Con esta salsa de leche de coco, tahina, mostaza y cúrcuma, será la reina de las ensaladas.
El origen de la coleslaw nace en el siglo XVIII de la palabra holandesa koolsla, abreviatura de kool salade o ensalada de col. Hasta que no llegó a Gran Bretaña no se popularizó y, curiosamente, fue allí y a mediados del siglo XIX (con la mahonesa a cuestas) cuando empezó a gustar mucho y se la empezó a llamar cold slaw. Cuando posteriormente llegó a EEUU, se acuñó definitivamente como coleslaw.
La versión original es sólo con col y zanahoria ralladas; con el tiempo se le añadió cebolla y hay muchas versiones en las que lleva manzana. Yo simplemente he cogido los vegetales que tenía en casa a mano y me he puesto manos a la obra. He querido recuperar esta receta por la importancia que tiene incluir en nuestra dieta una ración al día como mínimo de vegetales crudos y no limitarse a la lechuga, pepino, tomate… que están bien, pero probad a rallar coles, calabaza, calabacín, nabo, brócoli… ¡y os sorprenderéis seguro!
En cuanto al resto de ingredientes me gustaría destacar el hinojo, al que le tengo un gran aprecio por sus múltiples beneficios; contiene fitosteroles, cumarinas y aceite esencial con anetol, estragol y limoneno, entre otros. Es digestivo, estimula la motilidad gástrica y la secreción de jugos gástricos, es carminativo, favorece la expulsión de gases y evita la hinchazón abdominal y los meteorismos, es diurético, antiespasmódico, emenagogo, galactógeno, expectorante y mucolítico y antiinflamatorio a nivel general.
Como destaca especialmente para equilibrar las funciones del sistema digestivo y favorece la digestión, ya que contribuye a expulsar los gases, me ha venido de perlas para combinarlo con la col y evitar posibles molestias. Además, por su suave sabor, resulta especialmente indicado para dar a los niños con molestias intestinales, cólicos, flatulencias o para estimularles el apetito.
En cuanto a las salsas, las considero casi tan importantes como los propios ingredientes; y me refiero tanto a una salsa, por supuesto saludable, como a un buen aliño; son el punto final, el broche de oro, la manera de integrar sabores, y sobretodo de aportar alegría a nuestros platos. En este caso he elegido como base la leche de coco por su increíble riqueza nutricional, mezclada con tahina, que le aporta cremosidad, y un punto de mostaza para darle un punto picante.
La receta
Ingredientes para 2 raciones
Os aconsejo que, si podéis, preparéis la ensalada el día anterior, y sobre todo que le deis un buen masaje con la salsa para que las hojas de kale queden bien tiernas y crujientes.
- 3 o 4 hojas de col kale
- 1 bulbo mediano de hinojo
- 1 zanahoria
- 1 manzana
Salsa de coco
- ½ taza de leche de coco
- 1 c.p. de mostaza
- 2 c.s. de tahina
- sal y pimientaun pellizco de cúrcuma
Preparación en 1 sólo paso
- Rallar todas las verduras, mezclar con la salsa, masajear y ¡listo!
Que lo disfrutéis,
¡Mucha salud!