Hoy en día, muchas personas tienen problemas relacionados con el sistema digestivo. No solo a nivel intestinal, sino que trastornos como la dispepsia, reflujo y acidez estomacal, gastritis, flatulencias, estreñimiento, patologías autoinmunes como el Crohn, colitis ulcerosa o litiasis biliar, por ejemplo, son cada vez más comunes.
El hígado, el órgano emuntorio por excelencia
El hígado, órgano esencial para la vida, también interviene en la función digestiva, pero para mantener la funcionalidad hepática en condiciones óptimas, las depuraciones a base de licuados o jugos verdes no son la solución.
La alimentación es especialmente importante, ya que el funcionamiento del hígado está ligado a los alimentos que ingerimos diariamente. Estas son algunas pautas que hay que tener en cuenta:
- Debe ser libre de tóxicos y basarse en alimentos lo menos procesados posible.
- Aplicar cocciones que ayuden a preservar el máximo de nutrientes y que vayan de acuerdo con la naturaleza de cada persona.
- Seleccionar verduras amargas y depurativas que potencien la salud digestiva y hepática. Es importante tener presente que todo el organismo está interrelacionado y que muchas de las funciones como la digestiva y hepática dependen estrechamente las unas de las otras.
El hígado se encarga de filtrar la sangre que viene del tracto digestivo y del bazo antes de enviarla al resto del organismo; actúa depurando tanto sustancias externas (xenobióticos como alcohol, medicamentos, aditivos, tabaco, pesticidas, herbicidas) como sustancias fruto del propio metabolismo (urea, purinas, ácido úrico, histamina, entre otros); tiene un papel clave en la desintoxicación hepática mediante la fase I (conversión de las toxinas en sustancias hidrosolubles para facilitar su eliminación y disminuir su toxicidad) y fase II (proceso de conjugación a través del cual diferentes enzimas añaden una molécula al metabolito intermedio y lo convierten en hidrosoluble, es decir, fácilmente eliminable); sintetiza ácidos biliares por la descomposición de las grasas en ácidos grasos y elimina toxinas liposolubles; interviene también en la síntesis de proteínas (albúmina, globulina, hemoglobina, fibrinógeno, protrombina, etc.) y también de colesterol; sintetiza y actúa como depósito de glucógeno para regular la glucemia sanguínea, etc.
¿Cómo podemos ayudar a mejorar las funciones hepáticas y digestivas?
Además de seguir una alimentación saludable sin agrotóxicos y de temporada, algunas plantas son excelentes a la hora de proporcionar equilibrio y armonía al sistema digestivo de varias maneras:
- Favorecen el proceso de la digestión
- Calman los posibles espasmos
- Protegen y regeneran mucosas digestivas
- Apoyan glándulas anexas como el hígado (en todas sus funciones), el páncreas y la vesícula biliar
- Favorecen la microbiota intestinal
Hay que añadir también que una planta con propiedades coleréticas (que estimula la producción biliar) y/o colagogas (que actúa sobre la secreción biliar) facilita la digestión de lípidos y, por lo tanto, también es digestiva, a la vez que ayuda a desintoxicar y activar el drenaje hepático (protección hepáticas).
Extractos herbales indispensables para la salud hepática y digestiva
- Cardo mariano (Sylibum marianum): el antioxidante silimarina (mantiene niveles de glutatión y superóxido dismutasa) ayuda a proteger las células del hígado de una infección, reduce la inflamación y favorece la regeneración celular. Se une a la membrana celular externa inhibiendo la entrada de toxinas.
- Alcachofa (Cynara scolymus): gracias a su contenido en cinarinas y flavonoides, ayuda a la excreción hepática de las grasas, estimula el flujo biliar y protege a las células hepáticas del daño oxidativo.
- Brócoli (Brassica oleracea var. Italica): contiene principalmente isotiocianato, conocido como sulforafano. Este componente tiene diferentes propiedades:
- Induce la actividad enzimática de la fase II en el hígado, a la vez que ayuda a mantener la función saludable de las células del colon.
- Puede aumentar la cantidad de enzimas antioxidantes de la familia de las glutatión-S-transferasa e inhibir otras enzimas del citocromo P-450, con lo que favorece la regulación de la fase I.
- Su efecto antioxidante es más prolongado en el tiempo y eficaz y activa genes implicados en la protección frente a cualquier agente antioxidante.
- Wasabi (Wasabia japonica): funciona como antioxidante al activar el factor nuclear NRF2, proteína básica que regula la expresión de proteínas antioxidantes que protegen del daño oxidativo provocado por inflamación, a la vez que regula la expresión de enzimas desintoxicantes y antioxidantes de la fase II. El rizoma es interesante, ya que contiene varios isotiocianatos.
- Diente de león (Taraxacum officinale): actúa como diurético natural; ayuda a corregir la hipofuncionalidad hepatobiliar favoreciendo el flujo biliar; favorece la secreción de gastrina (hormona que estimula la producción del ácido clorhídrico y pepsinógeno en el estómago), con lo que mejora las dispepsias; facilita la digestión de grasas y promueve el confort digestivo.
- Agracejo (Berberis vulgaris) contiene berberina, que ayuda a disminuir el estrés oxidativo hepático. Estimula las secreciones de las glándulas digestivas y normaliza la función del tracto intestinal.
- Esquisandra (Schisandra chinensis) es una planta utilizada en la medicina tradicional china como antioxidante y adaptógena. Aumenta la actividad enzimática de detoxificación de fase II; apoya la función del hígado aumentando el glutatión hepático; promueve el crecimiento de hepatocitos y de la salud de las células hepáticas.
¿Qué complemento alimenticio puede apoyar dualmente a la función hepática y digestiva?
La combinación de todos los extractos anteriores la podemos encontrar en Ultra Liver Support, de Douglas Laboratories®, que junto con el extracto de la fruta del arándano (Vaccinium myrtillus, antioxidante) nos proporciona, gracias a su contenido en agracejo y diente de león, un confort digestivo y una ayuda para que el hígado y la vesícula biliar funcionen como es debido. Se recomienda también en casos de estrés y de hábitos alimentarios poco saludables.
La posología es de dos cápsulas al día, preferentemente antes de acostarse.
No es apta para niños ni mujeres embarazadas o en periodo de lactancia. En caso de tomar medicación, es recomendable consultarlo con el médico para evitar cualquier interacción.