Reducción del riesgo de obesidad, mejora de la atención infantil, ralentización del declive físico durante el envejecimiento… Son muchos los beneficios que se han relacionado con el hecho de vivir cerca de espacios verdes. Por primera vez, un estudio liderado conjuntamente por la Universidad de Bergen y el Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal), centro impulsado por La Caixa, apunta también al retraso en la aparición de la menopausia en mujeres.
Publicada en la revista Environment International, la investigación se basa en los datos de 1.955 mujeres participantes en el Estudio Europeo de Salud Respiratoria (ECRHS, por sus siglas en inglés) y pertenecientes a nueve países distintos (España, Francia, Alemania, Bélgica, Reino Unido, Suecia, Estonia, Islandia y Noruega). Durante más de veinte años, las participantes respondieron a varios cuestionarios sobre sus hábitos de vida y su estado de salud, se sometieron a análisis de sangre y recibieron un seguimiento sobre la cantidad de vegetación alrededor de sus hogares.
Menopausia y zonas verdes
De acuerdo con los resultados del estudio, las mujeres que viven en áreas con poca vegetación desarrollan la menopausia 1,4 años antes que las que viven en vecindarios en los que abundan las zonas verdes. Así, la edad media a la que desarrollaron la menopausia las participantes que viven en zonas con altos niveles de vegetación fue de 51,7 años, mientras que las mujeres que viven en zonas pobres en espacios verdes rondaban los 50,3 años.
El momento en el que aparece la menopausia depende de factores genéticos y de hábitos de vida como el tabaquismo, la obesidad, la actividad física y el uso de anticonceptivos orales. La asociación con los espacios verdes puede deberse a varios procesos biológicos.
“Por un lado, sabemos que el estrés provoca un aumento del cortisol en sangre y, según apuntan numerosas investigaciones, la exposición a los espacios verdes lo reduce”, afirma Kai Triebner, primer autor del estudio e investigador visitante en ISGlobal.
“Los niveles bajos de cortisol se han asociado con un aumento en los niveles de estradiol, una hormona sexual femenina muy importante. Tal vez, aquellas mujeres que viven cerca de espacios verdes presentan niveles más bajos de cortisol que les permiten mantener altos los niveles de estradiol y, por lo tanto, pasan más tarde la menopausia”. Por otro lado, “la exposición a los espacios verdes se asocia también con un descenso en ciertas patologías mentales, como la depresión, que a su vez se ha relacionado con una edad más temprana en la menopausia”.
La menopausia, un indicador de salud
“La menopausia es un marcador de salud y puede relacionarse tanto con patologías fisiológicas como mentales”, asegura Payam Dadvand, coordinador del estudio e investigador de ISGlobal. De hecho, a edades tardías, este fenómeno natural se ha asociado con la supervivencia general, la esperanza de vida y la reducción de la mortalidad. “De confirmarse, los resultados de nuestra investigación se añadirían al abanico de pruebas que evidencian los beneficios de los espacios verdes para la salud de las personas, además de ayudar a las administraciones a implementar intervenciones destinadas a desacelerar el envejecimiento reproductivo en una sociedad como la nuestra, en rápida urbanización”.