Cuando se hace la transición se empieza cambiando alimentos como vegetales, frutas, cereales, legumbres… y mucha gente termina dejando la carne para el final. Quizás es porque económicamente, de entrada, parece mucho más caro. ¿Pero alguna vez os habéis parado a pensar lo que implica este cambio a largo plazo? ¿Y qué impacto tiene en vosotros y en vuestro entorno? Comer pollo de origen ecológico implica una mejora importante para vuestra salud. Y además es un gesto de consumo consciente, responsable y comprometido con el bienestar de los animales y con el medio ambiente.

El pollo es una de las carnes más saludables que podéis incluir en vuestra alimentación. Es una proteína de alto valor biológico, muy digestiva y con poca cantidad de grasa. Por ello, hemos querido compartir con vosotros las 5 razones por las que el pollo ecológico debería estar en vuestra dieta y sustituir el pollo de cría intensiva.

  1. Carne de calidad: vuestra salud como prioridad

Los pollos ecológicos se alimentan a base de cereales y vegetales ecológicos de cultivo sostenible (libres de herbicidas, transgénicos y pesticidas), y también de insectos y de la hierba que crece de manera natural por donde campan en libertad. La alimentación de los animales influye enormemente en la riqueza de nutrientes de su carne, ya que los ácidos grasos que tiene son de máxima calidad.

Además, el hecho de que los animales corran en libertad, disfrutando del campo y la luz del sol, aporta unas características a la carne que la hacen excepcional.

Joan Olivé, granjero de pollos ecológicos Cococ, explica que “son pollos que se mueven, que rebuscan, que están despiertos, que corren; es así como se convierten en animales fuertes y sanos, con una carne mucho más sabrosa.”

  1. Compromiso con el bienestar animal

Vuestras acciones hablan del mundo que escogéis. Con el consumo de pollo ecológico apoyáis un modelo de producción local en el que el bienestar de los animales está en el centro.

Los pollos ecológicos son criados en un entorno natural, en espacios amplios y luminosos, siguen su ciclo de sueño orgánico y campan en libertad durante el día.

“Por la mañana abrimos las puertas de los cubiertos y tienen libertad para decidir dónde quieren pasar las horas; campando, descansando a la sombra, buscando insectos… Por la noche, cuando se va el sol, vuelven al cobertizo donde descansarán tranquilos toda la noche”, explica el granjero. De este modo, son libres para desarrollar los comportamientos naturales de su especie.

Su calidad de vida hace que desarrollen un sistema inmunitario fuerte y sano. Y en caso de que enfermen, se utilizan tratamientos o remedios naturales (homeopáticos o fitoterapéuticos). Si persiste, se puede administrar un medicamento alopático, siempre bajo la responsabilidad de un veterinario y en casos muy concretos.

El ciclo productivo habitual de los pollos eco es de al menos 81 días. Joan Olivé explica que “los pollos ecológicos Cococ tienen un ciclo vital más largo, de entre 90 y 120 días de cría.” A diferencia de los pollos industriales, que suele ser la mitad de tiempo de crecimiento.

  1. Proximidad: fomentar la economía local

Las producciones de ganadería ecológica de proximidad permiten generar empleos de calidad en el ámbito rural, y así se da apoyo a las granjas locales y, en consecuencia, se dinamiza la economía de la zona. La mayoría de las explotaciones ecológicas son pequeñas y familiares. Detrás hay granjeros, como Juan, que dedican su vida a cuidar de los animales, con respeto y responsabilidad. “Comprando un producto ecológico de proximidad sabes donde destinas tu dinero. Ayudas a la gente del territorio y las familias de los granjeros pueden seguir viviendo en el campo, amándolo y cuidando”, afirma Juan.

  1. Conciencia: reduciréis el impacto medioambiental

La cría de pollo ecológico es más sostenible, protege la biodiversidad y desarrolla prácticas productivas respetuosas con el medio ambiente, ya que se fundamenta en una agricultura regenerativa; no se utilizan fertilizantes ni plaguicidas químicos, a la vez que no se erosiona la tierra. Además, la alimentación de los animales proviene de cultivos ecológicos cercanos.

Una empresa que cumple todos estos requisitos es Cococ ecológicos.

Sus pollos provienen de dos granjas catalanas familiares, donde viven en un entorno privilegiado, rodeados de naturaleza y criados con respeto, de la manera más sostenible posible. Además, los podéis encontrar en comercios de proximidad, en mercados y tiendas en línea como Cal Fruitós, L’Ortiga o De l’Hort a Casa.

Pasaos al pollo ecológico y sumaos al triple compromiso: con vuestra salud, la de los animales y la del planeta.

Os compartimos una de sus recetas. ¡Visitad su blog para ver más!

Ramen con pollo ecológico Cococ

Ingredientes para 4 personas:

  • 2 pechugas de pollo ecológico Cococ
  • 2 huevos ecológicos Cococ
  • 40 ml de aceite de oliva virgen extra
  • 1 cebolla
  • 1 trocito de apio
  • 1 cucharadita de jengibre molido
  • 1 l de caldo de pollo
  • 50 ml de salsa de soja
  • 250 g de fideos de trigo o de arroz
  • Perejil fresco
  • Sésamo, pimienta negra y sal marina

Elaboración:

  1. Colocar las pechugas ecológicas Cococ en una fuente para el horno y untar con aceite de oliva virgen extra. Cocer en el horno, a 190 grados, unos 30 minutos. Cuando estén listos, cortarlos en tiras gruesas y reservar.
  2. Cortar la cebolla en juliana y el apio en dados pequeños. Cocinar la cebolla en una sartén con unas gotitas de aceite hasta que esté transparente. Agregar el apio, la cucharadita de jengibre, una pizca de sal, otra de pimienta y la salsa de soja. Reducir.
  3. Verter el caldo y, cuando hierva, incorporar los fideos. Cocer los minutos que indique el paquete, suelen ser unos 4. Mientras tanto, hervir los huevos en agua con sal, durante 8 minutos, y cortarlos por la mitad.
  4. Para emplatar, colocar los fideos, añadir unas cucharadas del caldo procurando que quede bien cubierto, colocar las porciones de pollo (media pechuga por ración) y la mitad de un huevo. Decorar con sésamo y perejil recién cortado muy pequeño. ¡Buen provecho!