Sin lugar a dudas, de los muchos propósitos que las personas se hacen cada año, empezar una dieta está entre los 10 primeros. A priori, la cosa pinta bien.
Y digo a priori, pues, como todo el mundo sabe, todo lo que se empieza también acaba. El tema está cómo y cuándo se acaba.
Os invito a responder un par de preguntas: ¿Cuántas dietas habéis realizado? ¿Cuánto tiempo habéis mantenido los resultados?
Se sabe que un gran porcentaje de personas inician una dieta para adelgazar y no logran su objetivo. Muchas incluso sufren un efecto rebote, se sienten culpables o les pesa cierto sentimiento de fracaso. ¿Os suena?
Y es que hacer una dieta no es un ¡pim, pam, pum y listo! Cualquier cambio de hábitos alimentarios supone esfuerzo, perseverancia y toma de conciencia.
Prochaska y DiClemente, dos eminencias de la psicología, definieron muy bien las fases que hay en cualquier proceso de cambio. Las plasmaron en la llamada “rueda del cambio”. Las fases son: la precontemplación, la contemplación, la acción, el mantenimiento, la recaída y finalmente, la salida permanente.
Hoy os voy a explicar algunas cosas de la rueda que os ayudarán a seguir avanzando hacia vuestro propósito nutricional y a no desanimaros.
- Cualquier proceso de cambio da vueltas, no es lineal. ¡Muy interesante! Es decir, se pasa por las distintas fases varias veces hasta llegar a la salida permanente; es decir, dejar de estar a dieta. Y, además, será en forma de espiral Esto quiere decir que, a cada vuelta, se está más cerca de llegar a la meta.
- En la fase de precontemplación aparecen algunos pensamientos lejanos sobre mejorar los hábitos alimentarios o bajar de peso.
- Debe existir una actitud activa. Hay que pasar a la acción. Una vez tomada la decisión, de haber visto que hay más pros que contras, hay que ponerse a trabajar: diseñar un plan de acción y ejecutarlo.
- El mantenimiento sostenido es lo que permite salir de la rueda y, a su vez, donde se pueden dar las recaídas.
- Las temidas recaídas existen. Saber que se puede dar algún paso hacia atrás, incluso muchos, y que nada está perdido, es sinceramente reconciliador. ¡Y es que es tan fácil recaer! Cuestión de milisegundos.
Fijaos. Estáis en una mesa con amistades. Sacan un aperitivo. Y de repente, no sabéis cómo, estáis comiendo unas patatas fritas y algo más. ¿A caso no os ha pasado de pillaros con un alimento en la mano que no queríais comer? Y es cuando decimos: ¿Cómo ha llegado esto hasta mis manos?
Por lo tanto, es normal que una persona realice diversas dietas antes de lograr hacer el cambio real y estable de hábitos. Lo más importante es aprender de los aciertos y de los errores de cada vuelta. Henry Ford decía que “el fracaso es una gran oportunidad para empezar de nuevo con más inteligencia”.
Un buen ejercicio es reflexionar sobre el error y la solución para futuras ocasiones. Por ejemplo: “He comido las patatas bravas y los fritos del picoteo. Solución: la próxima vez que salga a hacer un vermut con mis amistades me pediré unos boquerones en vinagre.”
La idea, por supuesto, de explicar la recaída, no es invitaros a dejar la dieta, sino que volváis a retomar el camino en caso de desliz y a recuperar la motivación.
Motivación y pensamientos saboteadores
Hablando de motivación, ¿qué es la motivación? La motivación es acción. Es ponerse en movimiento para lograr un objetivo
La motivación es fluctuante. En ocasiones parece que nos abandone, y es entonces cuando los pensamientos saboteadores agudizan el ingenio.
Llamo pensamientos saboteadores a todas esas frases que vienen por arte de magia a la mente tipo: “Total, solo es un día”, “por un día que me salte la dieta no pasa nada”, “es que hoy me lo merezco”, “todos los demás van a comer esto y yo no quiero dar la nota”, “es que hoy tengo mucha ansiedad”, “ya empezaré de nuevo el próximo lunes” … ¿Se os ocurren más?
Os propongo agarraros a vuestra motivación y dejar pasar los pensamientos saboteadores.
Y ¿cuándo se sale definitivamente de la rueda de la dieta? La puerta de salida es cuando se integra la dieta como parte de la vida.
Por lo que saldréis de la rueda:
- Cuando cambiéis la relación con la comida y dejéis de estar en “modo dieta”.
- Cuando conectéis vuestros valores personales con un estilo de alimentación.
- Cuando os proporcione beneficios tanto físicos como anímicos.
- Cuando la normalicéis y forme parte de vuestro estilo de vida.
No lo olvidéis: Vosotras sois las protagonistas activas de vuestro cambio.
Les claus per deixar de fer dieta per sempre més
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