Una ensalada antioxidante, depurativa, equilibradora, llena de sabores… y con un toque de “dulce revolución” con hojas frescas de estevia. Bienvenida a casa, milagrosa estevia, pequeña gran revolución, que con tus pasos marcas un nuevo rumbo en dirección a nuevas montañas que parecen menos altas.

Aunque el sabor dulce es esencial en la vida, debemos tener en cuenta que, para un rendimiento integral y una adecuada metabolización orgánica, es indispensable nutrirnos con todos los sabores. Es verdad que, según nuestra constitución, nos interesan más unos sabores que otros. Saber las características energéticas de los diferentes sabores nos ayudará a elegirlos según nuestras necesidades de cada momento. El sabor amargo es ligeramente laxante, enfría y ayuda a perder peso; el sabor picante dinamiza, es movilizador de residuos metabólicos, también contribuye a la perdida de peso y es expectorante; en cuanto al sabor salado, genera vitalidad y calor, y tonifica las funciones de los riñones; el sabor ácido es hepatoprotector, ayuda a metabolizar las grasas, genera bilis, baja la temperatura del hígado y mejora las funciones digestivas.

Las naranjas sanguinas o naranjas de sangre, como también se las suele llamar, tienen un encanto especial; su corta estacionalidad y su peculiar color hacen de ellas un producto atractivo y exclusivo. Su característico color rojizo se debe a unos pigmentos llamados antocianinas, presentes en flores y frutas como los arándanos, pero nada habitual en los cítricos. Estos pigmentos poseen un gran poder antioxidante que, unido a las cualidades de la naranja común, hacen de ellas una fruta muy terapéutica que ayuda a prevenir enfermedades degenerativas, el envejecimiento prematuro de la piel y disminuye el riesgo de cardiopatías. Además, contiene un gran aporte de vitamina C, fibra alimentaria, ácido fólico, calcio y vitamina A, entre otras.

La remolacha cruda es un alimento rejuvenecedor: contiene ácido fólico, hierro, calcio, fibra, potasio, fósforo, manganeso, carotenoides y vitaminas A, C y del grupo B… El color morado tan intenso se debe a la betaína, un pigmento encargado de los beneficios desintoxicantes y rejuvenecedores de la remolacha. Si tenéis anemia os recomiendo que toméis mucha remolacha y, si puede ser cruda, mucho mejor; si no, la mejor opción es al vapor. Su alto contenido en fibra potencia el sistema inmunitario, aumenta la motilidad intestinal y reequilibra la flora bacteriana ayudando a depurar el organismo. La betaína es, además, un nutriente protector del hígado que reduce la tensión arterial y el colesterol en la sangre, aumentando la resistencia y vitalidad.

Si consumís lácteos de vez en cuando, os recomiendo que sean de cabra y que lo hagáis de tiendas especializadas o herboristerías para conseguir productos de calidad que guarden todas sus cualidades de frescura. El requesón es un queso fresco antiguo y tradicional de textura suave y esponjosa, sin sal y con un sabor dulce y delicado. La leche de cabra contiene entre un 30 y 40% menos de grasas que la leche de vaca, por lo que resulta interesante para la prevención de enfermedades como la diabetes o la arteriosclerosis. También nos proporciona una buena dosis de vitaminas A, B2 y D, así como calcio, que contribuirán a la formación y mantenimiento de los huesos. Y, muy importante, la leche de cabra contiene menos lactosa, caseína y partículas grasas que la leche de vaca, por eso se digiere mejor y es más adecuada para personas con intolerancias y problemas gástricos. Esto también la hace ideal para los niños y, de hecho, tras la leche materna, la de cabra es la mejor alternativa porque es la más similar en estructura y la más equilibrada.

Y en cuanto a la estevia, la mayoría de personas tienen más que suficiente con ella para mejorar sus niveles de azúcar y los demás parámetros de hipertensión y colesterol asociados muchas veces a la diabetes. Hay que recordar que solamente encontramos sus beneficios medicinales en la planta fresca o seca para infusiones; pero como, de momento, no la podemos tener en hojas secas, os propongo que compréis una maceta con una estevia fresca y que cada día toméis una hoja de esta maravillosa, terapéutica y revolucionaria planta. Pensad que, a veces, con pequeños gestos se consiguen grandes retos.

Una alimentación equilibrada nos permitirá ser felices, estables y, además, vernos bien. Ese equilibrio requiere ralentizar, vivir la vida despacio, con atención y conciencia plena, disfrutando del viaje y no solo esperando llegar a la meta. Dejar de correr por correr…

La receta

Ingredientes:

  • Hojas verdes tiernas
  • 1 remolacha
  • 1 naranja sanguina
  • Requesón de cabra
  • Hojas de estevia fresca
  • Nueces para decorar

Salsa

  • Aceite de oliva virgen extra
  • Zumo de naranja sanguina
  • Sal marina
  • Una pizca de jengibre

Preparación: Disponer en una fuente la base de hojas verdes, añadir la naranja pelada y cortada en finas rodajas, las láminas de remolacha y el requesón desmenuzado. Decorar con las hojas frescas de estevia y las nueces troceadas y regar generosamente con la salsa.

Que lo disfrutéis,

¡Mucha salud!

Cristina Arroyo
Cristina Arroyo

Creadora de Poderosamenta
Dietista y naturópata
Alimentación ConCiencia & Salut

    @poderosamenta
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