Para mí, un buddha bowl representa la fórmula o tipo de plato que hago en mi día a día, y que enseño a preparar a todo el mundo que me pregunta qué puede comer o cenar.
Ya antes de que se pusiesen de moda, yo me preparaba este tipo de platos, que describía como “combinados saludables, energéticos y nutritivos, o también como “comida o cena completa y deliciosa”.
Los buddha bowls consisten en combinar en un solo plato diferentes ingredientes de origen vegetal de forma que quede vistoso, con mucho color, texturas diferentes y, por supuesto, que sea nutritivo y tan completo que no haga falta comer nada más, ni de acompañamiento ni de postres.
Hay personas que hacen los buddha bowls más al estilo macrobiótico, es decir, mezclando un poco de cereal y legumbre; otras que lo hacen al estilo crudivegano, con solo verduras y frutas. Yo personalmente los hago sin mezclar cereales con legumbres, porque noto que digiero mejor si no los combino. Además, mezclo verduras crudas con otras cocinadas, incorporo germinados, semillas y/o frutos secos, aguacate y, también, normalmente, algún tipo de alimento fermentado, como chucrut, aceitunas o vinagre de umeboshi. Por supuesto, no mezclo fruta, excepto, alguna vez, limón, lima o tomate, por ejemplo.
Como este buddha bowl es una opción para cenar, lo he preparado solo con verdura y grasa saludable, sin nada de cereal ni legumbre; ya que por la noche normalmente la mayoría de personas no necesitamos tanto combustible. Ahora bien, si nos hacen falta más calorías para cenar por estilo de vida o condición de salud, podemos poner un poco de quinoa, guisantes o un poco de hummus, por ejemplo.
La cantidad de cada ingrediente es totalmente opcional; depende del hambre, por un lado, y, por otro, de lo que ya tengamos preparado en la nevera. Podemos hacer un buddha bowl aprovechando restos de comida que hayan sobrado de la comida o la cena del día anterior, por ejemplo. Si en esta receta queréis sustituir la calabaza por un poco de zanahoria que ya tengáis rallada, lo podéis hacer perfectamente; si en lugar de las hojas de hinojo tenéis un poco de apio, se puede cambiar sin problema; si no tenéis tomates cherry pero en la nevera os queda un poco de remolacha que usáis para los jugos verdes también es una opción excelente, etcétera. Lo más importante es que todos los ingredientes sean de origen vegetal, que haya mucho color, texturas diferentes, algunas verduras crudas y otras cocinadas y alguna grasa saludable, ya sea en forma de salsa como la que propongo, semillas, frutos secos, aguacate y/o aceite de calidad.
Una idea para ahorrar tiempo en la cocina es hacer más cantidad de verdura cocinada o de salsa, por ejemplo, y así tener para hacer otro buddha bowl, ya sea para la comida o la cena del día siguiente añadiendo un poco de cereal integral o legumbre. Si somos un poco creativos, organizados y tenemos mentalidad de previsión, podemos hacer buddha bowls espectaculares en menos de diez minutos.
La receta
Ingredientes
- Brócoli
- Calabaza
- Calabacín
- Hinojo (tanto las hojas, si encontráis, como el bulbo)
- Perejil
- Tomates cherry
- Albahaca o espinacas baby
- Nueces de Brasil
- Semillas de calabaza
- Piñones
- Germinados
- Lima
- Sal marina sin refinar
- Agua para hervir
Para la salsa
- Tahina cruda
- Paté de umeboshi
- Agua tibia de calidad
Preparación
- Cocer la calabaza al vapor aproximadamente 14 minutos (con un poco de sal opcional) y, cuando haya pasado este tiempo, añadir el brócoli (y un poco más de sal) y dejar que se haga al vapor junto a la calabaza entre 3 y 5 minutos.
- Cuando la calabaza y el brócoli estén hechos, sacar del fuego.
- Reservar la calabaza y enfriar el brócoli con agua fría para cortar la cocción y hacer que mantenga el color verde intenso, las propiedades y la textura crujiente.
- Cortar los tomates cherry por la mitad. Reservar.
- Cortar un poco de hinojo a tiras finas. Reservar.
- Cortar el calabacín con la piel (si es ecológico) a rodajas finas. Reservar.
- Preparar la salsa simplemente triturando o removiendo 4 cucharadas de tahina con una cucharadita de paté de umeboshi y un poco de agua tibia. Se puede añadir también un poco de zumo de lima o limón.
- Poner todos los ingredientes en el plato de forma que quede visualmente agradable.
- Disfrutar del plato, añadiendo más salsa al gusto, o zumo de lima o limón, aceite de buena calidad, etcétera.