¿Habéis oído que la primavera es la estación idónea para hacer una depuración profunda del organismo? ¿Sabíais que el fin del verano y la entrada del otoño son también buenos momentos para hacer una puesta a punto?

Según la medicina tradicional china, debemos aprovechar las estaciones de transición entre el frío y el calor y entre el calor y el frío para “resetear” el cuerpo, limpiarlo de todas las toxinas y los excesos acumulados durante la estación anterior y prepararlo para un nuevo cambio de temperaturas y de entorno al que nos deberemos adaptar.

Si bien hemos hablado a menudo del importante papel que juega la alimentación en la acumulación o no acumulación de toxinas en el cuerpo, vale la pena tener en cuenta que no es solo a través de lo que comemos que las acumulamos. El aire que respiramos, los productos de higiene y cosmética convencional o los tóxicos ambientales también son fuentes de toxinas, que, a menudo, no podemos controlar. Por eso, y porque los órganos de eliminación a veces no son suficientes para librarnos de ellas, es importante hacer una depuración a conciencia al menos un par de veces al año. Pero, ¿qué significa depurarse a conciencia? Significa que, si queremos restablecer el equilibrio interior, volver a tener claridad mental, buen humor, descansar bien y tener salud y alegría, debemos plantearnos la depuración como un auténtico reto holístico que abarca, quizás, algunas esferas que no teníamos en cuenta…

¿Cuáles son las claves para una dieta détox?

Revelamos algunos puntos que hay seguir y que son claves para una dieta détox.

    1. Lo que hay que comer: alimentos alcalinos, con gran cantidad de energía vital, que nos ayuden a limpiar el organismo, que sean ecológicos, de temporada, y que incluyan una gran cantidad de verduras, especialmente las hojas verdes y las verduras amargas y depurativas, fruta, algas, semillas, frutos secos y germinados. También podemos aumentar el consumo de alimentos crudos, ya sea en forma de batidos verdes o en ensaladas, condimentar con especies depurativas como el jengibre y la mostaza o utilizar cocciones ligeras como el vapor o la deshidratadora. Otro aspecto importante es ayunar de forma intermitente, cosa que podemos lograr cenando temprano y dejando un espacio de 12 horas hasta el momento en que volvamos a comer a la mañana siguiente.
    1. Lo que hay que evitar: todos los alimentos acidificantes e inflamatorios, que bloqueen el hígado, como los procesados, el azúcar, los lácteos, el gluten, los productos de origen animal, la soja, el maíz, el alcohol, el café y los excitantes. La medicina tradicional china recomienda consumir alimentos de naturaleza moderada, es decir, no extrema, como los cereales integrales y sin gluten, como el trigo sarraceno o el mijo.
    2. Hacer ejercicio físico: como siempre decimos, sin deporte, no hay esperanza. Y no hablamos de machacarnos en el gimnasio, se trata de dejar de lado el sedentarismo y activar el organismo con el fin de movilizar toxinas y mantener un buen tono muscular y una correcta salud cardiovascular. Podemos salir a pasear, practicar yoga, Pilates, salir a bailar o hacer cualquier otra actividad que disfrutemos solos o en compañía.
    3. Pasarnos a la cosmética ecológica: parece una tontería, pero la piel, el órgano más grande del cuerpo, no quiere pinturas, derivados del petróleo ni siliconas, quiere nutrientes. Así que lo mejor será desterrar de nuestros armarios todos los productos cosméticos sintéticos y apostar por los de sello ecológico o por los caseros (esta clave también aplica a los productos de higiene), que no dejarán residuos tóxicos en la sangre, en la piel ni en ningún otro órgano.
    4. Hacer détox emocional: la acumulación de toxinas guarda una estrecha relación con el nivel de estrés al que estamos sometidos, así que, si queremos realmente depurarnos, lo mejor que podemos hacer es tomarnos en serio nuestro bienestar emocional y espiritual, y trabajar el respeto hacia nuestro cuerpo y nuestra persona, intentar rebajar el nivel de estrés y sentirnos tranquilos, con paz mental y emocional. En ese sentido, nos puede resultar muy provechoso trabajar con aromaterapia, por ejemplo, como ambientador de olor (mediante un difusor) o directamente sobre la piel en el caso de los aceites esenciales.
    5. Dormir lo suficiente: ésta es la madre del cordero. El sueño no se recupera y no dormir cada noche 8 horas afecta directamente a la inmunidad, es decir, a las defensas del organismo, además de hacernos estar más tristes, menos creativos, de mal humor y tener menos empatía, entre otros efectos. En un proceso détox, y en cualquier momento de la vida, hay que asegurarse de descansar lo suficiente y de darle al organismo el tiempo suficiente para procesar todo lo vivido durante el día y recargarse de nuevo para otra jornada.