Quince años no es nada es el espectáculo que ya está terminando Carlos Latre tras dos años recorriendo España. Son 150 personajes, 90 minutos y más de 200.000 espectadores que han ido a verla. Evidentemente, han puesto el cartelito de ‘’no hay más entradas’’. Todo lo que suele pasar, le ha pasado como siempre a Latre.

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Estaba viendo unas cifras increíbles, pero ¿cómo has vivido tú esta gira?

Pues mira, yo cuando empecé con Quince años no es nada, yo veía esta gira como un antes y un después, un impás. Yo sabía que tenía que hacer algo.

Creo que las cosas se tienen que celebrar. Es decir, creo que ya tenemos suficientes cosas malas en la vida, y las cosas buenas se tienen que celebrar con todas las de la ley. Y vimos estas gira como un parón, un ‘’a ver qué pasa’’. Yo tenía claro que era un impás, porque quería repasar todo lo que había hecho en la vida, mis referentes, todo eso. Pero de repente, empiezo la gira y me doy cuenta de que se convierte en la gira más importante de mi vida, que se convierte en la reafirmación del cariño que me tiene la gente, en el reconocimiento profesional del resto de compañeros, profesionales…

Pero en el Yes we Spain, fueron a verte 500.000 espectadores.

Sí, pero eso no fue lo mismo, porque era una sorpresa. Era un show de otra forma de ser… era una mezcla con el teatro. Yo en ese momento venía de hacer un Sheakespeare en Londres, había hecho teatro clásico, y mi primera idea fue hacer un show basado en Shakespeare. Sin embargo, después pensé que la gente vería raro que yo, habiendo salido de Crónicas Marcianas, me pusiera a hacer Shakespeare. Yo siempre he tenido un gran respeto por lo que quiere el  público, más en España y en Cataluña: no les puedes hacer un desbarajuste y de repente hacer cosas que no se esperan. Si te quieren por una cosa, tienes que continuar haciéndolo y, si quieres cambiar esta cosa, lo tienes que ir haciendo de forma sutil, poco a poco. Después hice una obra de teatro, en la que todos los personajes los hacía yo. Hacía a 75 personajes que hablaban entre ellos, era técnica teatral desde la imitación, que requiere mucha preparación. Esto me cambió la vida, yo pensaba que esa gira sería como todas, pero no fue así. Ya no era cuestión de los 500.000 espectadores, sino de lo que yo había sentido. Lo hice un poco para ver qué pasaba, y me di cuenta de que realmente esa era la gira de mi vida. Hasta ahora. Esta gira era un antes y un después de verdad. Era una parada en boxes. Era hacer un paso atrás para hacer dos hacia adelante. Y sobre todo, es esa sensación de cariño en la que la gente viene a verte y te felicita por el buen trabajo que has hecho. Eso es algo muy bonito, y está siendo una gira que me da pena dejar, pero que ya se acabó. Yo soy de las personas que piensan que las cosas se tienen que dejan cuanto más alto mejor para que el recuerdo sea estupendo. Muchas de las personas que me vinieron a ver al Yes we Spain, gira que podría haber seguido dos años más, me vienen diciendo ‘’Yo vi el Yes we Spain y ahora repito’’.

Así como hablas de dar un paso atrás, la gente debe pensar que como ya estás acostumbrado a hacer imitaciones, subes al escenario y como más o menos te conoces el papel porque todos los días haces lo mismo desde hace dos años, debe ser muy fácil. Pero 150 personajes en 90 minutos,  si lo divides son 40 segundos por personaje.

Exacto, eso mismo.

El del Yes we Spain eran 75. Osea que has doblado. ¿Esto implica aún más desgaste, o no tiene nada que ver?

Sobre todo es el desgaste mental. Es como un partido de tenis, tienes que estar concentrado. Además, a preparación física se presupone ya, porque es un show multidisciplinar, en el que canto, bailo, es un one-man-show. Al fin y al cabo, después de estos 15 años, mi objetivo es esta palabra. Es el one man show americano, en este caso el one man de casa. Que puede cantar, bailar, interpretar…

Y también imitar.

Esto es la base, todo el mundo ya sabe que habrá imitación. Se trata sumar la imitación y todo lo que he mencionado. Y para eso necesitas una preparación espectacular, no solo por lo que te decía de Londres, sino porque yo quería dotar de alma a los personajes. Pensaba que si solo tenían voz, no traspasarían ni no tocarían la piel, por lo cual, tenían que tener alma, sentir. Tenía que conseguir la mirada de los personajes. Después de eso pensé que no solo tenía que conseguir la mirada, también el cuerpo, la corporalidad, la forma de respirar, de caminar… Entonces me marché a los Estados Unidos, y allí hice baile, hice claqué, hice ballet, estuve en Alvin Ailey, una de las escuelas más prestigiosas de los Estados Unidos, estuve en Broadway Center, haciendo desde bootcamp y preparación física a clases de canto, clases de lírico, de todo.

Antes hablabas de todo esto te implica mucho desgaste, ¿esto quiere decir que, en alimentación, tú eliges qué comer antes del espectáculo o tampoco hay para tanto?

Absolutamente. Yo me cuido desde hace unos años, no sé por qué, pero creo que fue algo de sensaciones. Primero porque adelgacé mucho, no por cuestión de estética, sino por cuestión de salud. Yo no me encontraba bien. Empecé a adelgazar porque me vi en un vídeo caminando. Ahí vi, por primera vez, un caminar de una persona obesa. Por un lado, quería disfrutar de los placeres de la vida, la comida, el vino… pero, por otro lado, también tenía claro que quería hacer muchas cosas que, si tenía sobrepeso, no podía hacer ni asumir. No podía ni bailar, ni cantar… sobre todo pensaba en cantar, que a mí me gustaba mucho. Pero claro, pensaba que si estaba gordo no podría aguantar las canciones que quería llegar a cantar. Por lo cual empecé a adelgazar.

Y esa famosa foto de los 35 kilos fue de esa época, ¿no? más o menos por el año 2011.

No, eso fue de antes. Yo hago hago el clic un poco antes. Lo que pasa es que cuando yo pesaba 117 kilos, era muy vistoso. Yo hice 3 fases, la primera fue hasta los 103 kilos, después hasta los 97, 93, 87, 83 hasta ahora, más o menos. Y me dije a mí mismo que esas serían las barreras que no podía volver a superar nunca. Nunca más quería volver a superar los 103 kilos, los 97, 93… y a partir de aquí, ahora estoy en un nuevo margen en el que tengo que afrontar los nuevos retos. Porque incluso ahora me sobra peso, simplemente porque si quiero bailar como Michael Jackson o Chayanne, o como alguien que sea una bestia en el escenario, por ejemplo, tengo que estar físicamente bien.

¡Es sorprendente! ¡Te apasiona tanto lo que haces! Has perdido 35 kilos, que se dice rápido, pero hemos tenido a gente que ha querido perder mucho peso y cuesta muchísimo. Y me doy cuenta de que me lo explicas todo desde la pasión, desde el ‘’quiero bailar bien, quiero cantar bien, quiero ser el mejor porque me gusta lo que hago’’.

Pues sí, soy un gran afortunado. tengo clarísimo que es un gran esfuerzo para mí, te lo aseguro. Yo sufro mucho porque me gusta comer de todo. ¡Las hamburguesas y los frankfurt me encantan!

Es una pelea contra mí mismo, porque me apasiona el vino, me apasiona un buen gin tonic al atardecer frente al mar… Yo creo que al final de todo está la ilusión, está el reto, el esfuerzo, la motivación, el conseguir los objetivos. Yo digo que la vida es como el vino, a mí que me gusta tanto el vino, el secreto está en el equilibrio. Un vino desequilibrado no funciona y una vida desequilibrada tampoco funciona. Con lo cual tiene que haber momentos para todo. Momentos de decir ‘’hoy como frankfurt’’ porque me apasiona, pero mañana no. Mañana me comeré una ensalada y haré deporte todos los días. Creo que ningún ‘’todo’’ es bueno, y ese es el gran mensaje. Uno tiene que hacer un esfuerzo para bajar de peso primero, tiene que estar a rajatabla. Sin embargo, después cuando se consigue, se trata de equilibrio. Se trata de no privarte de nada y a la vez privarte de muchas cosas. Es un ying y un yang.

Después de este trabajazo, que no es solo el hecho de perder tantos kilos, que por descontado también, sino de tomar conciencia de la alimentación, de saber qué comer, por qué lo comes, qué es lo que funciona en tu organismo, ¿en qué punto está ahora?

Pues mira, yo estoy en un punto desde hace tiempo, que es que tengo información sobre el tema. Saber qué como y cómo repercute esta comida en mi organismo. En primer lugar, esto es gracias a Montse Folch, que me ayudó muchísimo a reorganizar alimentíciamente mi vida, y después gracias a Xevi Verdaguer, que me ayudó a conocer. Una de las cosas buenas de la alimentación socialmente hablando es que la gente sabe mucho más, ahora ya sabe mucho más qué es la comida orgánica, biodinámica, natural. Qué se hace en las fábricas. En resumen, sabemos más. Y como sabemos más, queremos cosas más sanas. Esta es la primera regla de una mejor alimentación, de una mejor concepción de lo que se come y cómo se come. Creo que esto es importantísimo. Yo ahora estoy en este punto. Además, tengo una hija y quiero que crezca habiendo comido cosas naturales. Ella come de todo, le encantan todo tipo de culturas, todo el tipo de cocina, y nosotros, sus padres, le hemos inculcado esta cultura por la cocina y por la alimentación. También queremos que sepa que hay muchas cosas que se tratan de una manera que no es natural, que hay cosas que son demasiado manufacturadas, que son un poco ‘’potingueras’’. Al fin y al cabo, lo más importante es la cultura, y la cultura no es leer libros, sino saber de todo y también alimentíciamente, por supuesto. Estoy en ese punto de comer bien.

Antes me has hablado de Xevi, al que también conozco, y la verdad es que es bastante espectacular. Fui a la visita e hice una consulta con él, y es impresionante todo lo que te explica y la concepción que acabas teniendo de cómo alimentarse, qué comer y en qué momento hacerlo, cómo te puede cambiar una tontería de nada.

Al final, fíjate que no es una dieta. Yo empecé a adelgazar cuando cambié mi forma de vida. No es decir ‘’ahora haré una dieta para adelgazar 3 kilos’’, pues no. No tienes que hacer una dieta para adelgazar, sino para reorganizar tu forma de comer. Tiene que ser una forma de vida.

¿Y tú cómo la reorganizarse? es decir, no hace falta que nos remontemos a la gira gastronómica del 2011.

Ahí no estaba a dieta, de hecho estaba enorme, pero la segunda gira del Yes we Spain, donde yo ya he adelgazado esos kilos, continúa siendo una gira gastronómica. Eso para mí es un must, un deber que la gira de shows vaya ligada a la gira gastronómica, porque no es una gira gastronómica, es una gira cultural. Es una gira de ir a Navarra y comer toda la huerta de Navarra, de ir a Murcia o  a Sevilla y comer de todo, de ir a Huelva y disfrutar de sus gambas. En Levante tienen el arroz, y el País Vasco es la Meca de la gastronomía. Y hoy iré con mi equipo, que siempre vamos todos juntos, a comer una mariscada buenísima, pero por la mañana voy a correr y así equilibro. No hay secretos, pero esto es muy importante.

Mira en nuestro canal de TV la conferencia:

Queda claro que te gusta comer y el buen vino, que es lo más normal de mundo. Aparte de gustarte comer bien, ¿también te gusta cocinar?

Sí, sí. me gusta mucho cocinar, me relaja mucho, cortar la verduras y todo lo demás. Yo soy una persona muy nerviosa, siempre estoy pensando en cosas. la cocina es como el baile, solo puedes pensar en el paso que tienes que hacer, porque si no te descentras y se va. Es decir, si no estás concentrado para cocinar, la cosa no funciona. Llega un momento en el que, como el baile, disfrutas, pero al principio tienes que ir paso por paso. Y como te saltes un paso ya te has perdido. Pues la cocina es igual.

Además, cocinar porque te gusta, estando presente mientras cocinas no es lo mismo que cocinar por obligación. Por ejemplo, la comida de las madres siempre estaba más buena que la otras. Y en realidad su arroz podía ser el mismo que el del vecino, lo que cambiaba era ese amor, ese ‘’estar presente’’, es lo que te debe relajar ¿no?

Sí, me encanta. y sobretodo cocinar para alguien. Cocinar para amigos es algo maravilloso.

¿Qué platos te apetece cocinar siempre con amigos?

Yo soy muy arrocero. Soy de Castellón y me gustan los arroces de todo tipo: el arroz tipo paella, el arroz caldoso, el arroz tipo paella pero caldoso… Nosotros en Castellón le ponemos garrafones, que es la vaina verde de la judía, la judía grande, a la que llamamos garrofó, alcachofa ¡e incluso caracoles en alguna paella! Es algo maravilloso. También me gusta mucho un arroz de invierno que tiene trompetas de la muerte, gírgola y butifarra blanca y negra. ¡Queda un arroz meloso buenísimo!

¿Comes eco siempre que puedes? ¿cómo lo llevas?

Sí, sobretodo en el tema animal. Me gusta mucho que sea eco, producto de primera calidad, eso es super importante. Al fin y al cabo, eres lo que comes. Eso es así. Después tu cuerpo reacciona frente a la comida que le has dado. En esto no hay secretos.

Imaginándote hace unos años, cuando no estabas tan sensibilizado: ¿qué alimentos forman parte de tu rutina diaria y que antes no sabías ni qué eran?

El brócoli y desde hace un tiempo el bimi. Es un sucedáneo del brócoli pero con toda la rama ¡está delicioso! En general he descubierto todas las verduras, les he cogido un gusto que no tenía. De hecho, hay un sitio en Zaragoza que se llama Casa Lac donde hacen la mejor menestra del mundo. Sobre todo he descubierto el sabor, el origen, la cultura, el saber de cada alimento. De hecho, si sabes del tema, lo disfrutas mucho más.

Ahora estaba pensando que eres el primer invitado que me dice dónde está la mejor menestra de verduras. La gente me suele decir dónde está la mejor paella, el mejor arroz a banda... pero lo que es la menestra de verduras, eres el primero.

En realidad, en Zaragoza te podrás encontrar con el restaurante Casa Lac en el Tubo, pero el cocinero tiene otro restaurante en Tudela que se llama Restaurante 33. Ahí es dónde están todas la verduras ¡es un espectáculo! Además, las hierve por separado para que no pierdan el sabor, después hace un concentrado de verduras hecho a parte y las junta todas.

Te podría decir 50 platos de toda España y el mejor lugar donde comerlos. El mejor arroz del mundo, por ejemplo, está un pueblo de Alicante que se llama Pinoso. Tiene una sola capa de arroz y te lo comes en la paella con una cuchara de madera. Como este te podría decir mil sitios, de cocochas y de muchos platos más.

Como ya hemos dicho, a tí, un showman con todas la letras, te gusta mucho comer, cocinar, e incluso viajas muchas veces en función de qué comida quieres.

Pues sí. He hecho viajes en función del plato que quiero probar.

¡Esto ya es nivel superior! se ve que te encanta la gastronomía del país.

Sí, soy un poco friki. Te daré un ejemplo de un plato que fui a probar especialmente. Massimo Bottura, el mejor cocinero de Italia, tiene un plato que está considerado por los gastrónomos como el mejor de la historia de Italia. Tiene un plato que son 8 texturas de parmigiano auténtico de 8 añadas diferentes. Entonces comes diferentes tipos de parmigiano que tienen sabores, texturas y aromas diferentes. Es un espectáculo del queso italiano, del queso por antonomasia que es el Parmigiano-Reggiano ¡es algo brutal! Después también me acuerdo de un postre que probé en Londres, que por cierto hacía Gordon Ramsay, el cocinero de Pesadilla en la Cocina. Es una tarta Tatin con manzana, hojaldre por encima y una crema que es una delicia.

Así como hablas de la cocina, te imagino dedicándole mucho tiempo. Seguro que le pones muchísimo cariño.

Sí, la verdad es que le pongo mucho cariño.

¡Te imagino disfrutando tanto mientras lo haces!

Yo creo que hay que ser así en la vida. De hecho, si me ves trabajando en el teatro es exactamente lo mismo. Es una pasión alucinante. Además, yo soy muy exigente conmigo mismo y con los que me rodean. Soy de una forma de ser que creo que se tiene que dar siempre el máximo, o al menos intentarlo. Llevamos un montón de representaciones y cuando vemos que algo se puede mejorar, siempre intentamos hacerlo mejor.

En la cocina te debe ocurrir lo mismo.

Bueno, la cocina es más para disfrutar. Pero siempre hay que ponerle pasión, alegría, energía positiva. Creo que la energía positiva es lo más importante del mundo.

Ahora que hablas de energía, muchas veces cuando hablamos de alimentación sana con los invitados, lo suelen vincular directa o indirectamente a cuidarse la alimentación del alma, de nosotros mismos interiormente. No solo lo que comemos, sino a nosotros como personas. Pues bien, yo siempre he pensado, y creo que he leído algo que me lo ha hecho pensar, que te metes en la piel de mucha gente, pero ¿cuándo tienes tiempo de meterte en tu propia piel?

¡Tengo mucho tiempo para eso!

¿No te cuesta volver a ser tú, por decirlo de alguna manera?

No, al contrario. El hecho de hacer 600 personajes me reafirma mucho más en quién soy y en quién quiero ser. Mi trabajo es muy psicológico, es muy de ver qué transmite el personaje al que quiero imitar. Silvia Abril, que es una buena amiga, me hizo una definición que me llegó al corazón, me dijo: ‘’Tú, Latre, eres un ladrón de almas, enganchas el alma del personaje y te lo llevas’’. Pues esto, psicológicamente, es muy bestia, porque tienes que ver qué transmite cada personaje, tienes que mirarlo a los ojos. Justo eso es lo que hace que seas muchas personas que no eres tú, por lo cual hay una búsqueda importante para ver quién eres, cómo eres, cómo quieres ser, te comparas con los personajes para ver qué te gusta y qué no te gusta, qué quieres llevarte a casa de ellos…

Pero tú tienes claro lo que ‘’te vibra’’¿no? Es decir, cuando tienes que tomar una decisión, actuarías de alguna manera porque hay algo en tu interior que te lo dice, aunque racionalmente no sea del todo correcto.

Sí, totalmente. Por ejemplo, he estado con gente, profesionalmente hablando, que sabía que no eran buena gente, pero también sabía que lo que aprendería de ellos sería más importante que el batacazo que me llevaría. De hecho, me he llevado muchos batacazos personales ligados a la profesión, pero sé que he aprendido mucho, que la lectura es positiva. Con el tiempo esto se suaviza y, al fin y al cabo, las heridas cicatrizan y te hacen más fuerte.

¿Estás ya en la zona de confort o no? porque hay gente que se ve bien dónde está.

No, eso nunca. Mira, yo utilizo una frase de la Martirio que me parece maravillosa: ‘’me gusta caminar por caminos por donde no haya pisadas’’. Esta frase es una filosofía de vida. Yo soy un curioso por naturaleza, desde muy pequeño. De hecho, mi madre me dijo que nací con los ojos abiertos, ya quería ver cosas. Es por eso que yo no me siento a gusto en la zona de confort; sé que parezco un inconformista, pero es una cuestión de aprendizaje, de superar retos, no de ambición. El próximo paso es mejorar lo que ya tenemos, ir un paso más allá.

¿Y tienes claro cómo hacerlo?

La verdad es que no, pero sé hacia dónde quiero ir. Sé hacia dónde está el horizonte y lo único que puedo hacer es seguir en esa dirección y mejorar. Solo sé que no sé nada. A partir de aquí, ya veremos.

Para zanjar la entrevista tengo una frase, que te voy a decir ahora que estamos terminando. Pero antes de eso, me gustaría incidir en una tema que hemos tratado por encima. Cuando hablábamos de las energías, del equilibrio, de cómo vibras y de lo que sientes: tienes otra parte de sensibilidad que a veces no se ve ¿no?

Sí, totalmente. Tengo una parte de piel, que es es el sentir, espectacular. Además, yo creo mucho en las energías. ¿No te ha pasado nunca que has entrado entrado en una habitación o en una casa y te ha dado mal rollo y no sabes por qué? ¿o una persona que no sabes por qué pero parece que  conozcas de toda la vida, o por el contrario, alguien que no te cae nada bien, que no hay feeling? Todo esto que no podemos explicar, yo creo que tiene que ser una cosa energética, química pura. Esto es así, y siempre digo que la energía que se genera en un teatro es indescriptible. No sabría explicarlo, pero sé que existe. Estoy seguro de que existe la influencia de la luna, magnetismos, energías… y no es nada esotérico, es una cosa que sientes, una cosa que está en la piel. Si tienes energía positiva, esta vuelve de alguna manera.

Totalmente de acuerdo. A mí me ha gustado esta frase que te he escuchado decir: ‘’en un futuro me imagino con unos viñedos, en el porche de casa, tomándome un vino’’. ¿Dónde te imaginas los viñedos, en California o aquí?

No lo sé.

¿No tienes nada claro? ¿no tienes una idea fija de que vas a terminar en Castellón o en Barcelona?

Pues no, no tengo ni idea. Esto de las viñas es una imagen idílica que representa lo que has sembrado en la vida. La mecedora es la sensación de estar a gusto contigo mismo y el vino es la sensación de seguir celebrando todo lo que ha pasado. Lo mismo pasa con la naturaleza, un atardecer, que para mí es la luz más bonita del día. Pues esto es lo que quiero. Representa cualquier cosa, cualquier lugar y cualquier instante, pero aquella es la imagen que representa todo aquello que pase al final de mi vida. Cuando me preguntan qué quiero ser de mayor, yo les contesto que quiero ser feliz, de la manera que sea y donde sea, pero creo que es lo más importante. Estar bien con uno mismo.

Es muy gratificante cuando hablas con alguien que tiene esta magnitud y que es un personaje público de éxito y ves que sigue disfrutando de las pequeñas cosas. Yo no te conozco, pero es la sensación que me das.

Es muy importante disfrutar de las pequeñas cosas. Vivimos en un mundo que es demasiado rápido y muy egoísta. Tenemos que ser conscientes de lo que tenemos, de las cosas humanas que tenemos, de los hijos, de la familia, de la piel, de las cosas naturales y de la gente que no te pide nada a cambio. Esto es algo muy claro.

Jordi Gràcia
Jordi Gràcia

Periodista