Es habitual escuchar las palabras estrés y ansiedad de forma indistinta y utilizadas incluso como sinónimos. Pero a pesar de que ambas emociones pueden tener efectos parecidos, es importante diferenciarlas para hacer frente a cada una de ellas de forma apropiada.
El estrés es una respuesta fisiológica, una herramienta de nuestro organismo, que desencadenamos cuando nuestro cerebro interpreta una situación como peligrosa o amenazante o de mayor necesidad de energía. En concreto, se activa la parte simpática del SNA (“lucha o huida”) y el eje hipotalámico-pituitario-adrenal (HPA). Normalmente se trata de un problema momentáneo, real y presente, en el que el organismo dedica todas sus energías a combatirlo. Es decir, para luchar, huir, reaccionar, etc. y se conoce como estrés agudo.
El estrés es necesario, ya que nos ayuda a hacer frente a momentos puntuales de gran exigencia. Normalmente, una vez que ha pasado el evento al que hay que hacer frente, el estrés desaparece. El problema es cuando se convierte en estrés crónico, como sucede de forma bastante habitual en nuestra sociedad o cuando la persona no tiene las herramientas para combatirlo. Esto es así debido a que nuestras amenazas actuales distan bastante de las de nuestros antepasados. Ya no debemos huir de ningún animal o enemigo que nos ataca, ahora combatimos el estrés sentados en una silla y esto puede provocar problemas físicos graves y perjudiciales para nuestra salud si no aprendemos a gestionarlo de forma adecuada.
La ansiedad, por otro lado, es una situación prolongada en el tiempo (aunque el problema en sí haya desaparecido) y tiene que ver con una patología de carácter mental. Generalmente se trata de la reacción al propio estrés y tiene que ver con la anticipación a algo que la persona percibe como negativo, pero que aún no ha ocurrido y que, probablemente, nunca ocurrirá. Normalmente aparece cuando mantenemos el estrés en el tiempo. Cuando esto sucede, se empiezan a generar pensamientos negativos o preocupaciones sobre algo que no podemos controlar. Situaciones que no son realmente amenazantes y que generan en el individuo ansiedad y preocupación excesiva (expectativa aprensiva). En este tipo de situaciones la persona tiene dificultades para controlar el estado de preocupación constante.
Es cierto que nuestro organismo necesita una respuesta hormonal adecuada para poder sobrevivir a situaciones de riesgo y que el estrés puede ser bueno y necesario. Pero si lo mantenemos en el tiempo y la ansiedad se retroalimenta y nos supera, puede acabar generando problemas más graves como trastorno por estrés o ansiedad. Y las dos cosas nos pueden causar distintos síntomas y consecuencias, tanto físicas como psicológicas, que van desde palpitaciones y taquicardias, enfermedades cardíacas, obsesiones, náuseas y vómitos, dolor de cabeza, contracturas, sensación de pérdida de memoria, irritabilidad, agotamiento mental, preocupación, sequedad en la boca… Por eso es importante ser capaz de reconocer los síntomas comunes para ayudarnos a controlarlos.
Nutrientes que se agotan durante periodos de estrés o ansiedad
Uno de los problemas generados a partir del estrés y la ansiedad es que provocan el agotamiento de muchos nutrientes. Esto puede acabar provocando una serie de síntomas que pueden afectar a nuestro bienestar. Por ello, reponerlos es imprescindible para mejorar la situación. Entre los más destacados encontramos:
- Triptófano: es un componente básico de la serotonina y la melatonina.
- Omega-3: el cerebro lo necesita para la formación de células nerviosas sanas.
- Vitamina C: cuando se aumenta su consumo se reducen los efectos dañinos de las hormonas del estrés y mejora la capacidad del cuerpo para hacerle frente.
- Vitaminas del grupo B: la mayoría funcionan en el desarrollo y mantenimiento del sistema nervioso. También ayudan a mantener las glándulas suprarrenales y a mejorar los mecanismos de afrontamiento.
- Selenio: es un mineral involucrado en las reacciones que liberan energía de las células con impacto en la función de las glándulas suprarrenales.
- Zinc: se correlaciona inversamente con la depresión y la ansiedad.
- CoQ10: hay estudios que sugieren que las terapias de mejora mitocondrial pueden desempeñar un papel en el tratamiento de la enfermedad afectiva.
- NADH: Participa directamente en el ciclo de Krebs. Su administración se asocia con la disminución de la ansiedad y frecuencia cardíaca máxima.
- Serina: presenta efectos antioxidantes y citoprotectores a través de la elevación de algunos factores antioxidantes cruciales como Nrf2, HO-1 y NO.
Sabemos que existen distintas estrategias para reducir el estrés como: eliminar estimulantes (cafeína, azúcar, alcohol, drogas…), mantener los niveles de glucosa en sangre estables, reducir los factores estresantes, realizar terapias de relajación, respirar de forma adecuada, mantener unos ritmos circadianos adecuados… Pero si ya lo has probado prácticamente todo, y aun así no encuentras solución, optar por una suplementación que incluya alguno de estos nutrientes también puede ser una buena alternativa.
¿Qué tipo de trastorno padeces?
El estrés o la ansiedad se pueden evidenciar de distintas formas y cada persona lo hará a su modo. Puede ser tanto físicamente como mentalmente. Estas son algunas de las situaciones más habituales que provocan:
Me cuesta conciliar el sueño o me levanto a medianoche
Cuando nos encontramos en una situación de este tipo generalmente suele haber problemas con la melatonina, la hormona cronoreguladora que gestiona la conciliación del sueño y el magnesio, mineral que se encarga de relajar el SNC y el cuerpo, regular los latidos del corazón y producir nuevas células, entre otras funciones. ¿Sabías que se estima que hasta un 20% de la población europea no llega a los niveles diarios adecuados de melatonina y que se relaciona a las personas con ansiedad con bajos niveles de magnesio?
Para poder mejorar este tipo de situaciones existen distintas opciones en el mercado. Pero las que más nos interesan son aquellas que combinan el magnesio con la melatonina y, en el mejor de los casos, que incluyan también plantas relajantes que trabajen el sistema GABAérgico (en este aspecto las plantas más destacadas serían la valeriana, pasiflora, amapola de California…), de modo que ayuden a mejorar la relajación y sedación. La combinación de todas estas presenta una sinergia que permitirá tener una buena conciliación del sueño e introducir un descanso reparador.
En caso de que tu problema sea el de levantarte a medianoche, con la combinación de melatonina y plantas relajantes será suficiente. Eso sí, es importante que la forma de liberación sea modificada, constante y sostenida durante la noche, para que el efecto se prolongue.
Me levanto ya con cansancio
Cuando te encuentras con falta de energía y agotamiento puede que estés gastando un exceso vitaminas y nutrientes debido a un sobresfuerzo físico. Esto acaba provocando que te levantes con cansancio y necesites el primer café de la mañana para poder comenzar a rendir.
En este tipo de situaciones optar por vitaminas es la mejor opción. En concreto, los multivitamínicos te pueden ayudar a complementar la dieta, proporcionan energía y mejoran el rendimiento tanto físico como mental. Así que optar por multivitamínicos en cantidades adecuadas y biodisponibles de todas las vitaminas puede ser una buena alternativa.
Noto nervios, inquietud e incluso a veces tengo sensación de ahogo
Este tipo de situaciones pueden ser provocadas por un exceso de adrenalina que se ha mantenido en el tiempo. Esto produce una aceleración de la frecuencia cardíaca y del sistema circulatorio, cosa que puede llegar a provocar sensación de disnea. En situaciones así los canales GABA (un neurotransmisor que tiene como función reducir los niveles de estrés fisiológicos) adquieren una gran importancia, ya que su activación tiene poder relajante de todo el organismo.
En este tipo de situaciones el uso de plantas como la valeriana, la pasiflora o la amapola de California pueden ser una gran alternativa, ya que el paciente mejora su situación de ansiedad de manera rápida sin sufrir somnolencia ni dependencia. El conjunto de estas plantas puede ayudar a facilitar la relajación, mejorar la gestión del estrés, ayuda a calmar y dar tranquilidad.
No puedo dejar de preocuparme, todo me desborda y la cabeza me va a explotar
Cuando esto sucede el paciente suele tener un grado de fatiga mental elevado y se suele encontrar en estado depresivo, además de tener estrés y nervios con niveles altos de cortisol. En este tipo de situaciones es fácil y común que la persona se levante con energía por la mañana, pero que no logre tirar el resto del día.
En estos casos es importante aportar suplementos que mejoren el rendimiento físico y mental y que contribuyan a recuperar la máxima funcionalidad. Al igual que en casos anteriores, aquí también se ven alterados los depósitos de magnesio a causa del estrés, así que será necesario reponerlo para mejorar el descanso y la recuperación fisiológica. En concreto, nos interesa aportar NADH, coenzima Q10, serina, magnesio y vitamina C, nutrientes que suelen estar bajos en casos de estrés y ansiedad y que, actuando en sinergia, ayudan a mejorar la concentración, la memoria, la agilidad mental, el estado de ánimo, el refuerzo físico y el estrés.
Me siento en tensión o contracturado
En situaciones de estrés, se consume magnesio para la generación de neurotransmisores. Este magnesio no aportará beneficio energético al trabajo muscular y acabará provocando tensión y contracturas.
La opción habitual es tratar esta sintomatología con analgésicos e antiinflamatorios orales o cremas tópicas. Sin embargo, estas alternativas alivian el dolor y la inflamación, pero no aceleran el proceso de recuperación.
La mejor opción para este tipo de situaciones es el aporte de magnesio. Actuará como relajante muscular, acortará el tiempo de recuperación y prevendrá futuras contracturas. Además, también mejorará la capacidad de descanso al renovar los depósitos de magnesio agotados por el estrés.
En el mercado podemos encontrar muchísimas opciones válidas, pero Vitae, un laboratorio que tiene como objetivo conseguir un estado de salud y bienestar óptimo a sus clientes, presenta la combinación perfecta de todas ellas.