo con el agua y llevar al fuego. Hervir a fuego medio-bajo 4-5 minutos hasta que se vuelvan transparentes. Colar.
- Poner un poquito de bebida vegetal y llevar a la nevera 24 horas (este paso no es indispensable; solo se debe hacer si se desean aprovechar los beneficios prebióticos, si no, no hace falta enfriarlo todo ese tiempo).
- Cortar la pera en trozos y triturar con unas gotas de zumo de limón.
- Mezclar la tapioca con la bebida vegetal (entibiar un poco antes de servir), añadir la ralladura de limón, y la vainilla (abrir por la mitad y retirar la pulpa con un cuchillo pequeño).
- Repartir en un bol o un plato hondo la tapioca, la pera triturada, el coco rallado y esparcir las semillas por encima.
Dado que sueltan mucha sustancia gelatinosa durante la cocción, es mejor no cocer gran cantidad de perlitas. Es buena idea comenzar por 2 o 3 cucharadas y cocer en bastante agua.