¿Qué necesito esta mañana: dulce o salado? El mijo se puede cocinar de tantas formas que puede satisfacer las necesidades de cualquier persona que se levante con ganas de hacer un desayuno nutritivo, energético y satisfactorio, lo que permite olvidarse de comer hasta la hora de la comida. Es un cereal sin gluten muy alcalinizante y digestivo que beneficia el bazo y el estómago.
Un cereal muy digestivo y nutritivo, para empezar el día con energía
Es rico en proteínas y minerales, entre los que destacan el fósforo, el hierro, el magnesio y el calcio, además del silicio (ácido silícico), necesario para la piel, pelo y uñas: 250 ml de mijo hervido proporcionan el 26,4% de la ración diaria de magnesio y el 24% de la ración diaria de fósforo, importante para la memoria y la salud del sistema nervioso.
Es un cereal de cocción rápida que permite muchas presentaciones. Como es un grano que queda tirando a seco, conviene cocinarlo con ingredientes que le aporten cremosidad.
Veamos algunas variantes según si se quiere dulce o salado.
Versiones dulces
La fórmula cremosa, desde la papilla de los más pequeños hasta la “crema de cereales” de los mayores, se hace cocinando el mijo con mucha agua y mucho rato. Ingredientes para hacer una crema de cereales para 4 personas:
- 1 vaso (250 ml) de mijo y 5 vasos de agua buena
- Una rama de canela, piel de limón y un pellizco de sal marina
Procedimiento:
- Lavar el mijo y poner en una olla con el resto de ingredientes.
- Tapar y llevar a ebullición. Espumar y hervir a fuego lento durante 30-40 minutos o hasta obtener una consistencia cremosa.
La crema de cereales se prepara la víspera para que, cuando se enfríe, adquiera consistencia; por la mañana siguiente se calienta la cantidad que se quiera con leche de arroz, de avena o de coco, y se añade canela en polvo, ralladura de limón y algún ingrediente crujiente, como frutos secos y semillas de sésamo, calabaza y/o girasol poco tostadas, que obligan a masticar y ensalivar. Al mijo se le puede añadir otro cereal de cocción rápida como la quinoa, el amaranto, el trigo sarraceno, la polenta (sémola de maíz) o unos copos de avena o de cebada. Si se desea más dulce, se pueden añadir pasas de Corinto o algún orejón a trozos, coco rallado, melaza de arroz o azúcar integral de caña. Una versión ligera de primavera-verano: incorporar una manzana a dados y ¼ de vaso de polenta al final de la cocción y dejar cocer 5 minutos más, removiendo. Servir con leche de arroz fría y, si gusta más bien cremosa, triturar.
Versiones saladas
La crema de cereales salada se cocina igual que la dulce, pero varían los ingredientes: cocinar el cereal con verduras y algas, condimentar con salsa de soja o vinagre de umeboshi y tirar sal de sésamo (gomashio) por encima y frutos secos. Una versión salada, pero de textura más compacta, es el pastel de mijo y coliflor. Por la mañana, calentar la ración de pastel o croquetas en una sartén con un chorrito de aceite y una cucharada de agua. Tapar y calentar a fuego bajo hasta que la superficie empiece a dorarse.
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