En Italia, como en muchas partes del Mediterráneo, la comida y la cocina son una filosofía de vida: comer es como hacer el amor; de hecho, cuando cocinan, hasta los platos más sencillos, los elaboran con gran dedicación y esmero, pero sobre todo con gran pasión.
La energía del amor y la armonía que pongamos en la cocina penetrará en la comida que preparemos para nuestros seres queridos y para nosotros mismos. Podría parecer que, si nuestros hábitos de dieta son saludables, la pasta no tiene mucho hueco; yo diría que sí lo tiene, pero que lo importante es que sea en la calidad y la cantidad adecuadas. Si elegimos una pasta con harina de calidad y la acompañamos con una salsa sencilla y saludable como salsa de tomate aromatizada con cilantro, pesto, salteado de verduras o simplemente ajo y perejil, tendremos un plato que nos nutrirá el cuerpo y la mente y nos aportará amor y plena consciencia.
He elegido pasta de harina de Khorasan o kamut, que tiene un elevado contenido en proteína (entre un 12 y un 18%) y también es muy apreciada por sus minerales, como el selenio, el zinc y el magnesio y por su sabor, que recuerda a la nuez. La harina de kamut se puede comprar en tiendas especializadas; os recomiendo la integral ecológica, y aunque su precio es más elevado que la harina común, merece la pena probarla, ya que el kamut ha sobrevivido sin mejoras genéticas o manipulaciones transgénicas: ¡es auténtica! ¡Ah!, y que no os de miedo dar un toque con un buen queso curado como el pecorino romano, el grana padano o el parmesano, que además de rebosar calcio son quesos dulces y sabrosos y con una gran historia y tradición.
El queso grana padano en concreto es un queso de pasta dura, con una estructura granulosa y con denominación de origen protegida, y por ello ha sido incluido entre los productos más prestigiosos que ofrece garantías sobre el origen y el método de producción: ¡auténtico e importante! En fin, que además de rico es saludable. Para la salsa carbonara, hay que tener en cuenta que los huevos deben crear una salsa cremosa y no cuajar, para ello, hay que poner la pasta caliente escurrida y hacer la mezcla lejos del calor directo. Cocinar puede traernos mucha alegría, y si comemos cuidadosamente, sabiendo que nosotros somos los cuidadores de nuestros cuerpos, más que sus propietarios, podremos usar ese tiempo para nutrir nuestro espíritu y trasmitir el auténtico amor.
La receta
Ingredientes (2-3 raciones)
- 250 g de espaguetis de kamut (o espelta)
- Mantequilla artesana (o aceite de oliva)
- 3 dientes de ajo laminados
- 300 g de champiñones bio
- 2 huevos y 1 yema más
- Pimienta negra recién molida
- 50 g de pecorino romano rallado (o parmesano)
- Unas hojas de romero picadas
Preparación
- Hervir la pasta en una olla con abundante agua según el tiempo que marque el envase para que quede al dente. Mientras, calentar ligeramente la mantequilla en una cazuela grande (para que los champiñones tengan espacio y no hiervan al soltar el agua) y añadir los ajos laminados y los champiñones lavados y cortados por la mitad o a cuartos según el tamaño. Sofreír hasta que los champiñones cojan un tono dorado.
- En un cuenco, mezclar bien los huevos batidos, la yema y abundante pimienta negra recién molida. Incorporar casi todo el queso rallado, reservando el resto para servir. Escurrir los espaguetis reservando un poco de agua de la cocción y, en la misma olla, mezclar con los champiñones salteados y la mezcla de huevos. Se puede añadir un poco de agua de la cocción para aligerarlos. Mezclar bien y servir decorando los platos con romero y queso rallado.
Que lo disfrutéis,
¡Mucha salud!