Quizás aún no os habéis atrevido a dar el paso o quizás ya lo habéis hecho y habéis visto que, en lugar de mejorar el cabello, parece que empeora cada vez que intentáis utilizar algún producto natural. Calma, es normal. Existe un periodo de transición que hay que pasar para que el pelo se habitúe y empiece a coger salud y volumen de nuevo.

Cuando llevamos muchos años “maltratándonos”, los cambios no se producen de la noche al día. Las siliconas, los parabenos, los sulfatos, algunos emulsionantes y agentes espumantes o los aditivos químicos al principio pueden tener efectos muy vistosos y dejar el cabello con volumen y brillo, pero a la larga pueden acabar pasando factura y hacer que el pelo cada vez tenga menos brillo, se reseque, irrite o caiga, entre otros problemas. Por eso, pasarse a un champú de calidad es la mejor decisión, tanto para la salud capilar como para el medioambiente.

¿Qué entendemos por champú ecológico?

Se trata del que se formula a partir de ingredientes naturales y que está libre de siliconas, sulfatos, parabenos, perfumes y otros agentes químicos. Además, sus productos no han sido modificados genéticamente ni tratados con productos químicos que puedan dañarnos a nosotros o al medioambiente.

Para saber diferenciar un champú ecológico de uno convencional, debemos fijarnos en la etiqueta y conocer los certificados ecológicos. Estos sellos garantizan que sus productos llevan el porcentaje de ingredientes ecológicos necesarios y que cumplen con la normativa de forma adecuada.

5 razones para utilizar champú natural

1-Contienen ingredientes que nutren y respetan el cabello

Los champús que utilizan extractos naturales son mucho más respetuosos con la salud capilar y proporcionan un cabello más sano y brillante. Mientras que los ingredientes que se utilizan en los champús convencionales fácilmente contribuyen a tener un pelo más seco y alteran las glándulas sebáceas naturales del cuero cabelludo. Los primeros se preparan a partir de ingredientes que se encuentran en la naturaleza (como el aceite de coco, áloe, aceite de almendras, aceite de argán…) por lo que son respetuosos tanto para el cuerpo como para el cabello.

2-Son mejores para el medioambiente

El champú puede tener un gran impacto a nivel medioambiental, tanto por sus componentes como por la cantidad de plástico que genera. Por un lado, cada vez que utilizamos champú o jabón convencional, los residuos que dejamos acaban llegando al mar. Mientras que utilizando un champú ecológico también podemos reducir el uso de plástico (para ello es importante comprobar que la marca tenga envases biodegradables y que utilicen ingredientes respetuosos) y evitar que eso acabe contaminando el planeta e intoxicando a los animales.

3-Los champús convencionales irritan el cabello

Los champús convencionales llevan ingredientes que pueden resecar o irritar el cabello. Suelen estar llenos de químicos, perfumes artificiales, conservantes, siliconas, polímeros sintéticos…

Además, estas sustancias pueden penetrar en el torrente sanguíneo o hacer que el pelo se ensucie mucho antes y necesitemos lavarlo más a menudo, lo que lo debilita aún más.

4-No es tan caro como parece

Mucha gente cree que los champús ecológicos son mucho más caros, pero esto no es así, ya que, además de todos los beneficios que nos ofrecen a largo plazo, no necesitaremos lavarnos el pelo tan a menudo, ya que no se nos engrasará tanto, por lo que usaremos menos cantidad que con un producto convencional.

5-Son cruelty-free y éticos:

Como consumidores hemos de tener en cuenta que cada producto que compramos tiene un gran impacto en el medioambiente. El sello Waste Free Products certifica que los productos se realizan sin dañar a ningún animal y que utilizan medios éticos para su producción.

Urtekram tiene una gama de productos entre los que encontramos productos capilares (champús y acondicionadores), geles de baño, jabón y cremas de manos que cumplen con todos los requisitos mencionados. Sus productos están certificados por el Ecocert Cosmos Organic y la Vegan Society y contienen productos 99-100% naturales, con fórmulas biodegradables, un embalaje hecho a partir de residuos de caña de azúcar y una producción de energía renovable.