El azúcar es básico para el funcionamiento del organismo: nos aporta una gran cantidad de energía de manera puntual y es un gran alimento para las neuronas y la actividad mental y física. También es muy importante a la hora de regular el estado emocional, ya que controla la producción de neurotransmisores tan importantes como la serotonina, que regula el hambre mediante la saciedad; el humor; el sueño y la actividad sexual. ¿Pero de qué azúcar estamos hablando?
Normalmente, por la tarde, tenemos unas ganas locas de encontrar cualquier cosa por la cocina que nos calme esa ansiedad de dulce: chocolate, unas galletas, pastas… Esta sensación la podemos relacionar perfectamente con lo que hemos contados antes: durante todo el día hemos hecho un desgaste importante de energía y los niveles de serotonina se han visto afectados a la baja; estamos cansados y necesitamos una energía puntual que nos anime y nos proporcione un placer que nos ayude a superar las horas que quedan hasta la comida siguiente.
Pero… ¡ojo! ¡No debemos convertir el azúcar en una adición! Hay varios aspectos que debemos tener en cuenta. Tenemos que vigilar la cantidad de azúcar que ingerimos al día y también saber que es mejor optar menos por el azúcar refinado y más por el azúcar natural.
¿Qué tipo de azúcares debemos evitar?
En los alimentos podemos encontrar azúcares simples –hidratos de carbono de cadena simple, como la miel, el azúcar blanco…– o azúcares complejos –hidratos de carbono de cadena larga, derivados de la pasta, del arroz, entre otros, que nos aportan energía de manera más gradual.
De los primeros hay varios tipos: azúcares con muchas calorías, con menos calorías, azúcares naturales, edulcorantes sintéticos y azúcares que han sido sometidos a diferentes grados de refinación como los azúcares blancos, los morenos o los integrales parcialmente refinados.
La mayoría de los azúcares que consumimos hoy son refinados o blancos, que son precisamente los que debemos evitar. Muchos se han obtenido de la caña de azúcar o mediante otros procedimientos químicos que hacen que el resultado final sea sacarosa –glucosa más fructosa– con una pérdida de muchas vitaminas, minerales, oligoelementos y fibra respeto del producto original por culpa del proceso de refinado.
Estos azúcares producen un pico importante de glucosa en sangre: dan una energía puntual al organismo y eliminan la ansiedad de dulce, sin embargo, al cabo de un rato, cuando esta sacarosa ya ha sido metabolizada, nos hacen volver a la misma situación basal de ansiedad y de ganas de seguir picando.
Debemos moderar la ingesta diaria de azúcar, ya que a la larga podemos alterar la función de algún órgano, como el páncreas, y acabar teniendo problemas para metabolizar el azúcar, cosa que podría hacer que se acumulara en sangre o en orina.
El día 14 de noviembre es el día mundial de la diabetes. Según la OMS, actualmente, en el mundo hay más de 347 millones de personas con esta enfermedad. Hay de dos tipos: la insulinodependiente, juvenil o de tipo 1; y la no insulinodependiente, de edad adulta o de tipo 2. Ambas tienen una sintomatología similar: polidipsia (mucha sed), polifagia (mucho hambre) y poliuria (orinar en exceso, de tres a cinco litros).
Además, hay complicaciones que se derivan de ella –como enfermedades circulatorias, cardiovasculares, renales…–; por lo tanto, debemos mantener una dieta equilibrada y controlar la ingesta de azúcar buscando alternativas para satisfacer esta ansiedad de dulce.
¿Qué alternativas al azúcar refinado encontramos actualmente?
Las alternativas a l azúcar son muchas:
- Melazas de cereales: de arroz, de cebada, de trigo o de maíz, que contienen minerales y hidratos de carbono de cadena corta. Se obtienen mediante una fermentación que permite que el producto sea más digerible y que hace que tenga un valor nutricional.
- Azúcar integral de caña: conocido también como rapadura. El jugo de la caña se evapora por calentamiento o liofilización. Si se ha obtenido por este último método, conserva los minerales y las vitaminas de la caña de azúcar. A pesar de ello, se recomienda consumir de manera moderada ya que sigue siendo un disacárido de asimilación rápida.
- La estevia tiene un gran poder endulzante, no contiene calorías, tiene propiedades importantes a la hora de regular los niveles de azúcar en sangre, sobre todo en los diabéticos, y de controlar la ansiedad por la comida y también los valores de la tensión arterial. Las presentaciones actuales en el mercado son en polvo, en comprimidos y en líquido.
- Miel de abejas, formada por glucosa, fructosa y minerales. Los diabéticos, sin embargo, deben vigilar. Para poder aprovechar las calidades nutricionales debemos elegir una miel no refinada y no expuesta al calentamiento.
- Los polioles, como el manitol, sorbitol y xilitol. Los diabéticos los toleran bien, sin embargo, en exceso, pueden producir flatulencias y diarreas.
- Jarabes de manzana, de agave, de arce… Todos se obtienen por evaporación del agua de la fruta.
No recomendamos el aspartamo, el ciclamato o la sacarina sódica; son edulcorantes sintéticos que se utilizan en las dietas para controlar el peso porque casi no tienen calorías. De todas formas, se sospecha que pueden ser perjudiciales para la salud, por lo tanto es mejor evitarlos. Como hemos podido ver, tenemos muchas alternativas antes de comprar este tipo de productos.
¿Hay alguna solución para eliminar la ansiedad por el dulce?
Siguiendo con la idea inicial, es normal que, en momentos de ansiedad y en los que queramos picar alguna cosa, nos decantemos más por un alimento dulce que por uno salado. Es una manera de controlar los neurotransmisores que nos aportan bienestar. Es entonces cuando es preciso intentar comer un alimento que no nos provoque un pico puntual de glucosa en sangre.
Para poder solucionar las ganas incontrolables de picar dulce, primero de todo nos debemos fijar en la base del problema. Podemos evitar estas ganas, pero si la ansiedad deriva de un estado nervioso, ya sea por el trabajo o por problemas personales, hay que intentar tratar el problema de base antes de enmascararlo solucionando las consecuencias.
Actualmente hay un oligoelemento muy útil que nos puede ayudar en este caso: el cromo. Hay productos en el mercado de varias casas comerciales que lo ofrecen en forma de picolinato de cromo de 200 microgramos. Su función principal es regular los niveles de glucosa en sangre y las ganas de comer. Una posología adecuada, pues, es un comprimido a media mañana y otro a media tarde.
Para más información de productos / Marcas comerciales
Alternativa natural para endulzar las bebidas, alimentos…
- Now Estevia líquida en gotas.
- Specchiasol estevia en comprimidos y líquida.
- Cal Valls Mel mil flors natural
Oligoelemento para controlar las ganas de picar dulce: CROMO PICOLINATO
- Solgar Cromo Picolinato 200 mcg
- Solaray Cromo Picolinato 200 mcg
- Health AID: Cromo Picolinato 60 comprimidos
- Tongil: Picolinato de Cromo 100 comprimidos. Nature’s Bounty