Pescado y marisco, vinos naturales, y productos locales a un precio escandaloso para ser Dinamarca
Fiskebar nació en 2010 de la mano de Anders Selmer, que tenía clara la idea de crear un restaurante que ofreciera el mejor marisco y pescado local, obtenido directamente de los pescadores que conocía personalmente a un precio mucho más razonable que la media de la ciudad, para que fuera accesible a todo el mundo. También quería que el ambiente fuera informal y elegante; que cualquier persona se pudiera sentir bienvenida.
INFORMACIÓN
Kødbyens Fiskebar
Producto estrella: Ostras
Apto para: celíacos
Precio medio: 30 €
Contacto: Flæsketorvet 100, 1711 København, Dinamarca
Tel.: +45 32 15 56 56
Abierto cada día menos domingo.
El restaurante está a diez minutos del centro y puede costar un poco de encontrar, pero una vez dentro se ve rápidamente que no es un restaurante cualquiera. Dispone de un amplio espacio con una estética nórdica muy minimalista que choca por el contraste de modernidad de algunos elementos y el desgaste histórico de otros. El local tiene espacios diferentes y elementos curiosos –como una pecera cilíndrica gigante–, que os mantendrán entretenidos un buen rato hasta que no los hayáis descubierto todos.
Hay mesas íntimas rodeadas de sofás de piel situadas en una ala del local y también otras convencionales con sillas junto a los grandes ventanales. Si no queréis sentaros en una mesa o simplemente queréis tomar un vino y picar algo, también hay la posibilidad de sentarse en un taburete alto en la gran y preciosa barra de isla central, desde donde tendréis una vista privilegiada de todo el espacio. En la otra punta y tocando a la puerta de la cocina, hay una gran mesa de trabajo donde el maestro pescadero corta y prepara con gran destreza las especialidades del día a la vista de todo el mundo. Finalmente, fuera, también hay una terraza con tumbonas y unas pequeñas mesas para disfrutar de los días de sol. Los espejos, los grandes ventanales y la considerable altura del techo hacen que la luz natural lo inunde todo. Esto, combinado con la desbordante simpatía del servicio, hará que rápidamente os sintáis como en casa.
Los menús degustación son espectaculares y cambian según el mercado; la carta, extensa, contiene especialidades de marisco y pescado. En los dos casos, encontraremos opciones crudas y cocinadas, y siempre acompañadas de productos locales y de temporada. Los platos de pescado dependerán de la época del año y de la pesca de cada día; por ello es interesante dejarse aconsejar, puesto que siempre tendrán alguna sorpresa para ofrecer. Las ostras son su gran especialidad y las presentan en recetas muy variadas para todos los gustos.
Si sois amantes del buen vino, os encantará saber que para ellos es una gran prioridad, puesto que también es un bar de copas de noche y tienen claro que sólo quieren ofrecer la máxima calidad. Disponen de una impresionante selección de vinos naturales que seguro que hará vuestras delicias. Nos cuentan que, de la mayoría, incluso conocen a los propietarios personalmente.
La carta acaba con media docena de postres creativos con los ingredientes y el origen como protagonistas. Guardaos un rinconcito porque valen la pena.
Nosotros probamos el plato de dos texturas de rodaballo con camarones y crema suave de limón, el eglefino dorado con crema de patatas danesas nuevas y vinagreta de ortigas; la ensalada verde, y todo acompañado con un Bassotets, un excelente vino biodinámico de la Conca de Barberà: ¡toda una sorpresa! Según nos cuentan es uno de sus preferidos por su gran personalidad. Rematamos la comida con un sueño de mango, chocolate y regaliz: una verdadera explosión de sabores y texturas. Es un restaurante donde se puede degustar pescado de primerísima calidad cocinado sin pretensiones, puesto que queda patente que la base de su éxito es la genuinidad del producto.
Podéis ir a comer a partir de las doce en un ambiente calmado e informal; y a cenar a partir de las cinco de la tarde en ambiente nocturno con menos luz y más música, en el que el vino y los cócteles son los protagonistas.
Si queréis vivir una experiencia de cocina marinera danesa como si fuerais locales, cuando vayáis a Copenhagen no podéis dejar de visitar Fiskebar.