La palabra áloe viene del vocablo árabe alloeh, que significa “sustancia amarga y brillante”, aunque también se conoce como zabila o áloe de Barbados.

El áloe se compone por tres partes: la piel, que contiene una parte externa más cerosa y otra capa interna; la aloína, con sabor amargo y que tiene capacidad de laxar e irritar; y la pulpa, que es la capa de gel interna utilizada para la preparación de distintas soluciones.

El Aloe vera ha sido catalogado durante años como una planta excelente para tratar problemas cutáneos. La verdad es que sus efectos sobre la piel son bien conocidos y comprobados; sin embargo, es mucho más que una pomada para las quemazones, ya que las maravillas que consigue de forma externa también se pueden aplicar a su consumo, con múltiples efectos sobre el metabolismo.

El áloe es rico en vitaminas (como la A, C, E y grupo B), minerales (zinc, cobre, hierro, calcio…), ácidos grasos esenciales y ácidos orgánicos, nutrientes que confluyen en sinergias para unos resultados óptimos sobre la piel.

A nivel externo, tiene la capacidad de penetrar en todas las capas de la piel y es rico en mucílagos, por lo que ayuda a regenerar, hidratar, oxigenar y fortalecer las células de la piel.

Las propiedades del áloe son muchas. A continuación, os detallamos algunas:

  •  Favorece la cicatrización y la regeneración celular.
  • Tiene acción antioxidante.
  • Hidrata y calma la piel irritada (rasguños, afeitado, eritemas…).
  • Refresca y alivia picaduras de insectos.
  • Es un ingrediente estrella de cosméticos (aumenta la flexibilidad y rejuvenece).
  • Gel base para masaje: se puede asociar a aceites esenciales.
  • Compatible para pieles acneicas, psoriasis, dermatitis…

Además de estas buenas acciones, el áloe también actúa a nivel interno ya que proporciona vitalidad de forma general, y ayuda a combatir la fatiga.

  • Es una fuente de nutrientes y favorece la hidratación.
  • Aumenta la sensación de saciedad.
  • Se usa tradicionalmente para hidratar y proteger úlceras bucales o aftas.
  • Resulta ideal para situaciones de acidez estomacal, gastritis, inflamación, intestino permeable y úlceras.
  • Tras las comidas, actúa como digestivo y reduce los ardores.
  • Es un regulador intestinal (algunas partes de la planta contienen antraquinonas como la aloína, de acción laxante). Es una buena alternativa en casos de estreñimiento.
  • Algunos de sus polisacáridos, como el acemanano, ayudan a reforzar el sistema inmunitario.

El áloe se puede encontrar en distintos formatos según nuestras necesidades. En el caso de uso tópico, podemos encontrar pomadas, geles, cremas o cosméticos, entre otros. Si hablamos de consumo interno, hay zumos que se pueden añadir a batidos, gazpachos o zumos de frutas o verduras en el caso de que el sabor resulte demasiado amargo.

Lily of the Desert Organic Aloeceuticals

Entre los productos de su gama podemos encontrar:

Gel de áloe 99% (Gelly): gel para hidratar manos y cuerpo, que ayuda a mantener la piel hidratada y suave, y aporta una rápida acción calmante y reparadora. Muy eficaz para pieles sensibles.

Gel de áloe 99,5% bebible: gel de uso interno, elaborado a partir del zumo de hojas frescas enteras de la planta. Con una textura más densa, que aumenta la adherencia sobre las paredes del tracto gastrointestinal, genera una película protectora en su paso por el estómago. Sin aloína.

Zumo de áloe 99,7%: complemento alimenticio líquido elaborado con las hojas frescas enteras (zumo de hoja entera) o con la pulpa (zumo de pulpa de la hoja). Sin aloína.

El zumo y gel de áloe para beber están disponibles en categoría ecológica certificados por

Nunca es tarde para empezar a cuidarse. ¿Qué mejor forma de hacerlo que con áloe? Es el aliado natural que nos cuida por dentro y por fuera.

Glenn Cots

Dietista y divulgadora de nutrición y recetas saludables en glenncots.com

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