Durante los meses de verano, si vamos al mercado, veremos una gran variedad de verduras y hortalizas que, generalmente, pensamos que se suelen encontrar durante todo el año; ¡sin embargo, no es así!
La zanahoria, la remolacha o la cebolla sí las podemos encontrar todos los meses del año, pero el resto son verduras de temporada de verano. A continuación te hablamos de las más características:
El calabacín
Un 95% del peso del calabacín es agua y eso la convierte en una hortaliza hidratante y agradable para comer durante los meses de más calor. Además, también destaca porque contiene mucha vitamina C, minerales como potasio y magnesio, betacarotenos y flavonoides.
Lo podemos preparar a la plancha, al horno, salteado… pero en verano también lo podemos tomar crudo: en forma de espaguetis –que podemos preparar con un espiralizador–, carpaccio, cremas frías o palitos para dipear.
Os proponemos algunas ideas:
- Carpaccio de calabacín con queso fresco de cabra u oveja, rúcula, piñones y aceite de oliva virgen extra
- Espaguetis de calabacín y manzana con pesto de almendras y albahaca
- Crema fría de calabacín y chía con zaatar
Además, el calabacín también nos puede servir para preparar patés vegetales. Si lo cocinamos a la brasa, lospodemos utilizar para elaborar un hummus de calabacín o un paté de calabacín y nueces, por ejemplo. Además, en el mercado también existen alternativas saludables con verduras de temporada como esta que pueden ser una buena alternativa para untar en una tostada de pan 100% integral en el desayuno. Estamos hablando de los tarros de verduras de El Huerto de La Piara, con calabacín, alcachofas, espárragos verdes, berenjena y ajos tiernos.
Los espárragos verdes
Los espárragos tienen bastante aspargina, un aminoácido con efecto diurético, pero también mucha agua (92%), fibra, vitaminas antioxidantes y minerales como potasio y azufre. Como este último mineral forma parte del pelo, la piel y las uñas, resulta beneficioso para mantenerlos saludables.
La fibra de los espárragos va muy bien para la flora intestinal, ya que está formada por fructooligosacáridos, un tipo de fibra con efecto prebiótico que contribuye a tener una microbiota saludable.
Quedan riquísimos a la brasa o a la plancha y pueden acompañar cualquier tipo de plato. Ahora en verano, incluso, son ideales en ensaladas o en cremas frías.
Una idea: ensalada de brotes variados con lentejas, aguacate, espárragos verdes, tomates cherry y fresas.
La berenjena
Esta verdura de verano nos puede ir muy bien si queremos cuidar la figura, ya que tiene pocas proteínas e hidratos de carbono y no contiene ninguna grasa.
A diferencia de la gran mayoría de hortalizas, no nos la podemos comer cruda, ya que nos podría sentar mal. La podemos cocinar al horno o asada, a la brasa, a la plancha o salteada y puede complementar muchos tipos de platos.
Una vez cocida, podemos hacer tortillas, cocas o hamburguesas vegetales, entre otros.
Proponemos algunos ejemplos:
- Berenjenas con crema de yogurt griego y azafrán
- Musaka de berenjena y carne de ternera ecológica
- Berenjenas rellenas con verduras y arroz integral
- Macarrones integrales con boloñesa de lentejas rojas y berenjena
Una receta buenísima para preparar con berenjena es el mutabal, un paté vegetal que podemos tomar untado en el desayuno, en una una ensalada o para acompañar carne o pescado de buena calidad. Lo podemos preparar en casa –aunque, a menudo, en verano cuando volvemos de la playa no tenemos tanto tiempo para asar las berenjenas–, o lo podemos comprar hecho. La Piara, por ejemplo, ofrece un hummus de berenjena con tahina 100% natural.
El pimiento rojo
¡Si hay una hortaliza que destaca por su vitamina C es el pimiento rojo! Con 100 g de pimiento rojo obtenemos 131 mg de vitamina C, mientras que 100 g de naranja aportan 50. Esta vitamina antioxidante interviene en la formación del colágeno, los glóbulos rojos, los huesos y los dientes y favorece la absorción del hierro, el calcio y otros aminoácidos de los alimentos.
Además, el pimiento rojo también contiene provitamina A, vitamina E y vitaminas del grupo B y minerales como el potasio, magnesio y fósforo.
En la cocina lo podemos preparar al horno o asado, a la brasa… pero si queremos aprovechar la vitamina C debemos tomarlo crudo. Lo podemos cortar en forma de palitos y mojar en patés vegetales, añadir a las cremas frías de verano como el gazpacho o cortar en dados para poner a las ensaladas.
El Huerto de La Piara también tiene una receta de pimiento rojo, pimiento amarillo y cebolla que puede solucionar un desayuno. Una receta vegana y 100% natural.
El pimiento amarillo
El pimiento amarillo también es de temporada y aunque tiene propiedades muy parecidas a las del pimiento rojo, el color ya nos indica que los pigmentos antioxidantes que contiene son diferentes. Los pimientos son ricos en carotenos, unos pigmentos vegetales que nos ayudan a proteger al organismo de los radicales libres. Sin embargo, dentro del grupo de los carotenos hay una gran variedad de componentes que determinan el color del alimento: rojo, amarillo o naranja.
El pimiento amarillo también lo podemos comer crudo, en forma de bastoncillos para acompañar un hummus oa las ensaladas, o bien cocido al horno para acompañar cualquier plato y, incluso, los podemos utilizar para preparar patés vegetales para untar, como el Muhammara : un paté de pimiento y nuevos que se suele hacer con pimiento rojo pero que también se puede poner el amarillo y que ¡queda buenísimo!