¿Cuántas veces os habéis encontrado con personas con malos –e incluso pésimos– hábitos alimenticios que se mantienen delgadas? Qué rabia dan, ¿verdad?
No paro de escuchar a mujeres que se quejan de maridos que comen lo que se les da la gana y no engordan ni un gramo. En cambio, a ellas, el cuerpo no les perdona el mínimo desliz.
Pero, atención, no es oro todo lo que reluce: este envidiable rasgo podría estar escondiendo una salud vulnerable, el temido síndrome metabólico, desde siempre reservado a las personas con sobrepeso. Se trataría de personas que por fuera se ven delgadas, pero que por dentro son metabólicamente gordas.
El síndrome metabólico y el riesgo de padecer enfermedades graves
El síndrome metabólico es una condición que viene definida por cinco posibles desajustes:
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