¿Por qué es tan beneficioso?
El aceite de coco virgen de producción ecológica es una alternativa muy saludable a otros alimentos ricos en grasas que nos puede ayudar a mejorar el organismo por sus propiedades antioxidantes, anticolesterol y estimuladoras del metabolismo.
Resulta que tiene un metabolismo especial, precisamente por el tipo de grasas que contiene (ácidos grasos de cadena media, principalmente ácido láurico). Una vez digeridas, estas grasas pasan directamente a la sangre y llegan a los tejidos, donde se transforman en energía y las células las pueden utilizar sin que se almacenen en forma de grasa. Podéis leer su lista de vitaminas y beneficios nutricionales en este reportaje de nuestra dietista Montse Reus.
El ingrediente clave: ácido láurico
Según nuestra nutricionista Lucía Redondo, el aceite de coco es bueno precisamente por esta elevada proporción de ácido láurico, que no sube los niveles de colesterol ni perjudica la salud cardiovascular y por el hecho de que es un tipo de grasa riquísima que solo se puede comparar a la de la leche materna. De hecho, en la alimentación de un bebé, este tipo de grasas son muy necesarias ya desde los seis meses, se haga o no lactancia materna. La bióloga y especialista en alimentación saludable Elena Carrió recomienda introducir grasas como el aceite de coco o el aceite de olive virgen de primera prensada en las primeras verduras que damos al bebé, así como mantequilla ecológica elaborada con leche cruda o manteca de coco también. “El primer año los bebés necesitan muchas grasas para crecer, grasas buenas como éstas. Más adelante podemos añadir el aguacate, la tahina o los frutos secos, a parte de la carne y el pescado; pero antes del año, para mí, la mejor opción es el aceite, el aceite de coco y la mantequilla”.
Podemos introducir el aceite de coco en la dieta de los bebés a través de las verduras
Una vez entra en contacto con el fuego…
Lo primero que hay que saber es que la característica principal del aceite de coco es que es un aceite saturado y, por lo tanto, mucho más estable que cualquier otro; tarda mucho más en estropearse (a menudo, los aceites, aunque sean de oliva virgen extra y ecológicos y prensados en frío, se queman con facilidad cuando los calentamos en la sartén, y resultan muy nocivos). Con el aceite de coco tenemos más margen; de hecho tarda más en humear, que es cuando deberíamos desechar cualquier aceite. Los más inestables en ese sentido son los de semillas: girasol, lino, etc. Por eso se recomiendan en crudo en ensaladas o verduras.
De los aceites de coco, ¿cuál?
Hay que adquirir siempre aceite de coco virgen obtenido a baja temperatura, y siempre de producción ecológica. Es la única forma de asegurarse que mantiene todas las propiedades antioxidantes y, si el tarro es de vidrio, mejor. También podemos usar leche de coco en lugar de lácteos para hacer más cremosas las cremas de verduras. Una crema de calabaza con leche de coco, pipas de calabaza y una pizca de pimiento negra y cúrcuma es un plato sencillo, rico y muy saludable.
¿Cuánto?
Se recomienda tomar entre una y dos cucharadas soperas al día. Cuando hacemos un wok de verduras, por ejemplo, podemos poner estas dos cucharadas. En general se usa mucha menos cantidad que de aceite de oliva. Hay que tratarlo como si fuese mantequilla, ya que cunde mucho más. En ningún caso podremos utilizarlo para freír alimentos que requieren una gran cantidad de aceite como patatas fritas o croquetas, ya que además no es una cocción para nada saludable.
¿Cómo?
Se puede utilizar el aceite de coco sólo o mezclarlo con aceite de oliva al 50%. Sirve como aderezo para ensaladas o verduras. También se añade a los batidos y tés y es muy sabroso para arroces y cereales en general. Es un gran sustituto de salsas en un plato de hidratos y se puede complementar con un poco de mantequilla añadida en frío al final para que se derrita con el calor de los alimentos.
¿Conservación?
Se puede guardar fuera de la nevera durante la mayor parte del año y aguanta dos años sin problema. Si lo conservamos en la nevera, estará sólido y costará más de manipular, pero en épocas de más calor, es una buena idea. Por encima de 25 grados, el aceite se vuelve líquido pero está perfectamente bien.
La moda de los enjuagues con aceite de coco
Hace tiempo que el “oil pulling” está de moda, aunque es una práctica que se remonta a miles de años, ya que proviene de la medicina ayurvédica. El aceite tiene un gran poder antimicrobiano y reduce significativamente la acumulación de placa. La técnica ayuda a disminuir la carga tóxica en el sistema inmunológico y previene la propagación de estos organismos al resto del cuerpo a través del torrente sanguíneo.