No sirve de nada seleccionar los alimentos, vigilar que sean de temporada, de proximidad y ecológicos si después destruimos sus nutrientes con cocciones inadecuadas. El ritmo frenético actual también se traslada a la cocina en forma de cocciones aceleradas y a temperaturas elevadas.

¿Cuál es el problema de cocinar demasiado los alimentos?

Además, también está la parte organoléptica. Nos gusta mucho una rebanada de pan tostado crujiente, las carnes o pescados marcados con costra marrón y las patatas fritas o las barbacoas. Todos estos procesos, ya sean hechos en casa, en restaurantes o industriales no solo destruyen nutrientes, sino que generan compuestos tóxicos que no estaban en los alimentos y que pueden causar problemas de salud graves.

 Las acrilamidas, en el punto de mira

Ya hace unos años que esta palabra suena en los medios y se relaciona con alimentos tales como galletas, magdalenas, cereales de desayuno, pan tostado, patatas fritas, chips de bolsa, croquetas e, incluso, café y alimentos infantiles, elaborados a base de cereales.

Lluca Rullan
Lluca Rullan

Periodista y dietista integrativa

  @llucarullan   @llucarullan_dietista