Una infección de orina está provocada por la invasión de microorganismos dentro del tracto urinario. El foco y la raíz de la invasión puede estar en el extremo inferior de las vías urinarias (en la uretra en caso de las mujeres o en la punta del pene en caso de los hombres), o bien en el flujo sanguíneo.
La cistitis es la infección de orina localizada en la vejiga, que afecta sobre todo a mujeres de entre veinte y sesenta años. La causa más común es una infección producida por bacterias -como la Escherichia coli, que normalmente reside en los intestinos-, aunque también puede ser por un virus, alteraciones de la flora vaginal, hongos -como la Candida albicans-, parásitos, el frío o la humedad, el estreñimiento crónico, la falta de lubricación y frecuencia de las relaciones sexuales, el mal uso de los antibióticos y un sistema inmunitario debilitado, ya que este se encarga de mantener a raya a los microorganismos patógenos responsables de las infecciones. Normalmente cuando una persona presenta cistitis también tiene otras enfermedades infecciosas que afectan al sistema urinario (riñón, uretra o vejiga, por ejemplo).
El saber popular siempre ha adjudicado el poder curativo y preventivo de las infecciones de tracto urinario a los arándanos rojos. Ya en la época de los griegos y de los romanos, y más tarde en el siglo XVI, se utilizaban los arándanos rojos en forma de fitoterapia para tratar las piedras del riñón. Los nativos americanos usaban los arándanos rojos para curar desequilibrios de la sangre, enfermedades de estómago y de hígado, y fiebres. Durante la década de 1880, médicos alemanes observaron que después de tomar arándanos incrementaba la excreción urinaria de ácido hipúrico. En 1914, Blatherwick1 publicó un artículo que demostraba que los arándanos son ricos en ácido benzoico, que luego se excreta en la orina como ácido hipúrico -un agente bacteriostático con capacidad de acidificar la orina. Diferentes estudios2 demostraron el potencial de los arándanos rojos para acidificar la orina e incrementar la excreción de ácido hipúrico, aunque en investigaciones posteriores3 se concluyó que se deben consumir grandes cantidades de zumo de arándano para reducir ligeramente el pH de la orina y aumentar modestamente la excreción de ácido hipúrico, y que, por tanto, no confieren una actividad antibacteriana significativa en la orina y que el efecto protector que tienen sobre el tracto urinario debe ser debido a algún otro mecanismo involucrado. Se continuó estudiando la relación entre los arándanos rojos y las infecciones urinarias para ver cuál era el factor que influía en la capacidad de este alimento para prevenir y curar las infecciones de orina, y en 1984 Sobota4 [21] vio que los beneficios derivados de la utilización de zumo de arándano podían estar relacionados con su capacidad para inhibir la adhesión bacteriana. Desde este informe inicial de Sobota, varios estudios han confirmado que la presunta eficacia del arándano rojo para prevenir la infección de orina está relacionada con sus propiedades antiadherentes, como por ejemplo un estudio realizado en los hospitales Quirón y General Universitario de Valencia, que comprobó que si se seguía un tratamiento de tres a seis meses con los arándanos rojos como complemento alimentario se conseguía reducir de manera significativa la sintomatología.
El coautor de esta investigación, Francisco Sánchez Ballester, explicó que el poder curativo que tienen los arándanos rojos sobre las cistitis se atribuyen a su contenido en proantocianidinas (PAC), que son un grupo de compuestos de polifenoles que actúan de tal modo que impiden o disminuyen la adherencia de la Escherichia coli en las paredes de la vía urinaria. Según el estudio, la dosis óptima de PAC para prevenir los episodios de cistitis es de 118 miligramos al día. Siguiendo esta pauta, es posible disminuir en un 75% el número de infecciones urinarias a los tres meses de ingesta y en un 93% a los seis. Incluso para eliminar el Helicobacter pylori -bacteria ubicada en el duodeno y la mucosa del estómago- de forma natural sin uso de antibióticos y protectores de estómago también se recomienda tomar zumo de arándanos rojos. Ahora bien, hay personas que no consiguen eliminar la Escherichia coli con arándanos rojos porque están infectadas por otras bacterias que no se ven afectadas por las proantocianidinas de este fruto.
Podemos complementar la alimentación saludable con arándanos rojos para eliminar los gérmenes causantes de las infecciones urinarias y la cistitis, ya sea comiendo el fruto fresco o liofilizado, tomando zumos o a través de comprimidos, cápsulas o sobres. Los arándanos rojos hacen una acción antibiótica y antiséptica sobre los gérmenes sin tener los efectos secundarios de los antibióticos, así que es una alternativa natural muy buena a estos medicamentos. Además, si consumimos arándanos rojos nos beneficiamos de su poder antioxidante y, por tanto, neutralizamos la acción de los radicales libres nocivos para el organismo, cuidamos la salud del corazón y evitamos el envejecimiento prematuro.
[1] Blatherwick NR. Thespecific role of foods in relationtothecomposition of urine. ArchInternMed 1914;14:409-50.
[2] Der Marderosian AH. Cranberryjuice. DrugTher 1977;7:151-2.
Fellers CR, Redmon BC, Parrott EM. Effect of cranberriesonurinaryacidity and bloodalkali reserve. J Nutr 1933;6:455-63.
Kahn HD, Panariello VA, Saeli J, Sampson JR, Schwartz E. Effect of cranberryjuiceonurine. J Am DietAssoc 1967;51:251-4.
Kinney A, Blount M. Effect of cranberryjuiceonurinary pH. Nurs Res 1979;28:287-90.
Jackson B, Hicks LE. Effect of cranberryjuiceonurinary pH in olderadults. Home HealthNurs 1997;15:198-202.
[3]Nahata MC, Cummins BA, McLeod DC, Butler R. Predictability of methenamineefficacybasedontype of urinarypathogen and pH. J Am GeriatrSoc 1981;29:236-9.
Bodel PT, Cotran R, Kass EH. Cranberryjuice and theantibacterialaction of hippuricacid. J LabClinMed 1959;54:881-8.
[4]Sobota AE. Inhibition of bacterialadherencebycranberryjuice: potential use forthetreatment of urinarytractinfections. J Urol 1984;131:1013-6.