Elena Congost acumula un buen puñado de títulos deportivos. En su caso tiene doble mérito, porque lo hace alimentándose a base de una dieta sin productos de origen animal y sin que eso perjudique su rendimiento, contrariamente a lo que mucha gente piensa.

Elena Congost entrevista

Elena, antes me decías que si tienes que recopilar todas las medallas que has conseguido no las tenías muy claras. Ya te lo recuerdo yo: 4 medallas de plata, 3 en los mundiales y una en los Juegos Olímpicos de Londres. ¿Cuántos años tienes?

28.

Eres muy joven. Aún te queda recorrido.

Sí, ¡por supuesto!

Hace poco estábamos en el CAR dispuestos a hacer la entrevista, entonces vinieron los vampiros –los del control antidopaje- y nos dejaron sin entrevista. Cuando hablamos después por teléfono, me explicaste las condiciones en las que estáis, sobre todo antes de las competiciones, y son tremendas.

Sí. Cada tres meses tenemos que llenar una cuadrícula donde tenemos que poner cada hora del día dónde estamos, una hora disponible para que vengan si nos tienen que buscar, dónde entrenamos y dónde dormimos. Lo tenemos que ir renovando y tiene que estar ahí, guardado. En el caso de que me vaya a una competición o donde sea, tengo que notificar que ese día no estaré en casa, porque en cualquier momento pueden venir a hacerte un control.

Por ejemplo, si tú les has notificado que unos días en concreto estarás y dormirás en casa y no es así, sino que te vas a casa de tu pareja o donde sea, ¿qué ocurre?

Justo eso me pasó un día. Yo tenía puesto que estaba en el CAR de San Cugat y estaba en Vic, en casa de mi pareja. Entonces me llamaron a las 6 de la mañana diciéndome que estaban en mi habitación del CAR y no estaba. Salí corriendo al CAR, porque si te pasas 1 hora ya es como si hubieses dado positivo, es una falta. Es un jaleo, por eso es mejor estar donde dices y fuera problemas.

Esto solo es el tema antidopaje, pero en general, cada vez que escuchamos hablar a un deportista de élite de su deporte, nos dice que es muy sacrificado, muy duro y que se tiene que ser muy tenaz.

De hecho, no es un trabajo de 8 horas que cuando terminas cierras el chiringuito y te vas a casa, sino que eres deportista todos los días del año.

¿En el caso del mundo del deporte paralímpico y a pesar de que seas deportista de élite, aún lo hace más complicado por logística y patrocinadores, o no afecta?

A nivel económico, es más complicado y, a la hora de buscar marcas y patrocinadores que te apoyen, también lo es muchísimo más. En el tema de los horarios, entrenadores, esfuerzo… es lo mismo.

A todo esto le tenemos que sumar que eres vegana.

Sí, exacto.

¿Esto es un hándicap añadido a todo eso que hablábamos?

Para mí no lo es. Yo soy feliz con cómo me alimento, lo hago a la manera que yo quiero, es decir, tengo mis valores y creencias. Es un inconveniente cuando estás fuera, que tienes que alimentarte de la mejor manera posible antes de una competición importante, y sobre todo de cara a médicos, fisiólogos y gente del mundo del deporte que está contigo y que forma parte de tu equipo de trabajo.

Primero de todo, ¿en qué momento decides hacerte vegana o cambias la alimentación?

A finales del 2007, me planteé que no me encontraba bien físicamente, tenía muchas anemias, digestiones muy pesadas, estómago hinchado…

«Si fuera por el resto de personas que re rodean, tanto familia como médicos, me harían creer que soy yo la que voy a contracorriente. Los fisiólogos, nutricionistas… ven que para estar bien alimentado te tienes que comer un plato de pasta de primero y un trozo de carne de segundo.»

Ahí ya competías.

Sí. Tenía los Juegos de Pekín ese verano, pero yo no me encontraba bien, me costaba mucho entrenar y estaba muy cansada. Entonces, en vez de ir por la rama de médicos, decidí ir a naturópatas. Aquí se me abrió una ventana, un mundo y un universo.

¿Qué te pasó con el naturópata?

Me dijo que tenía el hígado muy sucio y que tenía que hacer una depuración para limpiarme, porque si te alimentas bien pero tu cuerpo está sucio y no absorbe lo que le das, no funciona. Entonces, primero tienes que limpiar. Me planteó que tendría que hacer una semana de zumos y de fruta. Claro, yo tenía que entrenar y rendir al máximo; no lo veía claro. Resulta que ahora es con lo que me alimento en mi día a día, entreno y compito. Fue un cambio de chip por completo.

A ti te abrió otro mundo, pero ser vegano y en general cuidar la alimentación es una lucha constante en el CAR y en todos los aspectos de tu vida. Es casi más duro tener que explicar a la gente que eres vegana que tener que ganar a un rival muy fuerte.

Tienes que estar muy convencido y saber que lo que haces realmente lo estás haciendo bien. Si fuera por el resto de personas que re rodean, tanto familia como médicos, me harían creer que soy yo la que voy a contracorriente. Los fisiólogos, nutricionistas… ven que para estar bien alimentado te tienes que comer un plato de pasta de primero y un trozo de carne de segundo.

Tú que entrenas casi a diario, ¿aún estás en ese punto?

Sí, aún estamos en ese punto. La fruta para el postre.

¿Y cuando les dices que en vez de un plato de pasta, comes otra cosa?

Los descolocas totalmente, como cuando a mi el naturópata me dijo que tenía que hacer una semana sólo de fruta. Se deben pensar que ser vegano es sólo alimentarse de hojas de ensalada y no lo ven bien.

Aún así, existen excepciones: en el año 1990 Carl Lewis, atleta de los Estados Unidos, que batió el récord del mundo de los 100 metros lisos, se hace vegano y en el 91 bate el récord de los 100 metros mundiales, que es cuando le ponen el apodo de hijo del viento. Además, una de las hermanas Williams también sigue esa dieta. Andrea Fuentes, del equipo de natación sincronizada a la que entrevistamos aquí, me explicó que en los JJOO de Londres en los que tú ganaste la plata, cambiaron la alimentación y les permitió ganar 2 platas.

Ellas se tuvieron que pelear con las nutricionistas del CAR para que tuviesen pasta integral cuando es una cosa básica.

Ahora tenéis una competición, están a punto de empezar los Juegos Olímpicos de Brasil, explícanos cómo te alimentas, si varías la alimentación según si es antes, durante y después de la alimentación o siempre es la misma.

En una competición, no varía. Yo tengo mi rutina en mi día a día.

¿Cómo es esa rutina?

Yo sé que lo que me funciona el día a día es lo que me funcionará el día de la competición. Yo me alimento mucho con batidos y fruta, que tienen muchas proteínas, algas y espirulina. Me gustan los superalimentos y los batidos, porque son fáciles de digerir. Tienen todos los nutrientes y te aportan todo lo que necesitas para rendir. Yo soy maratoniana y el mito de la maratón es comer pasta. Pues yo hace 1 año y medio que no me como ni un macarrón.

En general te basas en los zumos.

Sí. Aunque también coma mucho sólido, mi dieta no se basa en el típico plato de pasta de un maratoniano.

A los zumos dices que les pones algas y otros componentes.

Sí, también mucha fruta y hoja verde, ensalada, tofu… Voy variando, pero siempre apartando los azúcares y el gluten lo máximo posible. Hay que intentar no abusar, porque al final los problemas extremos aparecen cuando abusamos, es perjudicial.

Hace 7 u 8 años que el naturópata te dijo que te alimentases una semana de zumos de frutas para depurar. Ahora los zumos de frutas están muy de moda, pero tú ya hace mucho tiempo que lo haces. ¿Se necesita alguna máquina especial o cualquier zumo funciona?

Hay muchas máquinas. Yo utilizo la esencia del ácido úrico, que es una máquina de extracción lenta y va muy bien porque te separa la pulpa, todo lo que es la fibra, del zumo. Es muy fácil de absorber; si tú antes de entrenar te tomas un buen zumo, no tienes problemas con el estómago y las digestiones pesadas. También tienes que vigilar qué le pones y qué comes, no puedes entrenar solo con un zumo, pero es un muy buen complemento.

Es decir, esta máquina discrimina la pulpa del zumo, que es lo que a ti te permite poder entrenar, sentirte más ligera y sacarle en provecho que a ti te interesa.

Después me hago batidos con la batidora, con la fruta entera y la hoja verde entera, para aprovechar todos los nutrientes de toda a fruta.

Antes hablábamos de la medalla de plata de los Juegos Olímpicos de Londres, en la que ganaste la medalla de plata en los 1500 metros lisos. Sin embargo, tú quisiste pasarte a la maratón en los siguientes Juegos Olímpicos. Además, quien te ganó el oro fue una Rusa que también pasó de los 1500 a la maratón, como tú.

Sí, fui al campeonato del mundo de maratón de Londres y me la encontré allí. Además, ella ganó el oro y yo quedé segunda, así que nos volveremos a ver en la maratón de Río.

«Yo me alimento mucho con batidos y fruta, que tienen muchas proteínas, algas y espirulina. Me gustan los superalimentos y los batidos, porque son fáciles de digerir. Tienen todos los nutrientes y te aportan todo lo que necesitas para rendir.»

¿Cómo ves Río?

No lo sé. Hasta que estemos ahí no puedo saberlo. Yo entreno todos los días con el objetivo de ganar el oro, pero en Río tienen unas condiciones muy diferentes; hay mucha calor y humedad y puede pasar cualquier cosa, y más en una maratón. Una maratón no es salir y llegar, sino que pueden pasar tantas cosas…

Ahora hablabas del cambio de clima, del cambio de distancia —de 1500 a la maratón es un salto importante—. ¿Esto te ha implicado un cambio de alimentación? Es decir, ¿como hará más calor en Río te hidratarás más, por ejemplo?

Sí que he variado en el tema de que es larga distancia, por lo tanto el cuerpo quema mucho más y necesita más gasolina, eso está claro. Noto que tengo más hambre, así que no puedo correr el riesgo de adelgazar demasiado y perder mucha grasa, porque me debilitaría. Si el cuerpo pide más, yo se lo doy. Después está en tema hidratación: si salgo ahora en verano a las 8 de la mañana a hacer 30 kilómetros, no es lo lo mismo que hacer 3 como mucho. Tienes que estar muy pendiente de la hidratación y las sales minerales, ya que el estómago se vuelve mucho más delicado porque estás muchas más horas pidiéndole al cuerpo que corra. Tener cuidado con esto es una parte más del entrenamiento diario.

Todo esto te lo haces tú misma; no tienes ningún nutricionista que esté contigo las 24 horas, sino que has tenido que leer e informarte sobre el tema. Obviamente debes haber tenido tus propias consultas, pero eres bastante autodidacta.

He ido a nutricionistas, pero en el momento que les explicaba que era vegana y maratoniana, las cosas no terminaban de cuadrar. En el momento en que empecé a ir a un naturópata aprendí muchísimo y me adentré en este mundo leyendo y estudiando mucho, así que ahora me lo hago todo yo. Soy autodidacta; al fin y al cabo es un prueba de acierto y error, vas probando y ves lo que te va bien y lo que no. Cada persona es un mundo y cada cuerpo reacciona de una manera diferente.

Me imagino que en el deporte de élite sois una excepción. Aparte de contadas excepciones como Andrea Fuentes, a la que ya hemos mencionado antes, no suele haber mucha conciencia entre los deportistas de élite en cuanto a la alimentación.

La verdad es que no. Yo hablo a nivel deportivo porque es lo que yo vivo, pero en toda la población en general falta una concienciación de lo que se está comiendo. El hecho de tener hambre y comer cualquier cosa no aporta los nutrientes que se necesitan. Es increíble como en la Villa Olímpica, donde más gente hay es en el McDonald’s. Hay una cola de 50 metros, en cambio en los otros sitios también hay gente pero no es tan exagerado.

¿En estos lugares encuentras la comida que necesitas o sueles comer en la habitación?

Normalmente, ya por experiencia, hay tanta ropa como comida en mi maleta, por si acaso. En las Villas Olímpicas suele haber comida variada de todos los continentes, países y culturas diferentes. Si buscas encuentras, y sino cojo lo que hay en la maleta.

Nos hablabas de la nutrición y de tu formación en el tema, pero también te has tenido que formar en otras cosas. ¿Cuando cuelgues las zapatillas, hacia dónde irá tu futuro?

Yo soy maestra de Educación Física y primaria, aunque no ejerzo porque una condición para tener beca es dedicarme exclusivamente al deporte. Mientras esto siga, estoy haciendo un Máster en Neuropsicología; me interesa muchísimo todo este mucho de la educación de niños y no tan niños.

Explícanos un poco que es lo que estudias en Neuropsicología y qué es lo que te atrae de esta materia y también si le ves algún paralelismo con el deporte que haces, con la sociedad, y en tu caso con el hecho de tener que superar una enfermedad.

El vínculo que más le encuentro y que también me apasiona es la alimentación. Vemos que cada vez hay más enfermedades de TDH, niños muy inquietos. Después en adultos vemos muchas depresiones, pero al mismo tiempo vemos también muchos problemas intestinales. Vivimos en una sociedad en la que cada vez los alimentos son más industrializados y procesados, con muchos aditivos, azúcares y un abuso muy bestia del gluten. No es que sea malo, es que lo tenemos por todo. Todo esto nos influye en nuestras emociones porque es lo que tenemos dentro; por eso dicen que el estómago es nuestro segundo cerebro. Al final, me gusta mucho vincular el tema de emociones, concentración, niños, educación, depresiones… En resumen, concienciar todo esto con lo que comemos.

Si de aquí 10 años yo te pidiese 4 pautas sobre alimentación para que mi hijo crezca emocionalmente en la línea que toca, ¿tú qué me dirías?

Primero de todo, preguntaría qué come actualmente, qué le das. Yo aconsejaría una alimentación lo más natural posible, porque es para lo que estamos preparadas las personas, y no para abrir paquetes. No es solo la alimentación, sino también cómo le educas, cómo le hablas, cuánto rato le dedicas…

Lo que me decías antes, todo está vinculado entre sí.

Sí, es vincular todo lo que nos envuelve y nos influye a nosotros.