En un artículo anterior hablamos de las maneras de proteger la piel del sol con la cosmética biológica. Aquí, descubriremos cómo podemos cuidar y proteger el pelo y evitar que se reseque y pierda su brillo natural.
Nicoleta, propietaria de la tienda de cosmética bio Tresors de Tanit, en Gracia, nos lo deja bien claro: “El paso más importante para la salud y buen cuidado del cabello es dejar de agredirlo. Es importante evitar los ingredientes químicos como los sulfatos, que provocan descamación del cuero cabelludo, y escoger productos con bases jabonosas provenientes de la saponificación del azúcar de coco o del aceite de oliva”. Después nos propone una serie de recomendaciones para evitar que se quede demasiado seco y protegerlo tanto del sol como del agua de mar y del cloro de las piscinas.
Si tenemos los cabellos secos, aparte de escoger un champú libre de sulfatos, una opción excelente, tal como comenta Nicoleta, es hacer un tratamiento con aceite de coco o de jojoba. Se aplican dos cucharadas de aceite en el pelo, se hace un masaje suave para extenderlo todo, sobre todo por las puntas y por la raíz, si queremos calmar el cuero cabelludo en caso de picores. Lo dejamos actuar unos veinte o treinta minutos y después nos lavamos la cabeza con el champú habitual. El aceite de coco protege y nutre el cabello muy bien, mientras que el de jojoba es un reparador fantástico que contiene ceramidas naturales en un 96 % idénticas a las de nuestra fibra capilar.
Para proteger el cabello del sol, Nicoleta propone recogerlo y llevar un sombrero o un pañuelo; pero, si por razones estéticas o de comodidad, no nos apetece, mejor no intentar peinarse en la playa con la cabeza mojada o justo después de bañarnos en la piscina, porque la fibra capilar se rompe mucho y la sal marina y el cloro impiden que el peine resbale fácilmente. Es mejor esperarnos, lavarnos la cabeza en casa y añadir un acondicionador para podernos peinar sin que el pelo se rompa. Si la exposición al sol o al agua de mar y de piscina se repite, es interesante hacer un tratamiento a la semana con el aceite de coco o de jojoba. Otra alternativa interesante es hacer una mascarilla reparadora y nutritiva capilar, como puede ser la mascarilla Nutrición Intensa de Florame, que es muy cremosa y espesa, y dura mucho. Para conseguir el efecto máximo de las mascarillas, se tienen que aplicar con el pelo limpio y húmedo, dejar actuar unos diez minutos y enjuagarnos la cabeza con mucha agua.
Antes de los baños de sol, Montse de las Fuentes, del departamento de comunicación de Naturcosmetika, nos propone hidratar, suavizar y desenmarañar el pelo con betaína natural y glicerina natural gracias al spray acondicionador capilar de Logona.
Si tenemos el pelo teñido y castigado, Montse nos propone el bálsamo acondicionador de Santé −que no es necesario enjuagar y que aporta proteína de trigo y extracto de moringa−, y la mascarilla capilar exprés de mango 2 en 1 de Santé −que contiene acondicionador y mascarilla en un único producto a base de semillas de brócoli bio y mantequilla de mango.
Cristina Soler, del departamento técnico de Natur Import, nos cuenta que otro buen producto para el pelo es la manteca de karité, rica en ácidos grasos insaturados y vitamina A, D y E. Una vez aplicada, protege frente a agresiones externas y ayuda a restaurar la flexibilidad y vitalidad del cabello. Se recomienda coger un poco de manteca de karité con las manos −el tamaño de una avellana−, dejar que se caliente hasta que se ablande, aplicarla en el pelo haciendo un masaje suave, sobre todo en las puntas, y dejarla actuar entre una y dos horas. Después nos lavaremos la cabeza con el champú habitual.
Otro protector excelente que, además, potencia el volumen y la vitalidad del cabello es el tratamiento con henna, con color o sin. Logona, por ejemplo, ofrece productos 100 % vegetales sin pigmentos minerales ni sintéticos y, además, enriquecidos con proteína de trigo, aceite de jojoba y extractos de plantas.
