El Mildreds es una parada obligatoria si queréis descubrir el lado saludable de la City. Ofrecen cocina internacional vegetariana con productos locales –un 80% de los cuales, ecológicos– y con sensibilidad y opciones para todo tipo de alergias e intolerancias. Todo en un ambiente muy fresco, actual y claramente abierto a todos los públicos.
Katie, la propietaria y fundadora, nos cuenta que el proyecto empezó en 1988 con la idea clara de normalizar la comida vegetariana, ya que hasta entonces solo había restaurantes indios o muy hippies. Así pues, quiso crear uno con comida cotidiana, variada y deliciosa, pero sin carne ni pescado. El resultado es el Mildreds, un restaurante que es vegetariano, pero que, si no lo eres, probablemente ni te das cuenta de ello, y es que la buena atmósfera y la calidad de los platos ahuyenta cualquier prejuicio.
Ofrecen servicio ininterrumpido desde las doce del mediodía hasta las once de la noche y no se puede reservar mesa porque les gusta que haya un flujo constante de gente. Para encontrar lugar seguro aconsejan ir bien pronto cuando abren a mediodía, o más tarde de las nueve y media, si es por la tarde. Si no, lo más probable es, como nos ha pasado a nosotros, que lleguéis y que no haya sitio del éxito que tienen. Pero no os preocupéis, mientras esperáis tranquilamente que quede una mesa libre estarán encantados de serviros en la barra de la entrada uno de los deliciosos batidos, zumos naturales o cócteles ecológicos que hacen al momento y de los cuales están tan orgullosos.
En el comedor destaca la gran claraboya central, que inunda la sala de luz natural y da espacio, pese al ligero abarrotamiento del local. El servicio –atento, próximo y simpático–, mayoritariamente, es todo gente joven: es otra gran virtud que no pasa desapercibida. Una vez acomodados, vemos que seguramente somos los únicos “turistas” del comedor y que todo el mundo que nos acompaña es gente local que ha decidido elegir una opción saludable en el barrio del Soho de Londres. Satisfechos, pensamos que es justo el tipo de recomendación auténtica que buscamos para la guía saludable de Buenísimo Europa.
La carta está compuesta por ocho entrantes y una docena de platos principales, más los platos especiales que han preparado aquel día, que los apuntan en una gran pizarra al fondo de la sala. Nos sorprende muy gratamente el hecho de que, de todas las propuestas, haya prácticamente la mitad sin gluten, unas cuantas veganas y también alguna libre de trigo. Y, además, todo viene indicado claramente en la carta ya de entrada. Observamos los locales de las otras mesas y hacemos como ellos: pedimos un plato principal, ya que las raciones son generosas, con un pequeño side dish –el acompañamiento– y un postre para acabar. Los platos no tienen muchas complicaciones, pero están hechos con productos de muy buena calidad y una ejecución y presentación muy buenas.
Elegimos la ensalada detox y energizante de remolacha, zanahorias, hinojo, legumbres germinadas, coriandro y semillas tostadas con vinagreta de manzana, lima y jengibre; y un curry de boniatos y anacardos con basmati amarillo, guisantes y salsa de sambal de coco y tomate. El acompañamiento, ensalada verde –variado de muchas hojas, muy frescas y de primerísima calidad–; y un postre de arroz salvaje con leche de coco y salsa de mango y almendras tan sorprendente como exquisito. Os lo recomendamos con mayúsculas.
En definitiva, una grandísima recomendación que nos ha sorprendido muy gratamente y que rompe totalmente con el prejuicio de que en el Reino Unido no se come bien. Si visitáis la capital inglesa en busca de opciones saludables, buenas, sorprendentes y ajustadas de precio, debéis incluir el Mildreds en la lista.